El 28 de septiembre de 2023 Sandra, nombre ficticio para proteger su identidad, aterrizó en el aeropuerto de Edimburgo junto a su pareja después de pasar unos días en España, país de origen de ambos. Desde 2022 vivía y trabajaba en la capital escocesa gracias a que había pedido la reunificación familiar, una medida contemplada en los Acuerdos de Retirada entre el Reino Unido y la Unión Europea tras el Brexit, que permite a familiares directos de personas que ya residían allí antes del 31 de diciembre de 2020, optar a los mismos derechos (vivienda, trabajo o atención sanitaria) que su familiar.
En ese momento, estaba pendiente de la resolución de su solicitud. Mientras llegaba, podía vivir y trabajar en el país con plenos derechos. Todo se torció en el control de pasaportes. “Me llevaron aparte, me registraron, me asignaron una intérprete en español, me tomaron las huellas, me hicieron una foto de frente y de perfil y me montaron en un furgón policial para llevarme a un edificio próximo al aeropuerto”, explica en una videollamada.
Aunque esa noche pudo dormir en su casa, le quitaron la documentación, pasaporte y DNI, y le dieron un papel donde indicaba que el 1 de octubre de 2023, tres días más tarde, tenía un vuelo a las 12:00 de la mañana con destino Madrid. Le concedieron lo que se denomina fianza de inmigración, una alternativa a las detenciones, menos restrictiva, que otorga mayor libertad a las personas mientras que el Gobierno británico sigue teniendo cierto control sobre sus movimientos.
El 23 de junio de 2016 se votó el referéndum del Brexit, ganando salir de la Unión Europea. Desde que el Brexit entrase en vigor el 1 de enero de 2021, después del período de transición, 2024 ha sido el año en el que más ciudadanos de la Unión Europea han ido a un centro de detención, también denominados centro de deportación, de inmigrantes en el Reino Unido (si contamos desde que se publican datos, fue 2017). A esto hay que sumar que los ciudadanos de la UE representan el 53,5% de las personas rechazadas en sus fronteras, es decir, quienes llegan al Reino Unido pero no dejan entrar al país cuando pasan por el control de pasaportes y, por tanto, son devueltos a su país de origen. Son los efectos del Brexit y del fin de la libre circulación entre la Unión Europea y el Reino Unido.
Ser inmigrante en el Reino Unido después del BrexitEste reportaje es el primero de una investigación internacional llevada a cabo por Maldita.es (España) y Funky Citizens (Rumanía). El proyecto explora en cuatro reportajes las dificultades que experimentan las personas inmigrantes en el Reino Unido después del Brexit, tanto los que ya residían allí como los que llegaron después, especialmente los procedentes de países de la UE, con especial foco en españoles y rumanos. Gracias a la colaboración de diferentes organizaciones que trabajan ayudando a inmigrantes y a partir de los distintos testimonios de los entrevistados para esta investigación, hemos elaborado una radiografía del sistema migratorio del Reino Unido después de que el Brexit entrara en vigor. Esta investigación se ha desarrollado gracias al apoyo de Journalismfund Europe.  |
De los 22 españoles detenidos en el Reino Unido en 2010 a los 117 en 2024: el número máximo de detenciones de esta nacionalidad desde que se publican datos
En 2010, primer año del que hay datos, 22 ciudadanos con nacionalidad española entraron en un centro de detención de inmigrantes en el Reino Unido. En 2024 lo hicieron 117, el año que más detenciones tuvo esta nacionalidad desde que el Ministerio del Interior británico publica datos. En ese año también hubo récord de detenciones para otras cinco nacionalidades de la UE: Rumanía, Bulgaria, Portugal, Italia y Suecia.
Desde 2021, año de entrada en vigor del Brexit después de un período de transición, 2024 también ha sido el año que más ciudadanos de países de la Unión Europea han entrado en estos centros. Aunque el Ministerio del Interior británico publica regularmente datos de las detenciones en esos centros de inmigrantes, no especifica las razones por las que fueron detenidos.
Incluyen tanto a las personas a las que se les caduca el visado, por ejemplo, como a los que detienen en una redada si no tienen derecho a trabajar en el país o quienes hayan cometido un delito y vayan a ser expulsadas. Según explica el centro de estadísticas de migración del Ministerio del Interior del Reino Unido, en un email a Maldita.es, cuando una persona es detenida en uno de estos centros, la detención sólo puede continuar legalmente mientras exista una posibilidad real de expulsión de la persona del país en un plazo razonable.
