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La investigación sobre material nuclear en la calima de marzo de 2022: la cantidad fue inferior a los límites europeos para los alimentos

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  • Varios contenidos cuestionan la cobertura en televisión de una investigación que halló partículas radiactivas de ensayos nucleares en el episodio de calima en la península Ibérica en 2022 porque se ocultó supuestamente el riesgo para la salud
  • La investigación concluye que la cantidad detectada de material radiactivo, con origen en pruebas de la URSS y EEUU en los cincuenta y los sesenta, es inferior al límite permitido para productos alimentarios y no supuso “ningún riesgo para la salud pública”
  • Según el profesor a cargo de la investigación, en las zonas afectadas por la calima encontró una concentración promedio de cesio (material radiactivo) de 14 bequerelios por kilogramo (Bq/kg). La UE permite hasta 1.000 Bq/kg en alimentos

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Lo que circula: contenidos que cuestionan la cobertura en televisión de una investigación que halló partículas radiactivas de ensayos nucleares en el episodio de calima que cubrió la península Ibérica en 2022. Estos contenidos dicen que se habría ocultado que el material encontrado en el polvo en suspensión durante ese período fue nocivo para la salud.

Cómo se comparte: con un vídeo de una pieza en las noticias de laSexta del 31 de enero y mensajes que recogen el resultado del estudio sobre que la calima y las partículas radiactivas procedentes de ensayos nucleares que se encontraron “pero la reportera dice que ‘tranquilidad’. Nos toman por gilipollas cada día más”.

Verificación: las conclusiones de la investigación, publicadas en la revista científica Science, indican que “el material radiactivo transportado en este episodio de calima no representó ningún riesgo para la salud pública” y que la cantidad detectada estaba por debajo de los límites que la normativa europea impone sobre los productos alimentarios. La calima de 2022 provenía del sur de Argelia, aunque esta investigación descarta que el material radiactivo provenga de ahí. En cambio, apunta a las pruebas nucleares que Estados Unidos y la Unión Soviética llevaron a cabo en distintas partes del mundo en las décadas de 1950 y 1960.

La investigación concluye que en el episodio de calima hubo cantidades de partículas radiactivas menores a lo permitido por la UE en alimentos

Entre las publicaciones que difunden el fragmento del informativo, encontramos mensajes como este: “Lo que nos vendieron en marzo del 2022 como polvo del Sáhara en suspensión realmente era polvo con partículas radiactivas procedentes de ensayos nucleares. Pero tranquilos que también te venden que no tenía riesgo para la salud” (sic). 

El estudio que determinó la presencia de ese material radiactivo, de las universidades de Oviedo y París-Saclay, concluyó que “está en unas cantidades que no suponen ningún riesgo para la salud”, tal y como explica Germán Orizaola, profesor de Zoología de la Universidad de Oviedo y persona a cargo de la investigación, en un audio disponible en la web de la universidad

Para ponerlo en cifras, según esta investigación, el material radiactivo identificado fue el cesio, y su concentración promedio en las 110 muestras utilizadas, provenientes de la península Ibérica, Francia, Austria y Bélgica, las zonas afectadas por la calima de marzo de 2022, fue de 14 bequerelios (unidad que mide la actividad radiactiva) por kilogramo (Bq/kg). Bajo la normativa europea, en los productos para consumo alimenticio se permiten hasta 1.000 Bq/kg de cesio, y en los productos de alimentación infantil, hasta 400 Bq/kg.

Fragmento de la investigación publicado en Science. 

La investigación apunta a las pruebas nucleares de la URSS y EEUU en el siglo XX como origen del material radiactivo

La narrativa desinformadora principal que se difunde es que la calima de 2022 habría sido nociva para la salud. Además, algunos usuarios también afirman que Marruecos es supuestamente el origen del material radiactivo por tratarse de polvo sahariano, con mensajes como estos: “Marruecos haciendo pruebas con bombas y nosotros pagando más por llevar coches diésel” o “me cago en Marruecos y en el puto amante de Perrosanchez Mohamed” (sic). 

De acuerdo con la investigación de las universidades de Oviedo y París-Saclay, el origen de las partículas radiactivas no está en Marruecos sino en el sur de Argelia. El profesor Orizaola dice que el material encontrado “coincidió con la señal global de radiación detectada a lo largo del planeta, dominada por los ensayos nucleares realizados por la Unión Soviética y Estados Unidos durante las décadas de 1950 y 1960”.

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