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Colegios adaptados contra el calor en Barcelona y refugios bioclimáticos en Lorca: cómo se utilizan fondos europeos para paliar los efectos de las altas temperaturas

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Claves:
  • Varias ciudades europeas han desarrollado una red de refugios climáticos, un conjunto de espacios públicos exteriores o interiores donde los ciudadanos pueden resguardarse de las altas temperaturas durante las olas de calor
  • Algunas de estas ubicaciones se han adaptado para este fin con dinero del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), que forma parte de las políticas de cohesión de la Unión Europea
  • Así, se trata de hacer frente al fenómeno de la isla de calor por el que la temperatura es más elevada en las ciudades que en las zonas colindantes


En tan solo diez días, del 23 de junio al 2 de julio de 2025, las altas temperaturas provocaron la muerte de 2.300 personas en tan solo doce grandes ciudades europeas, según un estudio reciente. Esto supone más de doscientas personas diarias. Para hacer frente a estas temperaturas y procurar la seguridad de los ciudadanos, en algunas zonas urbanas de Europa se han aclimatado espacios que funcionan como medida de urgencia para aliviar el calor extremo: se les conoce como refugios climáticos y algunos se han financiado con los fondos de las políticas de cohesión de la Unión Europa.

Las islas de calor urbana y la necesidad de los refugios climáticos

En las ciudades se produce un fenómeno conocido como isla de calor (UHI, por sus siglas en inglés), por el que “las temperaturas son más altas que en las zonas vecinas”, explica a Maldita.es Joyeeta Gupta, experta en cambio climático. Esto es resultado “de la forma en la que construímos nuestras zonas urbanas”, aclara. Infraestructura como carreteras, aceras, edificios o incluso el transporte que circula por las carreteras “emiten calor residual”, en palabras de la experta. 

La temperatura puede variar entre tres y cuatro grados por encima en la zona urbana, según la investigadora de política climática Francesca Colli. “A medida que los veranos se vuelven más cálidos y las olas de calor más frecuentes debido a la crisis climática, las ciudades se vuelven aún más cálidas, lo que provoca problemas de salud”, asegura. Es especialmente perjudicial para “poblaciones vulnerables”, explica Colli, entre las que se encuentran “personas con enfermedades preexistentes o ancianos”. De hecho, según un estudio del Grantham Institute de Inglaterra, entre el 23 de junio y el 2 de julio de 2025, el calor extremo causó la muerte de 2.300 personas en doce grandes ciudades europeas (entre las que se encuentran Madrid y Barcelona). 

El mapa muestra la diferencia de temperatura media de 10 años a 2 m de altura (2008-2017) para el centro urbano de Amberes (Bélgica), en comparación con su área circundante. Fuente: Agencia Europea del Medio Ambiente.

Los refugios climáticos son una herramienta fundamental para luchar contra las altas temperaturas. Colli los define como “una medida de adaptación para proporcionar alivio a los residentes de las ciudades durante las olas de calor”. De este modo, en palabras de la experta, se crean “islas frescas” dentro de la zona urbana a las que los ciudadanos pueden acudir para refugiarse. Generalmente, suelen ubicarse en edificios públicos aclimatados que se mantienen abiertos durante los días con las temperaturas más elevadas (como escuelas o bibliotecas, por ejemplo).

Sin embargo, los refugios climáticos no siempre están en el interior de los edificios. “También pueden contener espacios exteriores sombreados con elementos acuáticos”, afirma la investigadora. Por ejemplo, París mantuvo hasta 140 parques abiertos las 24 horas del día durante la ola de calor de principios de julio de 2025. Esto es porque, según explica Colli, “los espacios verdes se enfrían considerablemente por la noche” y reducen la temperatura.

Los refugios climáticos como una respuesta europea a los riesgos de las temperaturas extremas

Daan Welling, consultor de sostenibilidad centrado en políticas de la Unión Europea sobre adaptación climática, explica a Maldita.es que “los refugios climáticos pueden financiarse a través de diversos proyectos europeos”. Aunque, reconoce, “no existe una legislación comunitaria específica” ni criterios únicos para estas infraestructuras, sí hay “subvenciones para la adaptación” de ciertos espacios. Y algunas de estas salen de los fondos destinados a las políticas de cohesión de la Unión Europea, un mecanismo para reducir las desigualdades económicas, sociales y territoriales entre los diferentes Estados miembros y sus regiones. 

Barcelona, donde uno de sus medidores registró la temperatura máxima del mes de junio el día 30 con casi 38 ºC, tiene una red de más de 400 refugios climáticos repartidos por toda la ciudad. Allí, entre 2019 y 2020, se desarrolló un proyecto para transformar once centros escolares y adaptarlos al cambio climático convirtiéndolos en refugios que estaba cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional o FEDER (diseñado para invertir en el desarrollo social y económico).

Refugio climático de Barcelona. Fuente: Ayuntamiento de Barcelona.

Este mismo fondo se ha utilizado para financiar otro proyecto en la Región de Murcia. En la ciudad de Murcia también hay una red de refugios climáticos habilitados para el verano de 2025 en la que se contemplan tanto edificios públicos como espacios verdes al aire libre. En este caso, el proyecto NatUR‑W (con un presupuesto de más de 4,7 millones de euros de los FEDER hasta 2027) contempla la creación de infraestructuras bioclimáticas que funcionen como refugios y la regeneración del entorno urbano con soluciones basadas en el agua para proporcionar sombra, frescura y servicios ecosistémicos en el municipio de Lorca.

Fuera de España también hay iniciativas similares. Time2Adapt es un proyecto con financiación también de los FEDER para adaptar espacios urbanos públicos para funcionar como refugios térmicos temporales en Lille (Francia), otra de las ciudades pioneras en la construcción de una red de lugares donde resguardarse del calor junto a Barcelona. En París se creó en 2022 el Programa OASIS, con el que transformaron los patios escolares en espacios verdes accesibles en olas de calor con cargo a estos mismos fondos europeos.

Además de los refugios climáticos hay otras iniciativas urbanas que pueden llevarse a cabo para intentar hacer frente a las altas temperaturas. Los tres expertos consultados por Maldita.es coinciden en que aumentar la vegetación (con la plantación de árboles y ampliación de parques, por ejemplo) es fundamental para reducir las temperaturas. “El uso vertical de la vegetación en edificios e infraestructuras también es útil”, añade Gupta. Welling apunta como opciones efectivas “las superficies reflectantes o de color claro” y el aumento de las “infraestructuras azules” (con fuentes de agua o el rociado de calles, por ejemplo). Colli habla también de la adaptación del entorno construido para reducir la retención del calor, “construyendo para permitir una mayor circulación del viento o creando sombra mediante velas”.

Las opiniones y puntos de vista expresados solo comprometen a su(s) autor(es) y no reflejan necesariamente los de la Unión Europea. Ni la Unión Europea ni la autoridad otorgante pueden ser considerados responsables de ellos.