En 2022, YouTube anunció su compromiso de colaborar con organizaciones europeas de verificación de hechos e integrar su trabajo en la plataforma para beneficiar a sus usuarios. Esta medida fue un pilar clave de su participación en el Código Europeo de Buenas Prácticas sobre la Desinformación. Tres años y poco progreso después, YouTube ha anunciado que abandona este acuerdo.
Esta decisión se produce justo cuando el Código de Buenas Prácticas se convierte en un código de conducta vinculante bajo la Ley de Servicios Digitales (DSA, por sus siglas en inglés), es decir, medidas hasta ahora voluntarias ganan relevancia legal. En lugar de fortalecer su colaboración con los verificadores, Axios informa que Kent Walker, presidente de Asuntos Globales de Google, avisó a la Comisión Europea que ya no considera que estas acciones sean “apropiadas ni efectivas” para sus servicios. Es labor de los verificadores ofrecer evidencia y contexto, así que aquí hay unos cuantos ejemplos en Europa de vídeos donde sería enormemente apropiado que los usuarios de Youtube pudieran ver una advertencia con información verificada.
Desinformación dañina sin control en países europeos
“Curar el cáncer con zumo de remolacha”: más de 1,5 millones de veces se ha reproducido este vídeo con afirmaciones que incitan a pacientes con cáncer a evitar tratamientos médicos y sustituirlo por una receta que, supuestamente, “ha curado a más de 50.000 personas”. Maldita.es ha explicado que no existe evidencia de que ninguna combinación de alimentos tenga estos efectos.
“Von Der Leyen renuncia!”: un canal que amasa más de 220 millones de reproducciones entre sus vídeos anuncia falsamente la renuncia de la presidente de la Comisión Europea. Verificadores alemanes como CORRECTIV y DPA han señalado sus tácticas de clickbait como forma de ganar visitas y monetizar a través de anuncios.
“China lista para luchar junto a Rusia”: advertencias alarmistas sobre una supuesta guerra con China en un canal de más de 140.000 suscriptores. Además, emplea imágenes antiguas y fuera de contexto para acompañarlas, según explicó el verificador griego Ellinika Hoaxes.
“Empresa pública de energía?”: un canal de 76 seguidores y casi 400.000 en este vídeo haciéndose pasar por una compañía de servicios públicos para robar datos de tarjetas de crédito, según señaló el verificador polaco Demagog.pl.
Este es sólo un ejemplo de videos violan en muchas ocasiones las propias normas de la plataforma y están actualmente disponibles sin ninguna advertencia sobre su falsedad y peligrosidad. Algunos han estado en la plataforma durante siete años, acumulando más de un millón de vistas, mientras que otros se alojan en canales con grandes bases de suscriptores que publican desinformación de manera constante desde hace más de una década.
Creemos que es más que apropiado que cada uno de estos vídeos (y muchos más) hubieran estado acompañados de una advertencia de verificadores independientes recogiendo evidencia que podría ser útil para los usuarios al verlos, desde advertencias contra consejos médicos peligrosos a alertas sobre estafas.
Sin embargo, YouTube huye de iniciativas así de simples que mejorarían la calidad del contenido de la plataforma, en contra de sus obligaciones bajo la Ley Europea de Servicios Digitales.
Para más detalle, aquí está el enlace al informe completo en inglés.