Qué mensaje circula: “Si todos los coches afectados por la DANA hubieran sido eléctricos, Valencia habría sufrido un infierno de fuego y gas tóxico”. También añaden que los rescatistas se habrían expuesto a ese gas mortal y que los materiales tóxicos de las baterías habrían contaminado el agua y el suelo durante décadas.
Lo que sabemos: No podemos verificar una situación hipotética que no se ha producido, pero podemos analizar lo que dice la evidencia sobre el riesgo de incendio en la batería de un coche eléctrico cuando este se sumerge en agua:
En una inundación los vehículos eléctricos, a diferencia de los de combustión, presentan riesgo de incendio, aunque no hay datos que indiquen la probabilidad exacta.
Un estudio analizó cómo afectó la inundación provocada por un huracán en Florida (EEUU) a coches eléctricos y determinó que 600 fueron siniestrados y 36 se incendiaron. Este estudio se basa en inundaciones con agua salada, no dulce como la que inundó los pueblos valencianos en octubre de 2024. El agua salada es más dañina para las baterías de los coches eléctricos que el agua dulce, según un experto.
Los coches de combustión, entre otros muchos elementos afectados por las inundaciones en Valencia, también liberan sustancias contaminantes.
No hay datos sobre la probabilidad de incendio de coches eléctricos tras ser sumergidos en agua
En términos generales, la probabilidad de que se incendie un coche eléctrico es extremadamente baja, aunque una vez incendiados son más difíciles de extinguir que los coches de combustión. Pero, ¿qué habría pasado si los coches arrastrados por las inundaciones de la DANA hubiesen sido eléctricos? Los contenidos que circulan aseguran que las baterías habrían explotado generando “un fuego en cadena imposible de controlar”.
El proyecto EV FireSafe, financiado por el Gobierno australiano, hizo una investigación en la que determinó que los vehículos eléctricos que han estado sumergidos en agua –“especialmente en agua salada”– durante un largo periodo de tiempo, de horas a días, pueden tener un mayor riesgo de sufrir un “cortocircuito” en la batería, lo que puede provocar que esta se incendie. No obstante, “no hay datos que indiquen la probabilidad”, aseguran.
“En una situación de inundación, que es algo excepcional, es verdad que los vehículos eléctricos, a diferencia de los de combustión, presentan cierto riesgo de incendio”, comenta Jorge Varela Barreras, experto en baterías y movilidad eléctrica, profesor en el Imperial College de Londres y la Universidad María Zambrano e investigador en el Centro Tecnológico de la Automoción de Galicia.
El agua salada es más dañina para las baterías de los coches eléctricos que el agua dulce, según un experto consultado por Maldita.es
Hay pocos estudios sobre cómo reacciona un vehículo eléctrico cuando es sumergido en agua. Una de las situaciones más parecidas a lo ocurrido con la DANA de Valencia en la que los coches se inundaron es el huracán Ian en Florida (Estados Unidos) en 2022. La Administración Nacional de Seguridad Vial (NHTSA, por sus siglas en inglés) realizó un informe llamado “Estudio de desguace de vehículos eléctricos dañados por inundaciones” en el que investigaron cómo afectó la inundación provocada por el huracán en las baterías de los coches eléctricos.
La NHTSA determinó que el huracán Ian afectó a entre 3.000 y 5.000 vehículos eléctricos. De ellos, 600 fueron declarados siniestrados y 36 se incendiaron. En “varios casos”, el incendio se declaró mientras los coches eléctricos afectados eran remolcados.
Varela insiste en que estos datos basados en inundaciones de agua del mar provocadas por huracanes en EEUU reflejan que la probabilidad de que ocurra un incendio de un vehículo eléctrico por inmersión en agua salada es inferior al 1%, “lo que lo clasifica como un evento altamente improbable”. Varela extrae este dato de dividir los 36 vehículos eléctricos que se incendiaron en Florida entre los 600 siniestrados.
Aún así, en Valencia, los coches estuvieron sumergidos en agua dulce. El experto en baterías y movilidad eléctrica explica que el agua salada es más dañina que la dulce para las baterías de un eléctrico por varios motivos: aumenta el riesgo de cortocircuitos, hay más riesgos por toxicidad e inflamabilidad en entornos cerrados y el agua salada es más corrosiva.
