Buscando pistas
8/14/25
Lo que circula
«Apagaré mi teléfono móvil de 21:00 a 21:30 durante una semana, en una campaña digital "Silencio por Gaza", para mostrar solidaridad con el pueblo palestino y enviar una señal digital fuerte a los algoritmos.»
Un pequeño gesto que todos podemos hacer.
De los testigos desgarradoramente bellos del Dr. Ezzideen de Gaza.
No hay internet.
No hay señal. No hay sonido. No hay mundo más allá de esta jaula.
Anduve treinta minutos entre escombros y polvo. No buscando escapar, sino un fragmento de señal, justo el suficiente para cuchichear: «Seguimos vivos».
No porque alguien esté escuchando,
sino porque morir sin ser escuchado es la muerte definitiva.
Gaza está en silencio ahora.
No con paz, sino con aniquilación.
No un silencio de quietud, sino de asfixia.
Han cortado el último cable.
Ningún mensaje sale. Ninguna imagen entra.
Incluso el dolor ha sido prohibido.
Pasé por el lado de los cadáveres de edificios, de casas, de hombres, algunos respirando, otros no.
Todos ellos borrados por la misma mano que borró nuestras voces.
Esto no es solo un asedio de bombas.
Es un asedio a la memoria: una guerra contra nuestra capacidad de decir: "Fuimos aquí".
Los bombardeos no han cesado nunca, especialmente a Jabalia.
Bombardean las calles donde los niños piden comer.
Bombardean las colas donde las madres esperan harina.
Bombardean el hambre misma.
Sin comida. Sin agua. Sin salida.
Y quienes lo intentan, quienes buscan ayuda, son abatidos.
La gente muere aquí, y nadie lo sabe.
No porque la matanza se haya parado, sino porque la destrucción de la conexión ha tenido éxito.
Internet era nuestro último aliento.
No era un lujo; era la última evidencia de nuestra humanidad.
Ahora ya no está.
Y en la oscuridad, masacren sin consecuencias.
Encontré esta señal débil de eSIM como un moribundo encuentra un estallido de llama.
Me quedé bajo un cielo roto, arriesgando la muerte, no por rescate, sino para enviar esto.
Un solo mensaje.
Una última resistencia.
Si estás leyendo esto, recuerda:
Anduvimos a través del fuego para decirlo.
No nos quedamos callados.
Nos acallaron.
Y cuando se restablezca el cableado,
la verdad se escolarà a través suyo,
y el mundo sabrá el que decidió no ver.
A partir de hoy,
HORA LOCAL de 21:00 a 21:30, apagaré mi teléfono móvil.
En la forma más severa de desconexión de internet, de 21:00 a 21:30 durante una semana, por el pueblo palestino.
Silencio por Gaza.
30 minutos de silencio digital
Esta es una campaña digital coordinada del movimiento "Silencio por Gaza". Es una oleada que crece.
Porque se puede hacer algo: una pausa digital diaria de 30 minutos cada noche, de 21:00 a 21:30 hora local de cada país.
Durante esta pausa:
No se permiten redes sociales.
No se permiten mensajes.
No se permiten comentarios.
Se apagan los teléfonos y ordenadores.
Esta acción colectiva enviará una señal digital fuerte a los algoritmos y mostrará nuestra solidaridad con Gaza.
(No es fácil, pero basura algo. Esto es el que importa).
La idea:
Cada día, en la misma hora, millones de usuarios en todo el mundo guardan un silencio absoluto en las redes sociales durante 30 minutos.
Sin publicaciones.
Sin "Me gusta".
Sin comentarios.
Sin abrir aplicaciones.
Silencio digital absoluto. Apaga el teléfono.
Es un acto de resistencia: una protesta digital global.
La ira de tantos ciudadanos ante la inmensa injusticia.
Porque se puede hacer algo: simple y eficaz.
Recuerda el silencio digital de las 21:00 h — a las 21:30 h —
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