Dicho brevemente, los mercados de carbono son plataformas donde empresas o países compran y venden créditos que representan una determinada cantidad de gases de efecto invernadero con el objetivo final de que entre todos reduzcan sus emisiones. El planteamiento es el siguiente: digamos que a la atmósfera le da igual dónde se lleve a cabo una reducción de emisiones, lo importante es que se produzca. Por tanto, “la mejor manera de contribuir a la acción climática es reducir emisiones allí donde sea más fácil (es decir, más barato)”, explica la guía publicada por el think tank Carbon Market Watch.
En cuanto a los tipos de mercados de carbono, según lo que se mire, hablamos de distintos tipos. Según su marco legal, hay mercados regulados y mercados voluntarios. Según su funcionamiento, hay sistemas que comercian con derechos de emisión y otros que comercian con emisiones de reducciones ya producidas.
Los mercados regulados son aquellos donde los participantes deben utilizar los créditos comprados para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones impuestos legalmente. Por otro lado, las empresas que lo deseen pueden participar en mercados voluntarios para compensar las emisiones que genera su actividad, explica esta web del Gobierno británico.
Son mercados regulados el Régimen Comunitario de Comercio de Derechos de Emisión (RCCDE o EU-ETS en inglés) creado por la Unión Europea, el Mecanismo de Desarrollo Limpio creado por el Protocolo de Kyoto (MDL en inglés) y el Mercado de Carbono de California, como indica la plataforma de compraventa Climate Trade. Las empresas del mercado voluntario pueden comprar créditos del mercado regulado, pero no puede ocurrir al revés, pues los créditos generados en el mercado voluntario no pueden utilizarse para cumplir con compromisos oficiales de reducción.
Los créditos de carbono de los mercados voluntarios no están respaldados por ningún estándar gubernamental ni metas obligatorias, sino por certificaciones de organizaciones específicas que acreditan que dichas reducciones son reales. “Todo el mercado, por tanto, descansa en la relación de confianza” entre los compradores y los estándares que fijan estas organizaciones “y en la afirmación de que los créditos vendidos en el mercado contribuyen realmente a la reducción de emisiones”, dice Carbon Market Watch, que es crítica con estos mercados, como otras organizaciones y grupos ecologistas.
Si ya has buscado información sobre mercados de carbono previamente, puede que te hayas encontrado con otra distinción: la que se hace entre mercados basados en derechos de emisión y mercados de compensación. En ambos, lo que se compra y vende es normalmente un crédito que representa una tonelada de CO2eq (es decir, cualquier gas de efecto invernadero que equivalga a una tonelada de dióxido de carbono), pero hay grandes diferencias entre ellos, indica Carbon Market Watch. En los sistemas de comercio de derechos de emisión (emission trading systems o cap and trade en inglés), las empresas comercializan derechos que les permiten emitir una tonelada de CO2eq. Cuando una empresa libera una tonelada de CO2eq, debe devolver un permiso al Gobierno.
Un ejemplo es el RCCDE europeo (EU-ETS en inglés), donde el volumen total de gases de efecto invernadero que pueden emitir las centrales eléctricas, las fábricas industriales y el sector de la aviación incluidos en el sistema está limitado por un tope que disminuye cada año. Dentro de ese límite, las empresas reciben o compran derechos de emisión, que pueden intercambiar según sus necesidades.
En cambio, en los mecanismos de compensación (offsetting schemes en inglés) las empresas o los países intercambian reducciones de emisiones ya realizadas que representan cada una una tonelada de CO2eq ¿Cómo se hace esto, concretamente? Por ejemplo con una planta fotovoltaica: por cada tonelada de CO2 que esa central eléctrica no está emitiendo para producir electricidad en comparación con, por ejemplo, una central de carbón, se genera un crédito de carbono.
“Las compensaciones sólo pueden conducir a un juego de suma cero, pues se emite una tonelada de CO2eq en algún lugar y se reduce en otro”, explica la guía de Carbon Market Watch. Por lo tanto, en opinión de esta organización “no son compatibles con la idea de avanzar hacia emisiones netas cero a nivel global” y “sólo deben usarse para compensar las emisiones que no se pueden evitar o reducir”. La gran mayoría de mercados de carbono son mecanismos de compensación, explican.
EU ETS es un mercado regulado y un sistema de comercio de emisión y el MDL es un mercado regulado basado en mecanismos de compensación. Es conocido también el mercado CORSIA (un mercado de carbono en el ámbito de la aviación) y las siglas REDD+ para designar a las actividades de reducción de las emisiones debidas a la deforestación y la degradación de los bosques, que también son objeto de comercialización en los mercados de carbono.
Sobre los mercados de carbono, como decimos, planean diversas críticas y advertencias de greenwashing por parte de organizaciones estudian políticas climáticas, investigaciones periodísticas y organizaciones ecologistas.
La imagen de portada es de fanjianhua en Freepik
Primera fecha de publicación de este artículo: 04/05/2023