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Mitos y dudas sobre el autoconsumo eléctrico: del “es imposible en un piso” al “no se recupera la inversión”

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Claves
  • El autoconsumo eléctrico tiene importantes ventajas: abarata la factura energética y reduce las emisiones de efecto invernadero
  • Es posible instalar placas en bloques de viviendas sin tener que poner de acuerdo a todos los vecinos
  • Aunque en España la opción más común es la fotovoltaica, existen otras para las zonas con pocas horas de sol, como la minihidráulica o la minieólica
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¿Quieres enchufarte al autoconsumo eléctrico? Este modo de producción y consumo de energía, que consiste en colocar en una vivienda dispositivos capaces de generar energía a partir de fuentes renovables para consumirla directamente, cuenta con importantes ventajas ambientales, porque impulsa la producción eléctrica sin contribuir al calentamiento global, y económicas, pues supone un ahorro importante en la factura eléctrica. 

Pero a nadie se le escapa que instalar placas solares (u otro modo de autoconsumo) puede ser complejo, caro o imposible en algunos casos. Reunimos las dudas más comunes y desterramos algunos de los mitos más repetidos sobre el autoconsumo.

“No se pueden instalar placas solares en un piso”

El 65,6% de la población de España vive en pisos, el 83,5% si solo miramos las ciudades, según la última estadística de vivienda de Eurostat (2023) ¿Es cierto que para ellos no sirve el autoconsumo fotovoltaico? No, es un mito, ya que existe la modalidad de autoconsumo colectivo para este tipo de viviendas.

El autoconsumo eléctrico en España viene regulado en el Real Decreto 244/2019 y en él se recoge explícitamente el autoconsumo colectivo cuando se aprovecha una instalación de autoconsumo entre varios consumidores. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE) la tecnología con más desarrollo y posibilidad para el autoconsumo colectivo es la solar fotovoltaica, “ideal para entornos urbanos y cubiertas de edificios”. Laura Feijóo, coordinadora de autoconsumo de la cooperativa energética Ecooo, explicaba en una Maldita Twitchería que “no es imprescindible tener tejado propio para instalar placas”. 

Puede suceder que el tejado de un edificio sea impracticable (no da suficiente sol, ya hay otros elementos, no se puede instalar con seguridad…). En estos casos, las instalaciones no tienen por qué hacerse exactamente en el lugar donde se vaya a consumir, sino que pueden estar a hasta 2.000 metros de distancia si se ubican en cubiertas de edificios, suelo industrial o estructuras artificiales.

“Si no me pongo de acuerdo con todos los vecinos, no puedo instalar placas solares en un piso”

Sabiendo que el autoconsumo colectivo es posible para los pisos, ¿es más difícil poner placas en ellos que en una casa unifamiliar? “Lo difícil es que hay que ponerse de acuerdo con las vecinas”, aclara Feijóo, “pero no es necesario poner de acuerdo a todos”. 

Feijóo se refiere a los acuerdos de la junta de propietarios de la Ley de Propiedad Horizontal. Si el autoconsumo es para abastecer de electricidad a zonas comunes del edificio (escalera, ascensor, garajes…), el acuerdo debe hacerse por mayoría simple, es decir, la mitad de quienes acudan a la junta vecinal. Si el autoconsumo es para uso privativo, es decir, que la energía de las placas irá a consumidores particulares del edificio es necesario que lo apruebe un tercio de los integrantes de la comunidad.

Feijóo expone dos ejemplos:

  • Para zonas comunes: “Si viven en una comunidad de 100 propietarios, pero sólo van 10 a la junta, con que cinco o seis quieran hacer la instalación, se puede realizar”.

  • Para uso privativo: “De los 100 vecinos, 33 tendrán que autorizar el proyecto”, acudan a las juntas o no.

Estos acuerdos son para aprobar la instalación y uso de las placas solares, no para el pago de la instalación. En el caso del uso para zonas comunes, la aportación es obligatoria para todos los propietarios —incluso si han votado en contra— siempre que el importe “no supere la cuantía de 12 mensualidades ordinarias de gastos comunes” descontando subvenciones y ayudas públicas. En el caso del uso privativo, solamente los interesados tendrán que pagar. Puede suceder que haya vecinos que aprueben el proyecto pero no quieran participar en él y por tanto no tengan que contribuir económicamente.