Aunque no existen datos de por qué fueron detenidos, expertos en el estudio de la migración en el país, como Peter William Walsh, investigador del Observatorio de Migración de la Universidad de Oxford, argumentan que el aumento de las cifras “está directamente relacionado con el Brexit, ya que los ciudadanos de la Unión Europea perdieron su derecho a la libre circulación. Por lo tanto, ahora, para venir al Reino Unido, necesitan visados válidos, al igual que los ciudadanos del resto del mundo”, explica.
Con él coincide Andrew Jordan, asesor de inmigración de Settled, una organización que ayuda a los europeos a establecerse en el Reino Unido y conservar sus derechos, en el caso de los que llegaron antes del Brexit. “No cabe duda de que el Brexit es la principal razón de que esto ocurra, ya que el Ministerio del Interior ahora trata a los ciudadanos de la UE de forma diferente”.
Según Christopher Desira, director y fundador del despacho de abogados Seraphus, con enfoque en inmigración y derechos humanos, antes de 2021 las personas procedentes de países de la UE entraban en un centro de detención de inmigrantes en el Reino Unido por varios motivos, como “ser infractores, representar una amenaza para el orden público, la seguridad o la salud o, en algunos casos controvertidos, por infracciones menores”. Ahora habría que sumarle tener un permiso de residencia, ya sea el Plan de Asentamiento de la UE o algún visado que les permita estar en el país.
En el Reino Unido hay actualmente siete centros de detención de inmigrantes. En un futuro próximo, estos siete centros podrían convertirse en nueve, ya que el Gobierno Laborista de Keir Starmer expresó que pretendía continuar la iniciativa del anterior Gobierno conservador y reabrir otros dos: Campsfield, cerca del aeropuerto de Oxford, y Haslar, próximo a la ciudad portuaria de Southampton, cerrados en 2018 y 2015, respectivamente.
Es el único país de Europa sin límite temporal de detención de inmigrantes. Esto significa que si una persona es detenida porque su visa de trabajo o de estudios ha caducado, por ejemplo, sabe cuándo entra en uno de esos centros pero no cuándo sale. En España, por ejemplo, el tiempo máximo que una persona puede estar en un centro de internamiento de extranjeros es de 60 días.
Rumanía, Polonia y Lituania son las nacionalidades de la UE que más han entrado en los centros de detención desde la entrada del Brexit
Alexandru Costea, también con nombre ficticio, es un albañil del sur de Rumanía que llegó a Londres en 2022, una vez entrado el Brexit. Nos cuenta su historia en un descanso de su jornada laboral, reformando una casa en el barrio de Islington, al norte de Londres, junto con otros compañeros de trabajo rumanos y moldavos.
Anteriormente, había vivido en otras ciudades europeas ganándose la vida en el sector de la construcción. En 2022 solicitó el estatus de pre-asentado, un permiso de residencia para aquellos que llevan menos de cinco años instalados en el país y al que sólo tenían derecho los llegados al Reino Unido antes del 31 de diciembre de 2020.
Durante su primer año afirma que viajó sin problema, saliendo del país incluso para irse de vacaciones unos días a su país de origen. A la vuelta llegó al aeropuerto de Luton, a media hora en tren de Londres. “En el control me dijeron que no tenía derecho a permanecer en el país”. Al día siguiente lo enviaron de vuelta a Rumanía en avión.
Dos días después compró un vuelo a Irlanda para entrar a Inglaterra en ferry por Irlanda del Norte, una ruta usada por muchos inmigrantes debido a que existe libre circulación para ciudadanos de ambos países. Quería volver junto a su mujer e hijos y arreglar sus problemas migratorios desde el país, pero lo volvieron a parar. “Me preguntaron por qué volvía si ya me habían enviado de vuelta a Rumanía. Les expliqué que llevaba alrededor de un año trabajando en el Reino Unido y que pagaba mis impuestos y que tenía allí a mi familia”.
Costea es uno de los 1.466 rumanos que acabó en un centro de detención de inmigrantes en el Reino Unido en 2023. En 2024, esta cifra escaló hasta las 1.938 personas. Son los ciudadanos de la UE que más entraron en esos centros en 2024. Le siguen los de Polonia y Lituania. Estas tres nacionalidades supusieron el 65,7% de los ciudadanos de los 27 Estados miembros detenidos en 2024.
