Lo que sabemos:
La superficie de suelo dedicada a la energía solar es muy inferior a la extensión de la dehesa en Extremadura. La dehesa ocupa 1.548.784 hectáreas, un 35% de la superficie de la comunidad autónoma, según los últimos datos publicados por la Junta de Extremadura (2021).
En 2025, la extensión de las placas solares es de 16.803 hectáreas, según la equivalencia en hectáreas de los datos de potencia instalada aportados por Red Eléctrica.
Si la extensión de dehesa fuese similar a 2021, la superficie de placas solares que hay en 2025 ocuparía el equivalente a un 1,1% de la dehesa extremeña.
Según el investigador del CICYTEX Valentín Maya Blanco, la mayoría de las plantas solares de esta comunidad autónoma se instalan en terrenos agrícolas y pastizales.

Si la extensión de dehesa fuese similar a la de 2021, la superficie de placas solares actuales ocuparía el equivalente a un 1,1%
“Dehesas comunales llenas de vida convertidas en megacampos vallados (...) sustituyendo la fauna por aluminio y silicio”, dice un vídeo mientras graba plantas solares y muestra un mapa de Extremadura con estos proyectos fotovoltaicos. Sin embargo, la superficie del suelo dedicada a la energía solar no ha sustituido la totalidad de la dehesa en Extremadura, hay una superficie menor de fotovoltaica que de dehesa.
En 2021, la dehesa extremeña ocupaba 1.548.784 hectáreas, según la Junta de Extremadura. Ese mismo año, la potencia fotovoltaica instalada en la región alcanzaba los 3.836,5 MW, de acuerdo con Red Eléctrica. Aplicando el método de cálculo del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (MAPA) —que estima 2 hectáreas por cada MW—, esa potencia equivaldría a 7.673 hectáreas ocupadas, equiparable a un 0,49% de la superficie de dehesa.
Para 2025, la potencia fotovoltaica instalada ha aumentado hasta 8.501 MW, lo que supondría unas 16.803 hectáreas de superficie. Si consideramos este dato más reciente de fotovoltaica y lo comparamos con los últimos datos disponibles de la superficie de la dehesa, las plantas solares ocuparían el 1,1% de la superficie total de la dehesa extremeña. Entre 2021 y 2025, la superficie destinada a fotovoltaica creció algo más de 9.000 hectáreas. En el caso hipotético de que toda esa nueva instalación se hubiera ubicado dentro de la dehesa y que la superficie de la dehesa fuera la misma que en 2021, esta seguiría superando el millón de hectáreas en 2025.
Pero no todas las placas solares están situadas sobre dehesa. “La mayor parte de las superficies sobre las que se asientan las placas solares pertenecen a cultivos y pastizales” explica Valentín Maya Blanco, experto en dehesa e investigador en el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX).
Mónica Murillo Vilanova, investigadora del Área Forestal y Dehesa del CICYTEX, asegura que “decir que la dehesa está desapareciendo por este motivo [la energía solar] sería absurdo, dada la diferencia de magnitud de las superficies”.
La planta solar del vídeo no se instaló sobre dehesa, sino sobre labradío de secano, y las imágenes de cerdos son de Huelva
El vídeo difundido acusa a la Agenda 2030 de estar causando un deterioro del ecosistema autóctono extremeño. Este señalamiento aparece recurrentemente en contenidos que atribuyen las políticas del campo o climáticas a un plan de las élites mundiales.
En el contenido viral se utilizan imágenes para ejemplificar la narrativa, pero no corresponden con lo explicado. Gracias a una búsqueda inversa de imágenes, se observa que la fotografía de la planta fotovoltaica que aparece en el segundo 37 es la planta Núñez de Balboa, ubicada en Usagre (Badajoz), que comenzó a funcionar en 2019.

Cuando el proyecto se sometió a información pública en 2016, se detallaron las parcelas afectadas por su construcción, indicando su extensión y su tipo. El terreno total utilizado es de 938,68 hectáreas, de las cuales la mayor parte correspondía a uso agrario de secano (labradío secano), junto con una menor proporción de pastos, viñedos, olivares de secano e hidrografía natural.
En cuanto a parcelas de dehesa, la clasificación catastral del suelo utilizada en el BOE no incluye una categoría específica para este uso, pero sí había cuatro parcelas dedicadas a “encinar”, con una superficie total de 4,8 hectáreas.
Por último, las imágenes utilizadas en el vídeo que muestran una piara de cerdos en una dehesa no pertenecen a Extremadura. En realidad, proceden de un vídeo promocional de una empresa de jamones de Jabugo (Huelva).

Factores de riesgo para la dehesa: la ganadería, la agricultura y una enfermedad que afecta a los árboles
La dehesa es un bosque abierto donde conviven la ganadería extensiva, algunas actividades ganaderas y algunas forestales, según la definición de la Universidad de Alicante. Es un ecosistema creado por los humanos hace varios siglos que se formó al reducir la vegetación del bosque mediterráneo, dando lugar a un paisaje de árboles adultos dispersos sobre pastizales. Está reconocida por la Unión Europea como un sistema agrosilvopastoral de alto valor natural, y esta consideración se integra en el marco de la Política Agraria Común (PAC), que regula y condiciona su gestión y las ayudas asociadas.
Aunque por la extensión de superficie no se puede afirmar que las fotovoltaicas estén acabando con la dehesa, Maya Blanco señala que la solar sí tiene efectos negativos en algunos aspectos. Dice que la fotovoltaica asentada sobre zonas de pasto y arbustos impide la “sucesión vegetal”, es decir, “que esa zona en un futuro pueda estar ocupada por dehesa”.
Como decimos, desde 2021 no existen datos públicos que permitan conocer la evolución reciente de la superficie de dehesa en Extremadura, por lo que no se sabe si ha aumentado o disminuido. Sin embargo, estudios anteriores sí permiten describir su estado de conservación y algunos cambios cartográficos. Entre 2010 y 2018 se observó un aumento aparente de superficie debido a la reclasificación de terrenos —como zonas con matorral, cultivos temporales o masas densificadas— que pasaron a contabilizarse como dehesa, más que a una expansión real del hábitat.
En cuanto al estado de conservación, los análisis del Proyecto de Cooperación Transfronteriza Para la Valorización Integral de la Dehesa coinciden en que la calidad ecológica del hábitat era mayoritariamente desfavorable en 2018. Entre los factores de riesgo señalados destacan la falta de regeneración por cargas ganaderas intensas, rotaciones agrícolas o quemas, la ausencia de hábitats adecuados para la dispersión de bellotas y por “la seca”, una enfermedad que afecta a los robles, encinas y alcornoques.
En España, la mayoría de las plantas fotovoltaicas se asientan en terrenos agrícolas y pastizales
A nivel nacional, el MAPA calcula que la energía solar ocupa el 0,2% de la SAU, en torno a 50.000 hectáreas. En un informe se muestra cómo se ha reconvertido el suelo desde 2012 para la implantación de la energía solar. El 42% del terreno que en 2023 estaba ocupado por placas solares, ya lo estaba en 2012. El suelo que cambió de uso para producir energía solar se reparte entre zonas de cultivo de cereal (21%), áreas de barbecho (11%), uso industrial (10%), olivar (7%) y otro tipo de cultivos y usos minoritarios.