No hay dudas sobre que el azúcar, tanto a corto como medio y largo plazo tiene consecuencias negativas para nuestra salud. Tampoco sobre que los edulcorantes no suponen una alternativa saludable: no solo afectan nuestra sensibilidad a los sabores, acostumbrándonos a un dulce más intenso, sino que pueden provocar que desplacemos el consumo de alimentos realmente saludables, al preferir la ‘potencia’ gustativa de los productos de los que suelen formar parte (normalmente ultraprocesados).
Por lo tanto, lo ideal en este contexto no es buscar la manera más saludable de endulzar X, sino desacostumbrar a nuestro paladar a ese dulce. Ahora bien, ¿tienen el mismo efecto en nuestro cuerpo los edulcorantes que el azúcar? Concretamente, ¿disparan nuestros niveles de insulina, como se sabe que lo hace el azúcar?
“En esto hay parte de verdad y parte de exageración”, explicaba en la Maldita Twitchería Científica Juan Revenga, biólogo y dietista-nutricionista. Según señalaba el experto, hace unos años que se han identificado receptores extra orales del sentido del gusto, ya no solo del sabor dulce, sino de muchos otros. Y no solamente en el páncreas y para la secreción de insulina a partir de sustancias dulces, sino también en más órganos y tejidos. Es decir, que no solo nuestra lengua detecta los edulcorantes, sino también otras partes de nuestro cuerpo.
La presencia en el páncreas de estos receptores de sabor dulce (procedente, por ejemplo y en este caso, de los edulcorantes acalóricos) no quiere decir que la respuesta en la producción de insulina sea igual a la que ocurre con el azúcar. Al menos, no en la misma cantidad. Ahora bien, es cierto, que “según hacen notar algunas investigaciones publicadas en forma de artículos científicos en revistas de reconocido prestigio, existe la posibilidad de que el ‘sabor dulce’ sea percibido por el páncreas y que esta percepción estimule la secreción de insulina, o al menos una cierta secreción”, recogía Revenga en su blog.
Además, como explicamos en Maldita.es, la Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconseja consumir edulcorantes para controlar el peso corporal o reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles. Según la organización, los edulcorantes no sirven para reducir la grasa corporal cuando se consumen a largo plazo y pueden aumentar el riesgo de padecer diabetes tipo 2 o enfermedades cardiovasculares. Debido a la gran cantidad de estudios con conclusiones contradictorias sobre estos productos, los expertos insisten en que se necesita más investigación al respecto.
Este artículo forma parte del 28º consultorio de Maldita Alimentación.