Nos habéis preguntado por un artículo que afirma que beber cerveza con moderación (entendiendo por ‘moderación’ medio litro al día, según detallan en el texto) nos puede ayudar a adelgazar hasta 5 kilos en un mes y que “las bebidas alcohólicas pueden ser parte de una dieta saludable”, dado que “todo se reduce a las calorías totales, a cuántas estás ingiriendo versus cuántas estás quemando”. Sin embargo, ni la cerveza ayuda a adelgazar ni el alcohol tiene cabida en una alimentación saludable.
Nos encanta que nos digan que lo que nos gusta es bueno, que nos va a hacer bien. Y si añadimos que también puede ayudarnos a estar en mejor forma, para qué queremos más. Esta esperanza sin sustento no va a hacer ni que una tostada de crema de cacao ultraprocesada sea más saludable que una de aguacate, independientemente de las calorías que aporte, ni mucho menos va a convertir a la cerveza en el epicentro de una dieta saludable para perder peso.
El alcohol no es beneficioso para la salud en ningún caso, tampoco con moderación y, además de su alta carga calórica, no aporta nutrientes. De hecho, lo único que la ciencia ha corroborado son las consecuencias negativas que este tiene para el organismo.
"En el caso de bebidas fermentadas como la cerveza o el alcohol, la presencia de compuestos como hidratos de carbono, antioxidantes como los polifenoles o vitaminas del grupo B no justifica su consumo: todas estas sustancias pueden obtenerse fácilmente de otros alimentos saludables (como los vegetalea)", explica a Maldita.es la dietista-nutricionista y tecnóloga de los alimentos Beatriz Robles.*
El alcohol no es beneficioso para la salud (tampoco con ‘moderación’)
Independientemente de su potencial papel en la pérdida o ganancia de peso (más bien esto segundo), el alcohol perjudica nuestra salud y no hay un nivel de consumo que se considere seguro. Lo que muestran las evidencias científicas es que lo saludable es no beber nada en absoluto, como también recoge la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El consumo de bebidas alcohólicas está relacionado con un mayor riesgo de alta presión arterial, enfermedad cardiaca, accidentes cerebrovasculares, enfermedad del hígado, problemas digestivos y cáncer (de mama, boca, garganta, laringe, esófago, hígado, colon y recto). También con problemas en el aprendizaje y la memoria, de salud mental, familiares y laborales.
Por otro lado, y en contra de lo que afirma el artículo por el que nos habéis preguntado, el alcohol está considerado un factor que favorece el aumento de peso. De hecho, aporta unas 7’1 kcal por gramo. Esto, en una lata de cerveza estándar (de unos 330 ml y un 5% de alcohol) supondría unas 150 kcal, aproximadamente. Es decir, bebiendo dos latas de cerveza al día estaríamos consumiendo, más o menos, la mitad de kcal que si comiésemos una hamburguesa, también estándar, de cualquier cadena de comida rápida. Eso sí, ¿a que nunca has oído hablar de la dieta de la hamburguesa?
Si aún nos seguimos preguntando si beber cerveza diaria con moderación puede ayudarnos a adelgazar, Daniel Ursúa, dietista-nutricionista, plantea a Maldita.es la siguiente pregunta: ¿El fin justifica los medios? Si el precio de perder peso supone perder salud, ¿compensa? Adelantamos la respuesta: no.
Las calorías no lo son todo
Como ya hemos explicado en Maldita.es, basarnos exclusivamente en un posible déficit calórico, ignorando el resto de aporte nutricional, “es simplemente banalizar el metabolismo”, según calificaba la dietista-nutricionista e investigadora biomédica en diabetes y obesidad Diana Díaz Rizzolo. Como añadía Ursúa, el concepto de densidad energética es mucho más importante y completo que el del balance calórico.
Es decir, aunque reduzcamos la ingesta total de calorías de la dieta e incluyamos en ella las que nos aporta la cerveza, estas son calorías vacías: ni nos van a aportar nutrientes ni nos van a saciar, como explicaba a Maldita.es María González, presidenta del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Galicia (CODINUGAL).
Esto quiere decir que, para mantener ese famoso déficit calórico que permitiese perder peso a través de esta supuesta dieta de la cerveza, deberíamos renunciar a las calorías de alimentos que sí contienen nutrientes interesantes para nuestra salud.
No siempre es saludable “perder 5 kilos en un mes”
Es cierto que la facilidad para perder peso está relacionada con el número de kilos que, desde el punto de vista de la salud, ‘sobran’ (a grandes rasgos, cuánto más sobrepeso sufre una persona, más rápidamente perderá kilos); pero, en general, una pérdida súbita solo será posible haciendo cambios dramáticos (y probablemente, poco saludables) en nuestra alimentación.
Además, en palabras de Ursúa, “prometer una pérdida de peso en un tiempo determinado (5 kilos en un mes, en este caso) es mentir”. “No podemos asegurar algo así. De hecho, en el caso de que se consiguiera, sería a costa de una ingesta excesiva de alcohol que tendrá efectos perjudiciales en nuestro cuerpo tanto a medio como a largo plazo”, señala el dietista-nutricionista. “La recomendación parece tan acertada como una que invite a cortarse una pierna para perder 15 kilos en un solo día”.
Modificar la manera en la que comemos con el único objetivo de adelgazar mucho en poco tiempo puede llevarnos a reducir demasiado la ingesta de calorías y comenzar una dieta restrictiva, en la que prescindamos incluso de grupos completos de alimentos.
¿Qué ocurre cuando nuestro cuerpo nota que le falta ‘la gasolina’, que carece del alimento al que le tenemos acostumbrado? Ante la falta de energía, ‘enciende’ el ‘modo ahorro’, un mecanismo de supervivencia ante la posible carencia de alimento. Esto hace que, al retomar nuestra alimentación habitual, ya que las dietas restrictivas no son sostenibles a largo plazo, experimentemos un efecto rebote: nuestro cuerpo utilizará menos energía (quemará menos calorías), para realizar la misma actividad (ralentización del metabolismo).
“No tendríamos que enfrentarnos a estas cuestiones si no viviésemos en un entorno pesocentrista. Tendemos a pensar que todo lo que suponga una pérdida de peso es saludable y no tiene por qué ser así: perder peso y ganar salud son cosas muy distintas. Nuestro objetivo debería ser el segundo, independientemente del efecto que esto tuviese sobre nuestro peso”, recuerda Ursúa.
*Hemos actualizado este artículo para incluir las declaraciones de Beatriz Robles.
Este contenido es apoyado por la iniciativa “Alimentando el cambio” de DANONE EDP en el que Maldita.es colabora elaborando contenidos independientes según su metodología.
Primera fecha de publicación de este artículo: 28/10/2021