Se ha viralizado en redes sociales un vídeo emitido el 18 de agosto de 2022 que cuestiona, con una selección de datos incompletos, sin contexto y afirmaciones falsas sobre la crisis climática. Desmontamos una a una la desinformación climática.
“Si cogemos las temperaturas máximas de las olas de calor de cada año y hacemos una media vemos como sólo se está por encima de los 40 grados en 1975 y 2017”
Habla de las olas de calor en España desde 1975 y la temperatura máxima media alcanzada en dos años concretos (1975 y 2017) para dar a entender que no ha habido ninguna variación en el calor que afecta a España en los últimos 47 años. Pero la realidad es que sí está aumentando la frecuencia, extensión e intensidad de las olas de calor.
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) publica un registro de olas de calor desde 1975. La definición de ola de calor utilizada por la AEMET incluye tres conceptos: duración (un episodio de al menos tres días consecutivos), extensión (al menos el 10% de las estaciones consideradas) e intensidad (que registren temperaturas máximas entre el 5% de las más cálidas de los meses de julio y agosto en el periodo 1971-2000).
En el registro, la temperatura máxima se refiere a la media de las temperaturas máximas de las estaciones donde se produjo una ola de calor [pág. 1]. Por tanto, en olas de calor extendidas a lo largo de la península ibérica, este dato incluye las temperaturas máximas de zonas cálidas (donde pueden superar los 40 grados) y de zonas más frescas (donde no han alcanzado nunca dicha temperatura), aclara el portavoz de la organización Ricardo Torrijo a Maldita.es.
Y, sobre todo, un dato de temperatura máxima siempre tiene que ir ligado a la zona donde se ha producido, pues no son lo mismo 36 ºC en Galicia que en Córdoba. Por ejemplo, el récord absoluto de temperatura registrado en Córdoba (y en toda España) son 47,6 ºC. Sin embargo, durante la ola de calor de junio de 2022, en Donostia se llegó a su máxima absoluta registrada con 39,7 ºC, unos ocho grados por debajo del máximo de Córdoba. Aunque en Donostia nunca se haya llegado a los 40 ºC, lo relevante es que se haya batido un récord de temperatura en este lugar.
Con esos mismos datos de la AEMET puede verse ya una tendencia en el aumento de la frecuencia de las olas de calor en España, pues entre 1975 y 1999 tuvieron lugar 27 olas, mientras que entre el año 2000 y 2022 han sido 38. Es un aumento del 35,71% en la frecuencia a pesar de que el segundo período temporal es más corto.
En Maldita.es hemos publicado los datos sobre todas las olas de calor producidas en España según la agencia meteorológica. Pero más allá de la AEMET, existen numerosos estudios científicos muy detallados que constatan el aumento de esta frecuencia e intensidad de las olas de calor y su tendencia a futuro, como el que resumió el investigador Dominic Royé en Maldita.es.
Este fenómeno no sólo está ocurriendo en España sino también en varios países europeos y en otras regiones. Por ejemplo, en Maldita.es hemos publicado un análisis del registro de olas de calor en Estados Unidos, donde estos fenómenos extremos también muestran una tendencia a la alza en frecuencia, duración, extensión e intensidad.
Este aumento de frecuencia e intensidad de las olas de calor están causadas por el cambio climático causado por las emisiones humanas de gases de efecto invernadero, concluye el sexto informe del Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).
“El clima, por su complejidad, se mide en siglos y milenios"
Pese a que el vídeo diga que el clima se mide en siglos y milenios “por su complejidad”, el clima se mide en períodos de 30 años. “Las series climatológicas tienen un período de 30 años que se consideran suficientes para detectar cualquier tendencia”, señala la AEMET a Maldita.es. Los valores normales climatológicos conocidos técnicamente como normales climatológicas, se calculan cada 10 años para períodos de 30 años al comienzo de cada década a partir del año que termina con el dígito 1 (1981-2010, 1991-2020…).
