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"Nos están ocultando los muertos" del parking de Bonaire (Aldaia): un año después de esta teoría de la conspiración analizamos cómo funcionó la maquinaria de la desinformación

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Claves:
  • El 29 de octubre de 2024 una DANA provocó inundaciones en varias zonas del sur y el este de España, dejando más de 200 personas fallecidas y destrozos materiales en varios municipios 
  • Como suele suceder en las situaciones de crisis o emergencia, comenzaron a difundirse bulos y desinformaciones en redes sociales que acumulaban miles de visualizaciones
  • Uno de los focos desinformativos fue el parking del centro comercial Bonaire (Aldaia, Valencia), en torno al que se compartieron imágenes descontextualizadas y contenidos con menciones a documentos falsos y testimonios engañosos
  • Estos bulos derivaron en una teoría de la conspiración que acusaba (sin pruebas) a las autoridades de ocultar el número real de víctimas de esta catástrofe

Los desinformadores encuentran un espacio propicio para la difusión de bulos en situaciones de crisis y emergencia, como lo fue la DANA que arrasó varias zonas del sur y este de España el 29 de octubre de 2024 y que dejó 237 personas fallecidas, 229 de ellas en la Comunidad Valenciana. Maldita.es verificó más de 130 contenidos desinformadores relacionados con esta catástrofe y más de una veintena se centraban en el parking de Bonaire. Aunque no siempre haya una intención de desinformar (sino como un intento desesperado de buscar respuestas) puede tener consecuencias. 

Las desinformaciones sobre el aparcamiento subterráneo del centro comercial de Aldaia terminaron construyendo, en apenas unos días, una teoría de la conspiración que acusaba (sin pruebas) a las autoridades de ocultar que dentro del aparcamiento había centenares de muertos. La realidad: en las labores de búsqueda no se encontró ninguna víctima dentro. Analizamos, un año después, cómo se construyó esta teoría y cuáles fueron las estrategias que utilizaron.

Así está una de las entradas al parking del centro comercial Bonaire casi un año después del paso de la DANA de octubre de 2024, cuando quedó completamente inundado. Se abrió al público parcialmente en julio de 2025.
Desde el mismo día de las lluvias torrenciales se comenzó a especular sobre el posible número de víctimas mortales en el interior.
Aunque no se encontraron personas fallecidas, este aparcamiento subterráneo se convirtió en un foco de desinformación. Incluso meses después de la catástrofe.

¿Una imagen vale más que mil palabras? Cómo se utilizaron fotografías y vídeos descontextualizados para desinformar durante esta crisis

Desde el mismo día de las lluvias torrenciales y desbordamientos (durante las que se llegaron a registrar 184,6 litros de lluvia por metro cuadrado en el municipio valenciano de Turís), centenares de vídeos e imágenes comenzaron a saturar las redes sociales. En los días posteriores se viralizaron publicaciones de las consecuencias de esta DANA en Catarroja, Paiporta, Chiva, Alfafar y otros municipios de la zona. En medio de todas estas imágenes se colaban contenidos desinformadores que aseguraban estar grabados en el parking de Bonaire y que pretendían “demostrar” que sí habían fallecido personas allí dentro. Pero, en realidad, eran imágenes sacadas de contexto que se estaban utilizando para desinformar.

Las imágenes desempeñan un papel clave en la eficacia y el impacto de la desinformación, según explica un estudio de la Universidad de Oxford publicado en 2021 que analiza los elementos visuales en la desinformación que circuló durante el coronavirus (otra de las situaciones de crisis en las que surgieron gran cantidad de bulos). “Los elementos visuales pueden ayudar a otorgar autoridad a un contenido de desinformación [...] al aportar supuestas pruebas de una afirmación”, señala. 

Con este objetivo se viralizaron varios vídeos con mensajes que aseguraban que habían sido grabados en Bonaire, cuando en realidad se trataba de otros parkings o incluso en zonas exteriores de otros municipios.

También circularon imágenes de camiones frigoríficos y coches fúnebres que supuestamente se estaban utilizando para transportar los cadáveres que los equipos de búsqueda estaban extrayendo del aparcamiento. De nuevo, ninguna fue grabada cerca de Aldaia. Las primeras se grabaron en el recinto ferial de Valencia, en Paterna, tres días antes de que comenzaran los trabajos en Bonaire; y el segundo ejemplo se corresponde con imágenes del entorno de la sede de los juzgados de la ciudad de Valencia, a casi 20 kilómetros de distancia del centro comercial. Incluso se viralizó una imagen de “un buzo de la UME” junto a mensajes que afirmaban que estaba “llorando” tras ver el interior del parking. En realidad, era un bombero que trabajaba en las instalaciones y en la secuencia completa se puede ver que no estaba llorando.