El cónsul general de Rumanía en Londres, Robert D. Marin, destaca la alta movilidad de la ciudadanía rumana como razón para encabezar la lista de ciudadanos de la UE rechazados en la frontera y detenidos. Es también la nacionalidad de los 27 qué más ha solicitado el permiso de residencia del Plan de Asentamiento de la UE a marzo de 2025 (1.834.561 personas, una cifra casi cuatro veces mayor que la de ciudadanos españoles). Eso no quiere decir que ese número de personas haya solicitado el permiso, ya que muchas de las solicitudes son repetidas (470.000 según apuntan los datos del Ministerio del Interior británico). Tampoco se debe tomar como el número de rumanos que viven en el Reino Unido, ya que muchos pueden haber vuelto a su país o haber solicitado el permiso desde el mismo.
El año con más detenidos en algunos países de la UE fue 2017, cuando el Reino Unido aún no había efectuado su salida y, por tanto, había libertad de circulación. También fue el año con más detenciones para todo el conjunto de ciudadanos de países de la UE, con 505 detenidos más que en 2024 y el año con más detenidos desde que hay registros para países como Polonia (1.267) o Lituania (674).
“Desafortunadamente, a menudo desconocemos la causa de estas fluctuaciones. Los datos en sí no nos lo indican. Así que debo decir que no estamos seguros” de por qué ocurrió, explica Peter William Walsh.
Según publicó el diario británico The Guardian unos meses antes, en mayo de 2016, año en el que se votó el referéndum del Brexit, se emitió una nueva guía “que permitía a los equipos de control de inmigración deportar a ciudadanos de la UE simplemente por el hecho de que dormían a la intemperie”. Desde la organización Bail for Immigration Detainees (Fianza para Inmigrantes Detenidos, en su traducción al español), explicaban al diario británico que, además de las personas sin hogar, habían notado un aumento de detenciones de personas “que tenían condenas en el extranjero pero que habían buscado una nueva vida en el Reino Unido”.
En 2020, la ONG Detention Action, mostró preocupación por este aumento, cuando aún no había entrado el Brexit en vigor. “Los ciudadanos europeos ya están siendo detenidos en cantidades cada vez mayores”, afirmaban. “Miles de personas que tenían derecho a estar en el Reino Unido, y que habían vivido y trabajado aquí durante décadas, se vieron repentinamente obligadas a permanecer ilegalmente en el país. Esto trajo como consecuencia la detención, la deportación”, añadían.
La imposibilidad de conocer las razones de detención de inmigrantes: el Gobierno británico tampoco ofrecía datos antes del Brexit
Responder al porqué los ciudadanos de países de Europa del Este son los que más entran en un centro de inmigrantes en el Reino Unido o por qué los españoles están en el décimo puesto de las detenciones en 2024, es complejo. Los datos que publica el Ministerio del Interior británico no muestran el motivo, ni qué porcentaje ha cometido un delito o si simplemente fueron detenidos por tener la visa caducada o por no tener permiso de trabajo.
Para Peter William Walsh, se trata de “una gran laguna”. Una posible razón para que los rumanos sean los más detenidos es que tienen mayor probabilidad de haber cometido un delito, afirma. Esto, dice, se refleja en las últimas estadísticas penitenciarias publicadas a marzo de 2025 donde las nacionalidades albanesa, polaca y rumana son las más representadas, después de la británica. Según Walsh, tienen mayor probabilidad de haber sido condenados, detenidos y expulsados por ser delincuentes extranjeros.
“Puede haber otras razones, ¿podría ser que tengan mayor probabilidad de violar las condiciones de su visado o de permanecer más tiempo del permitido? Estas también son explicaciones plausibles, pero no podemos estar completamente seguros con solo analizar los datos”, explica el investigador del Observatorio de Migración de la Universidad de Oxford.
En 2021, 85 ciudadanos con nacionalidad española entraron en un centro de detención de inmigrantes, según los datos del Ministerio del Interior británico. Ese año, diferentes medios de comunicación se hicieron eco de la entrada a uno de ellos, Yarl´s Wood, de una chica valenciana que pasó varios días encerrada. Tras ser preguntada en el aeropuerto por el motivo de su visita, esta contestó que había llegado para buscar trabajo, por lo que consideraron que no tenía derecho, y la enviaron a un centro de detención.