De hecho, el periodo óptimo para hacer medias de las temperaturas suele ser bastante más corto que 30 años mientras que para las lluvias es bastante más largo, indica la Organización Meteorológica Mundial (OMM) [pág. 88]. Hacer un promedio de 30 años “suprime las variaciones interanuales ” para eliminar distorsiones, aclara a Maldita.es Ernesto Rodriguez, meteorólogo superior del Estado y vicesecretario de la Asociación Meteorológica Española.
“Tiene poco sentido comparar el calentamiento global actual de origen antropogénico con otros que experimentó la Tierra anteriormente, porque es ahora cuando nosotros la habitamos y, aunque no esté en juego la supervivencia de nuestra especie, los pilares de la sociedad que hemos formado sí estarán en jaque ante los problemas que lleva asociados el cambio climático, como la producción de alimentos, disponibilidad de recursos, pérdida de ecosistemas, refugiados climáticos, aumento de la desigualdad social…”, indica a Maldita.es Irene Santa, física y meteoróloga de eltiempo.es.
“El calentamiento es inequívoco de forma global, considerando series largas que la mayoría arrancan en la segunda mitad del siglo XX. Efectivamente, ha habido cambios de clima a lo largo de la historia del planeta, pero eso no resta validez al hecho de que el calentamiento actual obedece mayoritariamente a la emisión de gases de efecto invernadero por las actividades humanas y que se diferencia de otros calentamientos de causas naturales en la gran rapidez con la que se está produciendo en todo el planeta, especialmente en latitudes altas”, concluye desde la AEMET.
Hacer promedios para determinar el clima en periodos de siglos o milenios “minimiza este cambio climático de origen antropogénico que es muy rápido comparado con otros cambios climáticos anteriores de origen natural. Promediar en periodos muy largos (siglos o milenios) sólo sirve para minimizar y enmascarar este cambio climático que es apreciable en escalas temporales de décadas”, concluye Ernesto Rodríguez.
“Al mismo tiempo que España ardía de calor, Australia registraba las temperaturas más bajas de los últimos 70 años”
Como afirma el vídeo segundos antes, los fenómenos meteorológicos locales no tienen que ser síntoma de una variación climática, pero por otro lado, tampoco de que no exista alteración. Es decir, es posible que en una parte del mundo se registren temperaturas bajas mientras que en otra se baten récords de temperaturas máximas. Este no es motivo para negar un calentamiento global ya que el cambio climático debe ser considerado de forma global y por tendencias.
Según datos de la Oficina de Meteorología de Australia, la temperatura mínima anual en el país tiende al alza en las últimas décadas, es decir, a ser más cálida. A pesar de que la temperatura en el este del país durante las dos primeras semanas de junio de 2022 fue de las más frías en varias décadas, la tendencia general en Australia es que la temperatura mínima media es cada vez más alta.
Mientras Australia puede tener un invierno frío, países como China están experimentando un verano extremadamente cálido. La Administración Meteorológica China explica que, teniendo en cuenta la intensidad promedio de las olas de calor por región, la escala de impacto y la duración, las olas de calor vividas en diferentes regiones del país “ha alcanzado el nivel más fuerte desde que existe el registro completo de observación meteorológica”.
Estos extremos por frío y calor pueden ser útiles para analizar el contexto del cambio climático si se analizan de forma conjunta. En el gráfico elaborado por el Servicio de Cambio Climático de Copernicus, podemos ver que en Europa ha habido más récords de temperaturas máximas y menos récords de temperaturas mínimas que el esperado. Hay más récords superados al comienzo porque la serie histórica era menor y por tanto más fácil romper récords tanto de calor como de frío.
Medir y observar la tendencia general de temperatura es lo relevante a la hora de hablar de crisis climática. Por ejemplo, el mes de julio de 2022 ha sido uno de los tres más cálidos en todo el mundo desde que hay registros según datos del Servicio de Cambio Climático de Copernicus. Con sólo ±0,02 ºC que en 2019 y en 2016, el margen es tan pequeño que no se puede hacer un ranking claro sobre qué mes de julio es el más cálido registrado, señala la institución científica.