Retirar un coche eléctrico del agua es igual de seguro que retirar cualquier otro vehículo, según el proyecto EV FireSafe
La web EV FireSafe indica que es igual de seguro retirar un coche eléctrico que ha sido sumergido en agua que extraer cualquier otro vehículo. El personal de intervención debe fijarse en los signos de incendio de la batería, como chasquidos, silbidos, grandes nubes de vapor o llamas en forma de chorro. Si hay burbujas en el agua, el portal recomienda alejarse del vehículo porque esto puede indicar que se está produciendo una fuga térmica y las burbujas pueden contener gases tóxicos.
Los contenidos que circulan aseguran que la ruptura de las baterías de litio liberaría fluoruro de hidrógeno, “un gas corrosivo y mortal” que habría puesto en peligro a los servicios de rescate.
“El fluoruro de hidrógeno o el hidrógeno sólo presentan un peligro significativo en entornos cerrados”, explica Jorge Varela. Añade que esto podría evitarse aparcando al aire libre y manteniendo ventilados los garajes y el coche, por ejemplo, abriendo ventanillas o rompiendo lunas en vehículos siniestrados.
Por otro lado, EV FireSafe asegura que un vehículo eléctrico “no debería electrocutar” al personal que toque el vehículo y que estos coches eléctricos no electrifican el agua que los rodea. Solo si se diese el caso de que el personal de intervención entra en contacto con ambos lados del sistema de baterías, positivo y negativo, existe riesgo de electrocución. Este escenario puede darse cuando un coche eléctrico ha sufrido daños por colisión, por ejemplo.
Los eléctricos liberarían sustancias contaminantes, pero no serían la única fuente: el agua se contamina también por productos químicos y aguas residuales
Otra de las afirmaciones que incluyen los contenidos es que, al descomponerse los “materiales tóxicos de las baterías”, la zona de la riada habría quedado envenenada y el agua contaminada “durante décadas”. Los coches eléctricos liberarían sustancias contaminantes, pero en una inundación no sólo los coches contaminan el ecosistema.
El daño en el medio ambiente se da porque el agua ha quedado impregnada de distintos productos químicos, como combustibles, pesticidas o productos de limpieza, a los que se suma la contaminación por aguas residuales y desechos, asegura Jorge Varela.
Sara Marañón Jiménez, investigadora en ecología y edafología en el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales de la Universidad Autónoma de Barcelona, explicó a Maldita.es que las grandes riadas de Valencia trasladaron residuos, entre otros, de polígonos industriales, como pinturas y disolventes. “Contaminantes que se pueden malmeter en el suelo y comprometer la viabilidad del cultivo a largo plazo si no son tratados”, cuenta.
Narrativas desinformadoras que se han difundido sobre los coches eléctricos
Desde que los coches eléctricos tienen más riesgo de incendio que los de combustión hasta que las estaciones de recarga dependen de generadores de diésel o energía contaminante. Desde que empieza a extenderse la comercialización de los coches eléctricos, se han convertido en objeto de desinformaciones que cuestionan su eficacia para combatir el cambio climático o que los sitúan como un riesgo para los usuarios.
Sin embargo, y como ya explicamos en este reportaje, el coche eléctrico es una tecnología reciente y en aumento (en 2022 suponían el 2% de los turismos en todo el mundo), por lo que es pronto para sacar conclusiones. En cuanto al riesgo de incendio, si nos atenemos a los datos disponibles, la probabilidad de que arda un coche eléctrico es extremadamente baja, posiblemente menor que la de los coches de combustión interna.
Por otra parte, la inmensa mayoría de las estaciones de carga de vehículos eléctricos toman la energía de la red eléctrica que disponen, según explican compañías eléctricas, operadores de infraestructuras eléctricas, la Agencia Internacional de la Energía (IEA) y expertos en ingeniería eléctrica.
Aunque sí hay casos puntuales en los que se usan generadores diésel en estaciones de carga de vehículos eléctricos. Esto se debe a picos de demanda, a estaciones ubicadas en lugares remotos donde no hay conexión con la red eléctrica o a experimentos que no estaban pensados para usarse de manera generalizada.
Las situaciones de emergencia son momentos propicios para la aparición de bulos. Así, en Maldita.es seguimos desmintiendo bulos y desinformaciones relacionadas con la DANA y varias teorías de la conspiración desde el pasado martes 29 de octubre. Es fundamental: fíate sólo de fuentes oficiales y, ante la duda, es preferible no compartir. Aquí puedes consultar herramientas y fuentes para informarte sobre la DANA que ha recorrido España.