Según explicó el Ministerio de Asuntos Exteriores a El País a raíz de esa detención, en mayo de 2021, ya tenían constancia de nueve casos similares de detención de españoles a los de la chica de Valencia, a lo largo de ese año, el primero tras el Brexit, y en pleno período de gracia para solicitar el estatus migratorio de pre-asentado o asentado, que finalizó el 30 de junio de 2021.
Sin embargo, desde el mismo ministerio, en respuesta a Maldita.es, niegan tener datos sobre el motivo de las detenciones de inmigrantes españoles en esos centros: “No existe ninguna obligación por parte de la persona detenida ni del Estado que ha realizado la detención de trasladar información de la causa de detención”. Los únicos datos que posee el ministerio son personas con nacionalidad española en una prisión británica por haber cometido algún delito, que va desde el robo a la violación o asesinato, unas cifras que sólo aparecerían en los datos del Ministerio del Interior británico en caso de que fuesen a ser deportados.
En los datos publicados por el Ministerio del Interior británico en su web no aparecen reflejadas aquellas personas que, como Sandra, fueron detenidas en estancias policiales, salas de detención de corto plazo en puertos y aeropuertos, incluídas aquellas que se encuentran en la antigua base militar de Manston (utilizada como centro de procesamiento de aquellas personas que llegan en pequeñas embarcaciones), y los detenidos bajo las leyes tanto de inmigración como penales.
12.000 ciudadanos de la UE rechazados en la frontera en 2024: más de la mitad del total
La cifra de los ciudadanos de países miembros de la UE que llegan al Reino Unido y son enviados de vuelta a su país de origen es mucho mayor que la de los detenidos. Walsh considera que probablemente porque mucha de esa gente “no se dio cuenta que la libre circulación ya no era para ellos”.
Fueron más de 12.000 ciudadanos de la UE a los que se les denegó la entrada al Reino Unido en 2024, lo que supone el 53,5% del total de extranjeros (23.009) a los que no se les permitió entrar en el país a su llegada a un puerto o aeropuerto. Los rumanos también han sido la nacionalidad de la UE con mayor número de devoluciones a países de origen desde 2012, de acuerdo con el Ministerio del Interior británico.
En una investigación de la Universidad de Oxford basada en entrevistas con ciudadanos rumanos y polacos que regresaron a su país tras ser rechazados, concluyeron que el rechazo en muchas ocasiones era arbitrario y se basa en las conclusiones que el funcionario de fronteras obtenga: “Una ciudadana rumana que regresó nos contó que se le denegó la entrada porque la Fuerza Fronteriza (comando policial responsable de las fronteras en el Reino Unido) asumió que venía a trabajar al Reino Unido, ya que no tenía billete de vuelta. Otro rumano que regresó dijo que el Ministerio del Interior le negó la entrada porque creían que viajaba con demasiada ropa”.
Cualquier ciudadano de la Unión Europea puede entrar en el Reino Unido y permanecer como turista seis meses y hasta abril de 2025 no se les requería el uso del permiso de viaje electrónico (un permiso para viajar al Reino Unido que el Gobierno británico exige a todos los viajeros que no necesitan visado y viajan). Sin embargo, muchos de ellos son rechazados en el control fronterizo. Esto ocurre muchas veces cuando saltan las alarmas.
“Preguntarán a la gente cuál es su propósito al venir al Reino Unido. Y si no están convencidos de que sea realmente por turismo, el Ministerio del Interior entiende que son un grupo de mayor riesgo y les denegarán la entrada” al país, explica el investigador de la Universidad de Oxford, Peter William Walsh.
“¿A qué vienes?, ¿dónde te vas a quedar?, ¿hasta cuándo vas a estar en el país?”, son algunas de las preguntas que le hicieron a Eva Martín, una joven de Zaragoza que llegó al aeropuerto de Stansted, Londres, para trabajar de au pair con una familia británica en noviembre de 2024.