Respecto al período 1981-2010, julio de 2022 ha sido 0,54 ºC más cálido que la media. Ha sido un julio muy cálido pese a que partes del norte de Canadá y de Alaska, el noreste de Sudamérica, el sur de África, el sur de Australia y partes de la Antártida han tenido temperaturas por debajo de la media de los años 1991-2020. El calor excesivo en el resto del planeta han hecho de este mes uno de los tres julios más cálidos desde que hay registros.
Que este julio haya sido más cálido de lo normal de forma global no es una excepción. Los datos del Servicio de Cambio Climático de Copernicus muestran cómo ha ido subiendo la temperatura media global en este mes (al igual que en el resto) con el paso de los años.
“En España la tendencia de incendios forestales es incluso a la baja”
“En relación a los incendios, centrándonos en el caso de España, vemos como la tendencia es incluso a la baja”, afirma el vídeo. Pero aunque el número de incendios ha disminuido, es un dato incompleto para evaluar su relación con la crisis climática.
El gráfico empleado en el vídeo viral corresponde con una infografía elaborada por la Agencia EFE en 2019 sobre la situación de los incendios en España con datos del entonces Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, actual Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO). Estos datos reflejan que en España ha disminuido el número de incendios, pero este es un indicador incompleto para evaluar su relación con el cambio climático en ellos, según la literatura científica y los expertos consultados por Maldita.es.
“En España ha disminuido el número de incendios y la superficie quemada gracias a la inversión, prevención y una mayor concienciación en la población, ya que en la gran mayoría la causa es el ser humano”, explica Maldita.es Víctor Resco de Dios, experto en incendios forestales y cambio climático. Como hemos contado en Maldita.es, la superficie quemada en el año 1985, según el Ministerio para la Transición Ecológica, fue de unas 480.000 hectáreas frente a las más de 280.000 calcinadas a 17 de agosto de 2022.
Sin embargo, ha aumentado su intensidad a causa de la crisis climática, aclara el también doctor por la Universidad de Wyoming y profesor de ingeniería forestal en la Universitat de Lleida. “Que disminuyan no significa que el problema vaya a menos”, matiza Resco de Dios. “El número de incendios no es una buena forma de medir la actividad del cambio climático, ya que no te indica nada respecto a otras variables como la intensidad de estos o el área que termina calcinada”, añade. La virulencia y fuerza de los incendios en la actualidad se explica por la cantidad y sequedad de la vegetación seca que se acumula en la superficie de los bosques, algo que ha aumentado por condiciones meteorológicas como las altas temperaturas y la falta de precipitaciones.
“El cambio climático y el abandono del mundo rural son un catalizador para la intensidad de los incendios, ya que cuentan con más vegetación viva y muerta para arder”, explica el también autor del libro ‘Plant-Fire Interactions’, Víctor Resco de Dios. De esta manera, la variable clave para medir su relación con el cambio climático es la intensidad de estos fuegos, algo que según explica Reco de Dios a Maldita.es, sí que está aumentando.
Un estudio publicado por la revista científica Nature en marzo de 2021 también indica que, usando el ejemplo de China, emplear el número de incendios como variable o indicador de su actividad lleva a “descripciones incompletas” de estos fenómenos.
“A nivel mundial la superficie calcinada ha descendido hasta un 25% en los últimos 20 años”
“De hecho a nivel mundial la superficie calcinada por los incendios ha descendido hasta un 25% en los últimos 20 años”, detalla el vídeo viral sin mencionar fuente.
El experto en ecología Victor Resco de Dios puntualiza a Maldita.es que el área quemada se ha reducido a nivel global porque han disminuido los incendios en las sabanas, pero ha aumentado la superficie quemada en los bosques. Así se indica en el estudio ‘Aumento de las emisiones de los incendios forestales a pesar de la disminución del área quemada global’, publicado por la revista científica Science en 2021. Según los datos que recoge el Global Forest Watch desde el año 2001, la superficie calcinada en los bosques a causa de los incendios ha aumentado durante este siglo.
