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Por qué los guantes y mascarillas podrían convertirse en un problema medioambiental si no nos deshacemos de ellos con responsabilidad (y cómo evitar que esto ocurra)

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Hoy, 5 de junio y Día Mundial del Medioambiente, tenemos la excusa perfecta para reflexionar sobre un aspecto concreto de la llamada "nueva normalidad": cómo los guantes y mascarillas, que ahora son obligatorias en lugares públicos por su importancia y efectividad al reducir el riesgo de contagio por coronavirus, podrían llegar convertirse en un problema para el medio ambiente si no nos deshacemos de ellos con atención y responsabilidad al terminar su vida útil.

Como decimos, el uso de mascarilla es imprescindible, junto a la distancia de seguridad, para no contagiar ni contagiarnos, ahora que volvemos a tomar calles y terrazas y podemos reunirnos con los nuestros. Sin embargo, ojo, para evitar un nuevo problema, esta vez no solo sanitario (al dejar al alcance de cualquiera un objeto potencialmente contaminado) sino medioambiental, además de no dañar ningún ecosistema, cuando llegue la hora de deshacernos de ella es importante tener en cuenta ciertas cuestiones.

Apunta: en primer lugar, que hay que depositarlas siempre en el contenedor de restos (gris) y nunca, nunca tirar estas (o los guantes) al suelo. Os contamos cuál es su impacto en el planeta y os damos algunos trucos para minimizarlo.

España ha pasado de la noche a la mañana de ser un país en el que apenas se usaban mascarillas a que sean obligatorias en lugares públicos. La Sociedad Española de Microbiología (SEM) subraya que debemos empezar a concienciarnos del problema medioambiental que supone el uso de mascarillas desechables. Siempre, claro, que no nos deshagamos de ellas con responsabilidad.

Que la mayoría de la población utilice mascarillas para protegerse y frenar la pandemia de COVID-19 supone, por otro lado, un aumento del impacto medioambiental de estos objetos. Manuel Sánchez Angulo, profesor de la Universidad Miguel Hernández y miembro de la SEM, afirma a Maldita Ciencia que “una cosa es que las use solo el personal sanitario y otra la población general: Son millones de mascarillas diariamente en la basura”.

Y eso en el mejor de los casos, pues en ocasiones tanto guantes como mascarillas acaban en el suelo. Freddy Isaac Espejo Ticona, experto en ecología y medio ambiente de la Universidad Tecnológica Boliviana y uno de nuestros malditos, explica a Maldita Ciencia “que la ligereza de guantes y mascarillas hace que incluso el viento más ligero pueda transportarlos” a diferentes hábitats. De esta forma, según señala, podría terminar en el tracto respiratorio o digestivo de un animal, que podría llegar a asfixiarse.

Las mascarillas quirúrgicas e higiénicas tardan más de 100 años en desintegrarse, según WWF

Tanto guantes como mascarillas pueden tener un gran impacto medioambiental si no somos conscientes de dónde y cómo nos deshacemos de ellos tras acabar su vida útil o el tiempo de uso recomendado por el fabricante. “Las quirúrgicas e higiénicas no reutilizables son eficaces solo durante cuatro horas. Por lo que una persona pase ocho horas fuera de casa, estaría gastando 720 mascarillas desechables al año”, afirma la ONG WWF. Y estas mascarillas, según explica, “tardan más de 100 años en desaparecer”.

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“En un momento en el que la sociedad se estaba dando cuenta del valor de reducir el uso de plásticos de un solo uso, la multiplicación de los equipos de protección de usar y tirar ha hecho crecer la generación de residuos y, paralelamente, su utilización inadecuada”, afirma a Maldita Ciencia Oceana, una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo es proteger los océanos. 

Además, durante la pandemia también se ha producido un aumento de embalaje, según cuenta. La propia denominación de ‘usar y tirar’ “muestra el problema que generan estos artículos”: incremento del uso de materias primas, aumento de emisiones en el transporte y la fabricación y desechos que acaban en el medio ambiente.

De ahí la importancia de que cada uno de nosotros colabore y facilite, en la medida de lo posible, la gestión de estos residuos; imprescindibles durante su vida útil, por otra parte, al interponerse en la expansión del SARS-CoV-2.

De aves marinas a tortugas: el impacto de guantes y mascarillas en mares y océanos

Y en última instancia, también en los ríos, mares y océanos. Se calcula que 100.000 animales marinos mueren atrapados, asfixiados o envenenados por los plásticos cada año, según WWF, que ha lanzado la campaña “Recoge el guante”.

Los guantes y las mascarillas ya han llegado al fondo del mar, tal y como se muestra en este vídeo grabado en el Mediterráneo por el buceador francés Laurent Lombard. "¿Qué opinas sobre nadar con la COVID-19 este verano?", pregunta en la publicación. "Sabiendo que se han pedido más de 2.000 millones de máscaras desechables, pronto habrá más mascarillas que medusas en el Mediterráneo", afirma.

Todavía es pronto para saber qué impacto tendrán en los océanos los guantes y mascarillas de los que no nos dehacemos con responsabilidad, tal y como explica Oceana. Pero sí es posible barajar qué puede pasar en base a la experiencia pasada. “Hay numerosos estudios que señalan los globos como el artículo de plástico más letal para aves marinas y otras especies, ya que obstruye su sistema digestivo y mueren de inanición. Podemos intuir que el problema es similar con los guantes de látex”, explica Oceana. 