Las imágenes engañosas “pueden llevar a percepciones erróneas duraderas que persisten incluso después de que se emitan correcciones” debido a “nuestra tendencia innata a confiar en lo que vemos”, señala un estudio publicado por un investigador de la Universidad de Zarqa (Jordania) en 2024 sobre alfabetización mediática visual en redes sociales. Además, tienen mayor probabilidad de ser recordadas en comparación con el texto, explica.

Este problema se agrava todavía más por la velocidad a la que estos contenidos pueden viralizarse, “llegando a grandes audiencias y erosionando la confianza” de los usuarios, explica el mismo estudio. Muchas de las publicaciones que compartieron estos clips sobre el parking de Bonaire alcanzaron un gran número de reproducciones en pocos días. Por ejemplo, únicamente este vídeo publicado en TikTok supuestamente dentro del aparcamiento acumula más de medio millón de reproducciones y, casi un año después, sigue disponible en la plataforma (que dice no permitir “la desinformación que pueda causar un daño”).

Falsos testimonios de supuestos testigos y documentos inventados, dos piezas clave para construir la teoría de la conspiración 

Para construir la teoría de la conspiración que afirmaba que las autoridades estaban ocultando las víctimas de Bonaire hacía falta algo más que imágenes. Con el objetivo de reforzar estas acusaciones, comenzaron a viralizarse falsos testimonios de supuestos testigos y personal que trabajaba en las labores de inspección y limpieza del aparcamiento subterráneo. Estas declaraciones, que se difundían tanto en audio como en vídeo y texto, funcionaban como un argumento de autoridad que algunos usuarios daban por reales y fiables.

Por ejemplo, uno de los vídeos que se viralizó contenía unas declaraciones de un bombero de la Diputación de Badajoz en el informativo de Antena3 en las que decía que confiaba “en que en las segundas plantas haya menos personas”. Se compartía con mensajes que lo asociaban con Bonaire, pero, en realidad, estaban sacadas de contexto: hablaban del parking subterráneo de un supermercado de Catarroja (Valencia), en el que tampoco se habían encontrado víctimas en ese momento.

Los contenidos desinformadores tienden a apelar a las emociones de los usuarios, porque éstas tienen un efecto directo en la inclinación a “percibir incorrectamente las noticias falsas como precisas”, explica este estudio de los investigadores Martel, C., Pennycook, G. y Rand, D.G. Son más propensos a provocar reacciones de enfado e indignación que sentimientos de alegría o tristeza, señala este análisis de Killian L. McLoughlin, William J. Brady, Aden Goolsbee, Ben Kaiser, Kate Klonick y M. J. Crockett publicado en 2024. Esto hace que sea más probable que los usuarios compartan los contenidos “sin leerlo primero para comprobar su veracidad”, según este mismo estudio. 

Durante los días posteriores a las inundaciones se difundió un audio en el que se podía escuchar a un hombre que decía ser sargento de la UME llorando desconsoladamente por lo que supuestamente acaba de presenciar en Bonaire. En este ejemplo, que acumula millones de visualizaciones en las diferentes plataformas, se aseguraba que la Unidad Militar de Emergencias (UME) había encontrado al menos “200 niños” muertos en estas instalaciones que supuestamente tuvieron que sacar “por la parte de atrás” para que no se supiera. Este hombre, que no se identificaba en ningún momento con nombre y apellidos, acusaba a las autoridades de obligarle a “ocultar la verdad” y de publicar imágenes manipuladas de ángulos en los que no se veían “cadáveres flotando y personas dentro de los coches”. No aportaba ninguna prueba de nada de lo que afirmaba.

No fue la única cifra que circuló durante esos días. Se viralizaron publicaciones (todas falsas) que hablaban de 86 cadáveres, otras que ascendían el número de víctimas a más de 250 o incluso contenidos que lo convertían en el “parking del terror” (otros mensajes desinformadores también lo calificaron de “cementerio”) con 800 personas fallecidas. También se viralizó un fragmento de un directo del youtuber español conocido como TheGrefg en el que leía un comentario que decía que había “niños y adultos muertos con los ojos abiertos” en el parking de Bonaire.

Ninguno de estos ejemplos aportaba pruebas de lo que afirmaban y circularon en paralelo a las declaraciones de las autoridades explicando que no se habían encontrado víctimas. Además, en Maldita.es ya explicamos que existen varios factores que hacían imposible que esta teoría de la conspiración fuera cierta: no hay rastro de que ningún familiar de estos supuestos fallecidos haya denunciado públicamente la desaparición de un ser querido en Bonaire; y había demasiadas personas involucradas para mantenerlo en secreto.