“Vivo de alquiler y no puedo tener autoconsumo”

Este es uno de los mitos que se cumplen parcialmente. La decisión de instalar autoconsumo colectivo recae sobre el propietario de la vivienda, que es quien tiene poder de decisión en las juntas de vecinos donde se aprueban estas instalaciones, y, consecuentemente, abonaría su coste. Lo que sí puede hacer un inquilino es intentar convencer a su casero para que haga esta inversión.

Otra solución son los kits de autoconsumo, pequeños equipos que caben en terrazas, balcones y pérgolas, que en algunos casos (si son de baja tensión, no tienen excedentes o carecen de circuito independiente) no necesitan autorización ni ser instalados permanentemente por una empresa certificada y se pueden trasladar de una vivienda a otra. Sin embargo, estas opciones no son tan eficientes a la hora de reducir la factura de la luz y producen mucha menos energía.

“La inversión en autoconsumo es demasiado grande y no se llega a amortizar”

El autoconsumo fotovoltaico requiere desembolsar una cantidad importante de dinero para la instalación, el mantenimiento y los equipos (la tecnología de generación, baterías, inversor, contador y conexión a red eléctrica). Según la empresa instaladora Soty Solar, la inversión en 2024 oscila entre los 3.500 euros en una vivienda unifamiliar o los 15.000 euros en una comunidad de vecinos, pero los presupuestos dependen de muchos factores diferentes.

Esquema de una instalación de autoconsumo. Fuente: IDAE.

¿Es cierto que este dinero invertido no llega a compensarse? José Donoso, director general de la Unión Fotovoltaica Española (UNEF, la patronal fotovoltaica del país), decía en la Maldita Twitchería que “la inversión se amortiza, la cuestión es el cuándo”. Esta amortización procede, fundamentalmente, del ahorro en la factura de luz y de la compensación por los excedentes producidos (la energía producida que no se consume en la vivienda y se devuelve a la red eléctrica), si se opta por una modalidad que los incluya.

Donoso explica que con las subvenciones al autoconsumo fotovoltaico, para proyectos presentados hasta el final de 2023, la UNEF estimaba que las inversiones se amortizan después de “entre cuatro y siete años”. El IDAE, por su parte, estima que la inversión se amortiza entre los seis y los 10 años.

Sin estas ayudas, Donoso opina que “no se puede generalizar” con un dato, ya que depende de muchos factores: “Horas de sol, si hay sombras o no, si el consumidor puede adecuar su curva de consumo a las horas de producción…”. Más allá de estas convocatorias, muchos ayuntamientos disponen de desgravaciones de impuestos. “En estos municipios, el periodo de amortización es relativamente corto”, detalla Donoso.

“En la región donde vivo no hace suficiente sol para instalar placas solares”

España es un país con muchísimas horas de sol (más de 2.500 al año, con comunidades autónomas que superan las 3.000 horas), por lo que la principal opción de autoconsumo instalado en el país es solar fotovoltaico (6.955 MW según UNEF). ¿Significa que el autoconsumo no es factible en regiones donde no da tanto el sol? No tiene por qué: también hay opciones de autoconsumo con otros recursos.

Miguel Ángel Ruiz, ingeniero eléctrico con experiencia en el sector eólico y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, se pasó por la Maldta Twitchería para explicar otras modalidades de autoconsumo más allá del solar. “Puede realizarse perfectamente con otras tecnologías, como la minieólica, la minihidráulica o incluso la geotérmica”.

Turbina de energía minihidráulica instalada en Estonia. Fuente: Turbulent.be

La clave está en aprovechar el recurso disponible en cada zona. Por ejemplo, Ruiz indica que Canarias es un lugar donde la energía geotérmica es viable, la minihidráulica “se ha utilizado durante décadas en el norte de España, aunque sea con unos pocos kilovatios” y la minieólica “está muy extendida en toda Europa, en particular Países Bajos, Dinamarca y Alemania”.

En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito Miguel Ángel Ruiz, ingeniero eléctrico.

Este contenido ha sido elaborado con la metodología editorial independiente de Maldita.es y apoyado por Próxima Energía

Créditos de imagen destacada: Nenad Kajić / Wikimedia

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