La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) emitió una alerta el pasado 7 de julio de 2023 tras haberse detectado atropina y escopolamina en un producto de galletas con pepitas de chocolate sin gluten. La escopolamina también es conocida como burundanga, una droga con efecto hipnótico y sedante que se emplea en delitos de sumisión química.
¿Cómo ha podido llegar una sustancia estupefaciente a unas galletas? Respuesta rápida: la causa más probable es que la harina con la que se elaboraron esas galletas estuviera contaminada por semillas de una planta que produce escopolamina y atropina de manera natural.
Las galletas afectadas son de la marca Gerblé, tienen el número de lote 51914913 y con fecha de caducidad 20/09/2023. Si se tienen en casa, la recomendación es no comerlas y devolverlas a donde se compraron.
Como explica en su cuenta de Twitter Beatriz Robles, dietista-nutricionista y tecnóloga de alimentos, la escopolamina y la atropina son alcaloides tropánicos (o del tropano), unos compuestos generados de manera natural por las plantas solanáceas (por ejemplo las patatas o los tomates), cucurbitáceas (en este grupo están, entre otras, las sandías y los calabacines) y brasicáceas (que engloban por ejemplo la coliflor, el repollo y las coles de Bruselas), con características químicas singulares como propiedades farmacológicas. Se consideran metabolitos secundarios, esto es, compuestos químicos que sintetizan las plantas pero que no son esenciales para sobrevivir. Otro ejemplo de alcaloide tropánico es la cocaína.
Así, las semillas de algunas de estas plantas pueden aparecer contaminando cultivos de cereales. Para evitar esta contaminación, detalla Robles, “existen técnicas tanto en producción (herbicidas), como tras la recolección (limpieza de semillas, separación con tamices para filtrarlas por tamaño)”.
Pero existen algunos cereales en los que es más difícil eliminar esta contaminación: el sorgo, el mijo, el alforfón y el maíz, detalla la AESAN. La ‘principal sospechosa’ de esta contaminación es la semilla de estramonio (Datura stramonium), una planta que tiene amplia difusión en regiones templadas y tropicales. En el caso de las galletas afectadas, estas se hacen con una combinación de harinas de maíz (15,6%), de teff (13,5%) y de arroz (9,8%).
Conscientes de este posible problema, el reglamento 2023/195 de la Comisión Europea establece límites de cuanta escopolamina y atropina pueden tener ciertos alimentos, como alimentos para lactantes y niños, granos de maíz, sorgo, mijo y alforfón e infusiones de hierbas. Estas galletas no están entre las categorías que recoge este reglamento, no tienen un límite legal de cuánta escopolamina y atropina pueden tener. En este caso, Robles explica a Maldita.es que ha sido la propia empresa quien ha notificado a las autoridades sanitarias de Cataluña y estas, a su vez, lo han puesto en conocimiento a la AESAN.* “La empresa tiene un sistema de autocontrol, ven los riesgos que pueden tener sus productos y tendrán definidos unos niveles de riesgo aceptables para estos alcaloides. Si se superan estos valores, que son propios de la empresa, los notifican a las autoridades”.
Este artículo forma parte del 216º consultorio de Maldita Ciencia.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes Beatriz Robles, dietista-nutricionista y tecnóloga de alimentos.
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