Una de las claves de esta Conferencia de las Partes será el balance mundial (conocido como global stocktake en inglés), que terminará en la COP28. Este balance es uno de los puntos del Acuerdo de París (específicamente, su artículo 14) y obliga a hacer un repaso periódico de cómo se están aplicando los compromisos climáticos alcanzados entonces.
El balance mundial es “como un inventario”, explica ONU Cambio Climático en su web: “Significa examinar todo lo relacionado con la situación mundial en materia de acción climática, examinar las lagunas y trazar un mejor camino”. También se puede ver como un ‘punto de control’ los progresos del Acuerdo de París a nivel global, no de manera individualizada por países, como explica el especial de la revista científica Nature Climate Change dedicado a esta cuestión.
Tal y como obliga el Acuerdo de París —que es un documento jurídico vinculante para todas las partes firmantes, 194 países y la Unión Europea—, el balance mundial debe hacerse cada cinco años empezando en 2023. Por ello, se exige que se termine durante la COP28.
¿Qué incluye este balance, en concreto? El estado de las emisiones de efecto invernadero, los esfuerzos de mitigación, qué efectos tienen las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC), los esfuerzos de adaptación, los flujos de financiación y apoyo (especialmente, la financiación de países desarrollados hacia países en desarrollo y vulnerables por el cambio climático), información sobre pérdidas y daños, desafíos y barreras, buenas prácticas y consideraciones sobre justicia y equidad climática.
El balance mundial tiene tres fases: una para recopilar y preparar la información, una valoración técnica sobre cómo se está implementando colectivamente el Acuerdo de París y un examen de resultados para debatir las conclusiones de este balance en diferentes reuniones informar a las Partes de qué se está haciendo bien y qué hace falta mejorar.
Durante la primera semana de la COP28, parte del equipo que coordina el balance mundial organizará eventos para llevar a cabo esta última fase del stocktake: discutir las conclusiones, identificar oportunidades, ver qué buenas prácticas se han puesto en marcha y ayudar a que los Gobiernos preparen contribuciones determinadas a nivel nacional más ambiciosas. Después, habrá que esperar al siguiente balance mundial, que debería estar terminado en 2028.
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