Contactó con ellos mediante AuPair World, una web donde personas que quieren ir a trabajar cuidando a niños a otros países pueden contactar con una familia, o viceversa. “Yo tenía allí mi perfil e iba mandando mensajes a las posibles familias. Hablé con varias y la que más me encajaba era con la que iba a ir. Ellos necesitaban a una chica para estar mínimo hasta Navidad, hasta el 22 de diciembre, y luego ya, según la experiencia y demás, alargarlo hasta verano”, cuenta. “Me dijeron que ya habían tenido otras au pair recientemente y que no había habido ningún problema”.
Sin embargo, cuando llegó al control de pasaportes automático, este no le funcionaba y le enviaron a una ventanilla con un agente policial. “Me preguntaron cuál era el billete de vuelta y yo les expliqué que me lo iba a comprar la familia para finales de diciembre. Yo creo que ese fue el problema”, se lamenta. Eva, afirma que pasó ocho horas en la comisaría del aeropuerto. “Cada uno de los detenidos estaba en una habitación. Había una ventana que sí quedaba al pasillo, y había una mesa y dos sillas”, cuenta. Además, explica Eva, que le hicieron apagar el móvil, le tomaron declaración, las huellas y una foto.
“A las ocho horas vino el agente de policía y me dijo que me iban a devolver a España al día siguiente pero que podía irme con la familia hasta entonces y que me iban a quitar el pasaporte para asegurarse que iba a volver. Al día siguiente tenía el vuelo de las seis de la tarde”. Eva nunca llegó a conocer a la familia en persona.
Preguntados por la posibilidad de ir de au pair desde España al Reino Unido, desde AuPair World indican que “la única posibilidad de obtener los documentos de entrada y residencia necesarios en este caso sería solicitar un visado de estudiante y asistiendo a cursos intensivos de idiomas o matriculándose en la universidad local”. Sin embargo, afirman: “No es totalmente aplicable”. El Ministerio del Interior británico explica en su web que “no se debe contratar a un/a au pair si está en el país con una visa de visitante o si está visitando el Reino Unido durante seis meses o menos”, que era el caso de Eva.
Cuando el Home Office se equivoca: el Gobierno británico ha desembolsado en el año fiscal 2023-2024 casi 12 millones de euros en compensación a detenciones erróneas o ilegales
A veces, el Ministerio del Interior de Reino Unido “se equivoca y comete errores”, explica la CEO de Citizens Rights Project, Noelia Martínez. Según datos del Observatorio de Migración de la Universidad de Oxford, el Ministerio del Interior británico ha pagado casi 12 millones de libras (alrededor de 14 millones de euros) en compensación de 838 casos por detención errónea o ilegal de inmigrantes, en el año fiscal 2023-2024. Es el año que más casos han sido probados desde 2014-2015, primer año del que hay registros.
En 2021-2022, además de los 12,7 millones de libras que desembolsó en compensación por detención errónea en centros de inmigrantes, pagó otros 25,1 millones a más de 700 víctimas del “escándalo Windrush”, según desveló The Guardian. Este escándalo, por el que acabó dimitiendo la ministra del Interior británica Amber Rudd, en 2018, surgió después de que se supiera que cientos de ciudadanos de la Commonwealth, muchos de los cuales eran de la generación "Windrush", habían sido detenidos injustamente, deportados y se les habían negado sus derechos legales. Esta generación está formada por quienes llegaron al Reino Unido procedentes de países caribeños entre 1948 y 1973. Muchos trabajaron en el naciente Servicio Nacional de Salud (NHS) y otros sectores afectados por la escasez de mano de obra británica tras la Segunda Guerra Mundial.
Desde 2019, el Gobierno británico está indemnizando a todas las personas de esta generación o descendientes que consideren que se hayan visto afectadas por la política migratoria del Reino Unido. Hasta marzo de 2025, han desembolsado más de 109 millones de libras (unos 129 millones de euros), según los datos publicados en su web.
Aunque Sandra no se plantea pedir una reclamación, ya que se encuentra a la espera de la resolución de su estado migratorio y teme que le pueda perjudicar, la CEO de Citizens Rights Projects, Noelia Martinez, afirma que su caso fue un error. “A ella le rechazaron la solicitud pero había pedido una revisión en el plazo de 28 días que marca la ley y hasta que no te la denieguen, tiene plenos derechos”. El problema, explica, es que “el Ministerio del Interior no había actualizado los datos en el sistema y le aparecía rechazado”. Para Martínez se trata “de una negligencia porque tuvieron más de un mes para actualizar la información y no lo hicieron”.
