“La isla de calor refleja la diferencia [de temperatura] entre la ciudad y el entorno rural inmediato, con diferencias de hasta 8 ºC en la noche”, * explicó a Maldita.es el arquitecto e investigador en la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) Miguel Núñez en una Maldita Twitchería.
A mayor tamaño de la ciudad, mayor isla de calor, contaba Núñez. Pero no se distribuye este exceso de temperatura por igual. El centro de las ciudades suele calentarse más, así como, normalmente, las zonas con menores rentas por el tipo de urbanismo y una menor presencia de zonas verdes. Es el caso de Madrid, ciudad que estudia Miguel Núñez.
Otras ciudades como Barcelona también tienen su isla de calor urbana, como consta en este documento del Área Metropolitana de Barcelona del año 2015 [página 6].
El asfalto y otros materiales típicos de la ciudad captan el calor por el día y lo liberan por la noche, “una especie de radiadores en verano”, indicaba el profesor de la UPM. A mayor absorción del calor y una lenta disipación del mismo, mayor isla de calor. La vegetación, en cambio, reduce la isla de calor al bajar la temperatura con las sombras que proyectan y transformar la radiación solar en crecimiento para la propia planta.
Los llamados refugios climáticos son una estrategia de adaptación ante unas islas de calor cada vez mayores que consiste en seleccionar zonas de sombra existentes en las ciudades, como parques o edificios públicos, reforzarlas, abrirlas al público y crear una red bien distribuida de espacios accesibles donde refrescarse.
*Actualización el 16 de septiembre de 2024 para aclarar que las islas de calor pueden generar una diferencia de temperatura en el centro de las ciudades de hasta 8 ºC con respecto a las zonas rurales contiguas, no de hasta 10 ºC como decíamos anteriormente. No hemos encontrado tal cifra en fuentes documentales.
Primera fecha de publicación de este artículo: 01/08/2022