“Se calcula que el 70% de los incendios que se producen a nivel mundial tienen lugar en las sabanas. Allí ha disminuido su superficie por el cambio en las políticas de prevención y prácticas agrícolas”. Resco de Dios explica que una de las prácticas más habituales en estos territorios era quemar las plantaciones después de ponerlas en barbecho por unos años. Es decir, dejar la tierra descansar y luego prender fuego a la vegetación para aprovechar esas cenizas como fertilizante. “Al tratarse de una superficie tan grande, el cambio en la regulación y el abandono de estas prácticas se nota”, detalla el experto con relación a este fenómeno.
El IPCC indica que en la zona mediterránea, que incluye la península ibérica, se prevé que el cambio climático incremente el riesgo de incendios forestales. Lo hará, como indica el experto en su libro ‘Plant-Fire Interactions’ por la mayor frecuencia de fenómenos extremos como las olas de calor y las sequías. Además, la disminución de la humedad en los bosques, algo que ha aumentado con la crisis climática, convertirá a los bosques de alta montaña, de zonas como los Pirineos o los Alpes, en ecosistemas propensos a los incendios; tal y como se recoge en un artículo publicado por la revista científica Science Direct que aborda esta cuestión.
“La Antártida gana hielo”
“Otro de los temas estrellas es el deshielo como una de las pruebas irrefutables del cambio climático. Estas supuestas pruebas convertidas en mantras por parte de los medios de comunicación se desmoronan cual castillos de naipes cuando la propia NASA a través de un estudio constató que la Antártida se ha enfriado desde 1979, lo que ha provocado que esté ganando hielo en vez de perderlo como sostiene la población general”, afirma el vídeo .
Sobre ese estudio de la NASA del año 2015 ya escribimos en 2019: se limita a datos entre 1992 y 2008, el hielo marino en todo el mundo está disminuyendo y otros estudios científicos muestran que la Antártida pierde hielo y cada vez más rápido. “El cambio climático definitivamente no es un fraude y nuestro artículo de 2015 definitivamente no apoya” el negacionismo de la crisis climática, aclara a Maldita.es Jay Zwally, autor principal del estudio citado, científico jefe de la criosfera y científico del Proyecto ICESat en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.
Desde 2019, hay más evidencias de que la Antártida y el planeta en su conjunto pierde hielo. El Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) indica en su sexto informe del año 2021 que las pérdidas de masa de los glaciares en la Antártida Occidental superan la ganancia de masa por la acumulación de nieve en el continente. En la Península Antártica, zonas de la Antártida Occidental y en algunas estaciones de la Antártida Oriental se observan tendencias de calentamiento significativas y se prevé que estas zonas sigan calentándose más que el resto del planeta.
Además, los glaciares han perdido masa en todas las zonas polares desde el año 2000 y “seguirán perdiendo masa al menos durante varias décadas, incluso si la temperatura global se estabiliza”. Groenlandia y la Antártida han estado perdiendo hielo desde al menos 1990, con la mayor tasa de pérdida durante 2010-2019, y se prevé que sigan perdiendo masa de hielo, indica el IPCC [págs. 5 y 21].
Más recientemente, en agosto de 2022, dos estudios de la propia NASA muestran cómo la Antártida pierde más hielo del que se conocía antes. Uno, publicado en Nature concluye que entre 1997 y 2021, la Antártida experimentó una pérdida neta de unos 36.701 kilómetros cuadrados de superficie de hielo, un 1,9% del total. Esto significa que la pérdida total de masa de hielo es casi el doble de lo medido anteriormente con otras técnicas. "La Antártida se está desmoronando en sus bordes. Y cuando las plataformas de hielo disminuyen y se debilitan, los enormes glaciares del continente tienden a acelerar [hacia el océano principalmente] y a aumentar el ritmo de la subida del nivel del mar en el mundo", indica Chad Greene, científico de la NASA y autor principal de este primer estudio.