Hay determinadas actividades que Sandra, a diferencia de su pareja o de otras personas con el sistema migratorio aprobado no puede hacer. Desde su detención en el aeropuerto y puesta en libertad en septiembre de 2023 no ha vuelto a salir del país. “Es una recomendación, ya que si sale, puede que no la dejen entrar, o la vuelvan a detener y querer expulsar”, indica la CEO de Citizens Rights Project.
“Son pequeñas cosas. Por ejemplo, tengo un problema dental, mi cuerpo rechazó un implante y necesito un tratamiento, pero el presupuesto que me dan aquí supera las 15.000 libras (más de 17.000 euros), no me lo puedo permitir y en el servicio de salud (NHS) me dicen que hay una espera de seis meses”. Otro ejemplo, “ahora también se me ha caducado el carnet de conducir de España y aquí, al no tener el estatus migratorio, no puedo sacármelo”, cuenta Sandra.
El caso de Sandra, afirma Andreea Dumitrache, se puede ver de forma habitual en el Reino Unido. “Consideran que debes quedarte en tu país hasta que se resuelva tu estatus migratorio. En la práctica, es muy confuso para la gente, porque en cuanto presentas una apelación, por ejemplo, te notifican tus derechos, que incluyen el derecho a trabajar en el Reino Unido y todos los demás derechos”, afirma.
Además de la mencionada Detention Action, otras organizaciones como the3million, que tiene como fin proteger los derechos de los ciudadanos de la Unión Europea, también temen que se repita el escándalo de Windrush con ciudadanos miembros de países de la Unión Europea. “Estos eventos desencadenantes pueden ocurrir muchos años después de cambios en las políticas y la legislación. Todavía hay un número desconocido (pero se sospecha que elevado) de personas que no han cambiado de trabajo ni de domicilio desde el Brexit, que no han tenido que actualizar su permiso de conducir, que no han viajado, que no han requerido tratamiento hospitalario ni prestaciones sociales”, y que podrían no haberse enterado de la obligatoriedad de solicitar el estatus migratorio, afirmaban en un artículo publicado en su web.
A día de hoy, Sandra sigue viviendo y trabajando en Edimburgo, esperando a que se resuelva su expediente. Si se lo rechazan, tendría que buscar otras alternativas para poder quedarse en el país junto a su pareja o irse del Reino Unido.
El EU Settlement Scheme (EUSS) es un programa de asentamiento dirigido a los ciudadanos de la UE que estuvieran residiendo en el Reino Unido antes del 31 de diciembre de 2020. Parte del Acuerdo de Retirada entre la Unión Europea y el Reino Unido, con el fin de garantizar la residencia y los derechos adquiridos a estos ciudadanos. La fecha límite para solicitarlo era el 30 de junio de 2021, aunque hay algunos casos en los que se puede presentar una solicitud tardía. Por ejemplo, los familiares directos de personas que residían en el Reino Unido antes del 31 de diciembre de 2020 que quieran residir en el país
Según el tiempo que una persona llevase residiendo en el país, se opta un estatus migratorio diferente:
- Pre-settled (pre-asentado): para aquellos que habían residido menos de cinco años en el Reino Unido.
- Settled (asentado): para los ciudadanos que llevaban más de cinco años en el país. Es un permiso de residencia indefinido, aunque puede perderse si pasa más de cinco años consecutivos fuera del Reino Unido.
Según los datos del Ministerio del Interior británico, desde su lanzamiento el 28 de agosto de 2018 y hasta el 31 de diciembre de 2024, el plan ha recibido 8,4 millones de solicitudes, que corresponden a 6,3 millones de personas. En total, se han resuelto favorablemente 5,7 millones (4,1 millones con estatus migratorio indefinido o settled y 1,7 con estatus temporal o pre-settled).
Desde el 1 de enero de 2021, cualquier ciudadano de la UE que quiera ir a vivir y/o trabajar al Reino Unido debe tramitar una visa desde su país. Existen diferentes tipos de visado: de trabajo, de estudios o familiares, entre otros. Algunos visados, como los de trabajo, requieren tener licencias de patrocinio aprobadas por el Ministerio del Interior británico.
*El EUSS aplica a los ciudadanos de la UE, Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein. Para los ciudadanos de Irlanda es voluntario.
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