Quizás haya oído hablar de los pellets de plástico (que no pellets de biomasa) en relación con vertidos como el ocurrido en las costas de Galicia. Te aclaramos qué son y su impacto.
Los pellets de plástico son pequeños gránulos, normalmente con forma de cilindro o disco, de unos pocos milímetros de diámetro, es decir, se trata de microplásticos. Estas partículas de plástico son la materia prima industrial que se transporta a las fábricas donde se funden y moldean para obtener los productos de plástico finales, explica el Observatorio Internacional del Pellet, un programa de vigilancia mundial basado en el voluntariado para supervisar el estado de contaminación de los océanos coordinado desde el Laboratorio de Geoquímica Orgánica de la Universidad de Agricultura y Tecnología de Tokio (Japón).
Estas partículas plásticas pueden liberarse involuntariamente al medioambiente, tanto durante su fabricación como durante su transporte, y llegan al océano directamente por vertidos accidentales durante el transporte en barcos o indirectamente arrastrados por el agua a través de los arroyos y ríos. Estos gránulos de plástico son una de las mayores fuentes de contaminación microplástica involuntaria, según la Comisión Europea.
Debido a su persistencia en el medioambiente, se distribuyen ampliamente en el océano y se encuentran en playas de todo el mundo, según el Observatorio Internacional del Pellet, que recuerda que la creciente producción de plástico provoca un aumento apreciable de la contaminación por plástico en el océano. Los pellets de plásticos se encuentran en el agua y el suelo, incluidas las tierras agrícolas, y dañan los ecosistemas y la biodiversidad, destaca la Comisión Europea.
Los pellets plásticos pueden transportar otros contaminantes
Cuando se vierten al agua, estas bolitas de plástico pueden absorber algunos contaminantes y transportarlos a otros lugares. “Imagínate que caen en un puerto contaminado con hidrocarburos. Estos pellets absorben estas gasolinas, aceites… y cuando se mueven con las corrientes marinas llevan estos contaminantes a otras zonas, como al océano abierto u otras zonas de costa que no estarían contaminadas”, explica Belén González-Gaya, investigadora sobre contaminación marina en la Universidad del País Vasco y maldita que nos ha prestado sus superpoderes.
Los pellets de plásticos analizados por investigadores en distintas playas del mundo incluyen contaminantes como bifenilos policlorados (PCB por sus siglas en inglés), hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP por sus siglas en inglés), hopanos y plaguicidas como el DDT. Pese haberse prohibido su producción en todo el mundo, estas sustancias están aún muy presentes en el medioambiente por su antiguo uso generalizado, su persistencia y por acumularse en los seres vivos. Las concentraciones de estos contaminantes orgánicos persistentes en los pellets reflejan el estado de contaminación de las zonas costeras en las que vararon y fueron absorbidos por estas sustancias plásticas, según varios estudios.
Por otro lado, en los pellets también hay presentes absorbedores de ultravioleta de clase benzotriazol (BUVS por sus siglas en inglés). Se les considera un potencial disruptor endocrino, es decir, una sustancia con capacidad para alterar la actividad hormonal del cuerpo humano.
Los efectos de los microplásticos en la salud aún son desconocidos
Los humanos ingerimos hasta más de 100.000 partículas de microplásticos cada día, según cuenta la revista Nature citando a Albert Koelmans, científico ambiental de la Universidad de Wageningen en los Países Bajos. El experto señala que la gente podría estar ingiriendo aproximadamente la masa de microplásticos del valor de una tarjeta de crédito al año.
Un informe del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) indicó que se han encontrado microplásticos también en productos de consumo, como el agua del grifo o la sal. Los autores del informe aseguran que no hay datos suficientes para caracterizar la potencial toxicidad de estas partículas en humanos: “Los potenciales efectos de los microplásticos en la salud de los consumidores son aún desconocidos y precisan de más investigación”.
Los únicos estudios disponibles actualmente se basan en experimentos de laboratorio que exponen células o tejidos humanos a microplásticos o se realizan con animales como ratones o ratas, según un artículo publicado en Nature. Por ejemplo, una investigación publicada en 2020 concluyó que los ratones alimentados con grandes cantidades de polietileno (un tipo de microplástico) sufrían inflamaciones en el intestino.
Hay varias hipótesis sobre cómo las partículas de plástico pueden ser dañinas para el cuerpo humano, cuenta Nature. Si son lo suficientemente pequeñas como para ingresar en las células o tejidos, pueden provocar irritaciones simplemente por el hecho de ser una presencia extraña. No obstante, aún hacen falta más estudios para determinar si los componentes químicos de los microplásticos pueden tener efectos en la salud.
Hemos actualizado este artículo para remarcar que los POPs no forman parte de la composición de los pellets plásticos sino que son absorbidos por estos.
Créditos de imagen destacada: hockadilly/Flickr.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes la maldita Belén González-Gaya, investigadora sobre contaminación marina en la Universidad del País Vasco.
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