Del mismo modo, “las tortugas pueden confundir bolsas de plástico con medusas y comérselas, por lo que podría ocurrir lo mismo con los guantes transparentes de los supermercados”. Y también sugiere que podría haber animales que quedan atrapados en la goma de las mascarillas o que una acumulación de residuos podría recubrir especies que viven en el suelo y necesitan acceso a la luz o a materia en suspensión.

Alargar el uso de mascarillas lo máximo posible hasta el tiempo indicado por el fabricante

¿Cómo podemos protegernos a nosotros mismos y a las personas de nuestro alrededor de forma eficaz y a la vez minimizar el impacto de guantes y mascarillas ya utilizados en el medio ambiente?

María Elisa Calle Purón, profesora de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, recomienda reutilizar las mascarillas todo lo que se pueda hasta llegar a las horas totales de uso que indica el fabricante. Pone como ejemplo las FFP2: “Duran unas ocho horas. Como no las vamos a utilizar ocho horas seguidas, una vez volvamos a casa, lo mejor es guardarlas en su funda o bien en un recipiente para ese uso”, cuenta a Maldita Ciencia.

Aquí ya os explicamos cómo guardar las mascarillas si se van a volver a utilizar. Meterla en un sobre de cartas o en una bolsa de papel puede ser una buena opción. Hay que evitar dejarlas en bolsos o en bolsillos. Tampoco es recomendable meterlas en bolsas de plástico, ya que puede haber hongos y otras bacterias en la mascarilla que en un entorno cerrado de plástico puedan proliferar, según la farmacéutica Marián García.

Incluso en algunos casos Sánchez aconseja alargar un poco su vida útil: “Dado que la finalidad de su uso es evitar que la mayoría de nuestras secreciones respiratorias pase al ambiente, probablemente podemos estirar su uso un poco por encima de su vida útil, por conciencia medioambiental”, afirma. 

Eso sí, “siempre que se trate de uso cotidiano y nunca cuando hemos estado en contacto con personas sospechosas de estar infectadas o casos declarados, situación en la que deberíamos desecharlas inmediatamente y extremar el cuidado en el lavado de manos después de quitárnosla”.

En la misma línea se posiciona Dolo Vidal, profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Castilla-La Mancha en Ciudad Real y miembro de la SEM, que recuerda que alargar el tiempo también implica perder eficacia de filtrado: “Pueden seguir siendo válidas hasta un punto si vamos respetando también la distancia de seguridad pero pierden eficacia por el exceso de humedad del vapor de agua que exhalamos”.

“Desecharlas a diario es un gasto innecesario para personas de a pie, no para personal sanitario o personal que está muy expuesto como los empleados de comercios, peluquerías o conductores en transporte público que sí deben desecharlas diariamente. Las personas de a pie solo tendríamos que ponérnoslas lo justo, porque lo sensato es que solo nos expongamos lo justo con más gente”, cuenta a Maldita Ciencia. 

Sanidad no recomienda utilizar guantes para salir a la calle

En cuanto a los guantes, tanto la OMS como el Ministerio de Sanidad, afirman que no es necesario usarlos para salir a la calle. El bot del Gobierno en WhatsApp para resolver dudas sobre el coronavirus afirma que utilizarlos “no es una forma ‎eficaz de prevenir la infección por el nuevo coronavirus”. 

En su lugar, el Ejecutivo recomienda lavarse las manos con frecuencia, ya que asegura que esta medida proporciona más protección ‎frente al contagio de la COVID-19 que usar guantes de goma: “El hecho ‎de llevarlos puestos no impide el contagio, ya que si uno se toca la cara ‎mientras los lleva, la contaminación pasa del guante a la cara y puede ‎causar la infección”. ‎

Cuando sí es necesario utilizar guantes de usar y tirar es siempre que se vaya a tocar fruta y verdura al hacer la compra en un comercio "como ya se venía haciendo hasta ahora", tal y como te contamos aquí.

Tirar mascarillas y guantes en el contenedor de restos, que es gris (y nunca al suelo)

Para evitar que guantes y mascarillas todas las consecuencias anteriores y que estos impacten de manera directa en el medio ambiente, es imprescindible no tirarlas al suelo tras utilizarlos. Las mascarillas de un solo uso, al igual que los guantes (sean del material que sean), no deben tirarse al contenedor amarillo. Deben ir al contenedor de restos (gris), tal y como explica Ecoembes en su web

Y si la mascarilla pertenece a un paciente contagiado, debe seguir el siguiente proceso, según Ecoembes. Primero tiene que ir junto con otros residuos que haya usado el paciente como guantes o pañuelos en una bolsa de plástico con cierre hermético (bolsa 1) que se tire en un cubo de basura situado dentro de la habitación. 

La bolsa de plástico con cierre hermético (bolsa 1) debe cerrarse adecuadamente e introducirla en una segunda bolsa de basura (bolsa 2), que se situará a la salida de la habitación para que la persona encargada de cuidar al paciente deposite ahí sus guantes y mascarilla. Antes de salir de la habitación se cerrará esta segunda bolsa correctamente.

Finalmente, la bolsa 2 se depositará junto a los demás residuos destinados al contenedor de restos, dentro de otra bolsa (bolsa 3), que también se cerrará adecuadamente.

En este artículo ha colaborado con sus superpoderes Freddy Isaac Espejo Ticona, experto en ecología y medio ambiente de la Universidad Tecnológica Boliviana.

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