El 12 de julio de 2021 tenía lugar la que sería la última rueda de prensa de Fernando Simón para dar seguimiento a la evolución de la pandemia de coronavirus. Ese día el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) comparecía por última vez ante los medios para informar sobre la evolución epidemiológica del SARS-CoV-2. Así lo ha confirmado también el Ministerio de Sanidad a Maldita.es.
En este último año, el volumen de información oficial difundida relacionada con la pandemia ha ido disminuyendo. El 2 de marzo de este año, el Ministerio de Sanidad anunció que dejaría de informar sobre los datos de vacunación, contagios y fallecidos por la COVID-19 diariamente para pasar a hacerlo de manera semanal en el caso de la vacunación y dos veces a la semana para el resto de datos. Desde el 1 de abril, Sanidad únicamente contabiliza los casos de coronavirus y la incidencia acumulada para los mayores de 60 años y no en la población total.
Aparte de que se publican menos datos, también se han relajado las medidas para evitar contagios. El pasado 4 de marzo, la Comisión de Salud Pública acordó eliminar la cuarentena de siete días para las personas que hubieran sido contactos estrechos de un caso de COVID-19. También desde el 19 de abril, el uso de las mascarillas dejó de ser obligatorio de manera generalizada, excepto en el transporte público o en centros sanitarios.
"Gripalización" de la enfermedad: esto dicen los expertos
La adopción de estas medidas evidencian el cambio de enfoque con respecto a la evolución de la pandemia. Según han declarado expertos a Maldita.es, existe un menor control sobre las cifras reales de los contagios. Por otra parte, una mayor circulación del virus en las últimas semanas estaría detrás del reciente aumento en la incidencia. Según la catedrática de Epidemiología, Salud Pública y Medicina Preventiva por la Universidad Europea de Valencia, Patricia Guillem, el alivio de estas medidas nos situarían en una fase de “gripalización de la enfermedad” y “no sería necesario” volver a instaurarlas.
Desde el Ministerio de Sanidad aseguran que “gripalización” no es un término técnicamente correcto y que la curva epidemiológica “comienza a dar signos de ralentización en su crecimiento y el indicador de camas UCI se mantiene estable”. El exdirector de Acción Sanitaria en Crisis de la Organización Mundial de la Salud Daniel López Acuña detalla que terminar tratando a la enfermedad provocada por el coronavirus como un catarro o una gripe “no tienen ningún fundamento epidemiológico ni una buena lógica” desde la perspectiva de salud pública.
La coordinadora del Grupo de Trabajo sobre Vacunación de la Sociedad Española de Epidemiología, Ángela Domínguez, afirma que, a pesar de que “no se puede tener una fotografía real” de la situación de la pandemia, informando sobre los datos en la población mayor de 60 años y de manera semanal, se consigue un “equilibrio” entre la información tan exhaustiva que precedía a la metodología actual, de la cual únicamente se informa de los datos en mayores de 60 años y de manera semanal. “Una de las cosas que hemos aprendido es que [los mayores de 60] son el grupo de afectación más importante y la información de estos datos sigue siendo útil”, aclara Domínguez.
La incidencia actual sería más alta si se siguiera contabilizando a todos los grupos de edad según los expertos, pero hay menos fallecidos que antes
A pesar de que el Gobierno prefiere no hablar de una séptima ola, la evolución de los nuevos casos positivos confirmados en España muestra un leve repunte desde que comenzó el mes de junio. Según muestra la siguiente gráfica, la evolución de los nuevos casos por cada millón de habitantes comenzó a aumentar desde la entrada del pasado mes de junio.
Según los datos publicados por el Ministerio de Sanidad el pasado 8 de julio, se han registrado un total de 321 fallecidos en los últimos siete días, una cifra que se ha mantenido estable desde el mes de junio. Además, en los datos de nuevas muertes confirmadas por millón de habitantes se refleja una tendencia a la baja desde la última ola, a finales de enero, cuando se registraban un total de 675 defunciones en los últimos siete días.
El también profesor asociado de la Escuela Andaluza de Salud Pública Daniel López Acuña recalca que con estos datos se demuestra que el virus sigue circulando y que la incidencia, en realidad, se situaría actualmente en un nivel mayor, ya que no se está realizando un seguimiento de los casos positivos en los menores de 60 años. Ante este aumento, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, volvió a recomendar el uso de la mascarilla e hizo un llamamiento a ponerse la dosis de refuerzo. La experta epidemióloga de la Universidad Europea de Valencia Patricia Guillem indica que nos encontramos en un momento en el que “las cifras de incidencia acumulada se vuelven a disparar” por todos los movimientos poblaciones que se suelen producir en verano.
Según el informe sobre los Indicadores Principales de Seguimiento de COVID-19, publicado el pasado 8 de julio, la incidencia acumulada en mayores de 60 años se sitúa en España en unos 1.225,29 casos por cada 100.00 habitantes. Las comunidades más afectadas hasta esa fecha serían La Rioja, Extremadura y la ciudad autónoma de Ceuta. Además, el 10,31% de las camas hospitalarias de agudos están ocupadas por enfermos de COVID. Las comunidades con peor tasa de ocupación son Madrid, Ceuta y País Vasco.
Alcanzar el mayor porcentaje de población vacunada con la dosis de refuerzo
Según el último informe actualizado del Ministerio de Sanidad, casi 40 millones de españoles cuentan con la pauta completa (el 92,7% de los mayores de 12 años) y un 53,8% de la población tiene puesta la dosis de recuerdo. El Gobierno ha anunciado que la cuarta dosis de la vacuna se fijará para toda la población “previsiblemente en otoño” de este 2022. Además, existe una brecha entre las franjas de edad que cuentan con dosis de refuerzo. Para los mayores de 60 años este porcentaje es superior al 90% mientras que entre los menores de 40 años no llega a superar el 50%.
A pesar de que el porcentaje de vacunación se sitúe en unos niveles tan elevados, la epidemióloga Patricia Guillem destaca que uno de los principales objetivos en la actualidad pasa por incentivar a que toda la población se ponga “la totalidad de las vacunas”. Aun así, la experta insiste en que estas dosis de refuerzo “no tienen sentido” si no se mide en las personas la subida o bajada en los niveles de anticuerpos una vez ha transcurrido el tiempo desde la inoculación de la dosis de recuerdo correspondiente. Daniel López Acuña expone que la aplicación de la cuarta dosis a mayores de 80 años y residentes en geriátricos tuvo que comenzar con mayor antelación para haber evitado su desprotección. Una vez una persona recibe una dosis de la vacuna contra la COVID-19, su capacidad inmunitaria comienza a disminuir con el paso del tiempo.
Sobre la posible aplicación de una cuarta dosis de la vacuna a la población menor de 80 años, el Ministerio de Sanidad asegura a Maldita.es que la Comisión de Salud Pública (CSP) ha decidido incorporar una dosis de refuerzo en mayores de 80 años y en personas ingresadas en residencias, aún a la espera de una fecha concreta para comenzar su administración. “Se seguirán las recomendaciones de la Ponencia de Vacunas en el resto de casos”, indican.