El segundo estudio, publicado en Earth System Science Data, indica que mientras de 1992 al final de la década de los 2000 la capa de hielo de la Antártida estaba casi en equilibrio, desde finales de la primera década del siglo XXI se da una “importante disminución neta del volumen de la capa de hielo” atribuida al aumento del deshielo de los océanos y a los cambios en las precipitaciones.
“La temperatura apenas ha cambiado desde que hay registros”
“¿Y la temperatura media [de la Tierra]? Sí que es cierto que existe un leve incremento de 0,17 ºC. Pero como podemos observar, apenas hay cambios desde que se tienen registros”, afirma el vídeo. Pero el dato real es que la temperatura media global ha aumentado 0,08 ºC por década desde 1880.
La grabación expone a través de un gráfico que desde el año 1979 se ha experimentado un aumento de 0,17 ºC. Según los datos que recoge la NASA desde la revolución industrial hasta la actualidad de la temperatura superficial de la Tierra, se ve un aumento de 1,01 ºC desde el año 1880 hasta la actualidad en la media de la anomalía de la temperatura a nivel global. Es decir, que las temperaturas se han alejado, de media, 1,01 ºC de media de su valor de referencia desde entonces.
“El cambio climático actual viene dándose a partir de la Revolución industrial y es en las últimas décadas cuando se ha hecho más evidente”, explica la física y meteoróloga de eltiempo.es, Irene Santa, a Maldita.es en relación con este fenómeno. “Si observamos cómo ha evolucionado la temperatura media global desde entonces (mediados del siglo XIX) el calentamiento se ha estado acelerando y ya tenemos 1,1 ºC por encima de lo que había en la época preindustrial”. El informe ‘Calentamiento global de 1,5 ºC’, elaborado por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), explica los impactos que tendrá este posible aumento de la temperatura respecto a los niveles preindustriales. Además, como ya han explicado Irene Santa y Ernesto Rodríguez, este cambio climático se caracteriza por su rapidez.
En esta misma línea, el instituto ambiental Berkeley Earth recoge que la temperatura media global en julio de 2022 ha sido 0,84 °C de media más cálida que durante el periodo de 1951 a 1980 y que esto es equivalente a estar 1,18 ºC sobre la media 1850-1900. La publicación también detalla que en julio de 2022 el 71 % de la superficie de la Tierra estuvo significativamente más caliente en comparación con su promedio local durante el período de 1951 a 1980.
Además, el centro ambiental estadounidense NOAA Climate.gov, detalla en una de sus publicaciones científicas cómo la temperatura de la tierra ha aumentado en 0,08 ºC por década desde 1880. Este aumento es más pronunciado desde el año 1981, cuando se registra un aumento de las temperaturas de 0,18 ºC desde ese mismo año.
“China, el responsable del 30,3% de la contaminación mundial, viene a decir a los demás que contaminen menos”
Por último, el vídeo también destaca la disparidad entre emisiones de efecto invernadero por países. Apunta a que China emite el 30,3% de la “contaminación mundial” frente al 0,28% de España. “Llevar las directrices de los fanáticos climáticos a la práctica en Occidente está destruyendo las economías europeas, al mismo tiempo que no cambia absolutamente nada ya que los países más contaminantes no bajan su nivel de emisiones”, acaba el vídeo.
Realmente la responsabilidad histórica de la mayor parte de las emisiones no está en China, sus emisiones por persona son menores a las de Europa y parte de los gases de efecto invernadero se deben a la deslocalización de industrias globales para el consumo de la población de países con más nivel de ingresos medios, como explicamos a continuación.
Los gases de efecto invernadero ya emitidos permanecerán décadas en la atmósfera y seguirán calentando el clima pese a que dejemos de emitir de golpe. Por ello, es importante saber qué países han emitido qué porcentaje de todas las emisiones de dióxido de carbono o CO2, el principal gas de efecto invernadero, desde el comienzo de la Revolución Industrial. El portal especializado en datos ‘Our World in Data’ ha recopilado datos del CO2 acumulado por países hasta 2017 y muestra cómo Estados Unidos es el responsable del 25% del total, la Unión Europea más Reino Unido, del 22% y China, del 12,7%. Por lo tanto, la responsabilidad histórica de la emisión de los gases detrás de la crisis climática es mayor la de Estados Unidos y Europa.
Pero comparar las emisiones de países menos poblados con otros mucho más poblados es tramposo. China tiene 1.412 millones de habitantes e India casi 1,4 millones, mientras que la Unión Europea más Reino Unido no llegan a los 515 millones y Estados Unidos ronda los 332 millones, según datos del Banco Mundial a 2021. Si cambiamos las emisiones totales actuales de países a cuánto CO2 emiten de media cada uno de sus habitantes, el cuadro cambia.
En 2020, una persona promedio de Estados Unidos y Canadá (14,2 toneladas de CO2/persona) emitió casi el doble per cápita que un habitante medio de China (7,4 toneladas de CO2/persona) y más de 8 veces que uno de India (1,77), como muestra el siguiente mapa interactivo de ‘Our World in Data’.
Hay un tercer factor a tener en cuenta y se llama ‘Made in China’. Seguramente hayas comprado un producto (o muchos, especialmente tecnología) fabricado en China sin haber pisado nunca el país. La globalización económica ha permitido externalizar de forma masiva la producción de bienes a países y regiones alejados del consumidor final. Lo que lleva a que cuando compres un teléfono fabricado en China, las emisiones de dióxido de carbono asociadas a su fabricación se computen al país asiático y no a aquel en el que vives. Las emisiones de CO2 se miden típicamente en base a la producción y no al consumo.
El siguiente mapa de ‘Our World in Data’ muestra en azul a los países exportadores netos de CO2 y en rojo a los importadores. China exportó casi el 10% de sus emisiones en 2019 cuando Estados Unidos importó un 7%, Francia un 33,6% y Suiza hasta un 215%.
Cuando consideramos las emisiones en base al consumo y no la producción, las emisiones de CO2 per cápita anuales suben en Estados Unidos de 15,97 toneladas en 2019 a 17,1. En China, bajan del 7,32 a 6,59, según datos de ‘Our World in Data’.
En total, el 16% de la población mundial que vive en países de altos ingresos son el responsable del 46% de las emisiones de CO2 en base al consumo frente al 13% que emiten los países de ingresos medios-bajos que albergan al 40% de la población, según la misma fuente.
Por último, el vídeo indica que “los países más contaminantes no bajan su nivel de emisiones”. Aunque es cierto que China, por ejemplo, sigue aumentando las emisiones de CO2, este y otros 195 países son firmantes del Acuerdo de París, por el que se comprometen a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero con el objetivo de un planeta con clima neutro para mediados de siglo.
China también es uno de 165 los firmantes que a octubre de 2021 han enviado su plan de acción climática con las medidas que tomarán para reducir sus emisiones. El objetivo fijado de China es lograr el pico de emisiones en 2030 y lograr que sean netas en 2060, es decir, fijar tantos gases de efecto invernadero como los que liberen. Pese a ello, incluso si se cumplen estos planes presentados por más de 160 países, Naciones Unidas estima que la temperatura global subirá más de dos grados, incumpliendo, por tanto, el principal objetivo del Acuerdo de París.
Con todo, China sí está tomando algunas medidas dirigidas a reducir sus emisiones, como aumentar en un 137% la instalación de energía solar en el primer semestre del 2022 respecto al año anterior con 31 GW (gigavatios), casi la mitad de toda la capacidad de energía renovable de España en 2021 (64 GW). En total, la capacidad solar de China es de 340 GW a julio de 2022, indica Reuters.
Primera fecha de publicación de este artículo: 26/08/2022