Otra de las estrategias que se utilizaban para dar falsa sensación de credibilidad a estos contenidos es hacer referencia a supuestos documentos oficiales que las autoridades mantenían ocultos. Maldita.es verificó publicaciones que hablaban de una supuesta acta del Ayuntamiento de Valencia que recogía la extracción de más de 220 cadáveres el primer día en el que comenzaron la expedición en Bonaire y otros supuestos documentos entregados a Moncloa en los que se notificaban más de 800 víctimas únicamente en este parking. Ninguno aportaba pruebas de estos supuestos escritos, ni identificaban con nombre y apellidos a las personas que mencionaban como supuestas fuentes.

Los tickets y la ubicación de los teléfonos, otras teorías con las que intentaban demostrar que había víctimas mortales dentro

Hubo otras teorías en redes sociales que trataban de demostrar que el Gobierno estaba ocultando el número real de víctimas de este aparcamiento. Una de ellas decía que la máquina expendedora de tickets era una “prueba” de que habían personas atrapadas porque registró hasta 700 coches que no habían salido antes de que quedara inundado. En realidad, el parking de este centro comercial no utiliza este sistema de tickets y es gratuito. La persona que publicó esta teoría, que suma más de cuatro millones de visualizaciones en X, cambió su argumento poco después asegurando que se trataba de un “sistema de lectura de matrículas” que venía a ser “lo mismo, pero sin ticket”. En el interior del aparcamiento sí que se encontraron coches, pero eso no implica que dentro de los coches hubiera personas atrapadas.

Otra aseguraba que el “rastreo de la última ubicación de los móviles” demostraba que había personas tanto en el parking de Bonaire como el de otro centro comercial en Alfafar (Valencia), en el que tampoco se encontraron víctimas, en el momento de las inundaciones. Las personas que difundieron esta teoría no se identificaban en ningún momento ni tampoco aportaban pruebas de esos supuestos registros.

Cronología de una verificación: las operaciones de rescate no se iniciaron hasta el 3 de noviembre y dos días después se confirmó que no había víctimas mortales

Esta teoría de la conspiración circuló en paralelo a las continuas actualizaciones de las diferentes autoridades sobre el avance de las operaciones de rescate que se estaban llevando a cabo en el centro comercial. El 3 de noviembre de 2024, cinco días después de las lluvias torrenciales, comenzaron las operaciones de búsqueda en el parking. Los primeros buzos accedieron a las instalaciones inundadas sobre las 11.30 horas, según informó el medio catalán Nació Digital desplazado en la zona. Las primeras actuaciones de los profesionales se centraron en extraer el agua que se había acumulado en el aparcamiento subterráneo (200 millones de litros de agua, según publicó RTVE). No fue hasta pasadas las 20 horas que la UME pudo acceder al interior. En esta primera inspección no se encontraron víctimas, según publicó ABC.

El 4 de noviembre, a las 9 horas, el alcalde de Aldaia, Guillermo Luján, dijo en La 1 que el parking estaba “prácticamente vacío” y que, por el momento, se habían localizado “20 vehículos” sin “ciudadanos en su interior”. A las 12:29 horas, la Cadena SER publicó que no se habían encontrado víctimas en los coches inspeccionados hasta el momento. Ese mismo día, un trabajador del centro comercial publicó un vídeo grabado el día de la DANA dentro del parking en el que se veía que la mayoría de las plazas de aparcamiento estaban vacías.

El 5 de noviembre, la Policía Nacional en Valencia aseguró a Maldita.es sobre las 10:45 horas que continuaban inspeccionando “recovecos y cuartos de almacenamiento”, pero hasta el momento no habían “localizado ninguna víctima”. En la siguiente actualización, pasadas las 13:30 horas, afirmaron que, aunque la inspección no había “finalizado al 100%”, ya se había inspeccionado “la mayor parte del parking” y que seguía sin aparecer ninguna víctima. Sobre las 18:30 horas, el director de la Policía Nacional, Francisco Pardo, comunicó en una rueda de prensa desde La Moncloa que no se había encontrado ninguna víctima mortal en el parking de Bonaire [minuto 17:24].

Estas continuas comunicaciones fueron un intento de tranquilizar a la población, aunque no fue suficiente para frenar la difusión de mensajes que aseguraban que, en realidad, sí se habían encontrado víctimas en el parking de Bonaire, pero el Gobierno “los estaba ocultando”. Incluso meses después de la catástrofe continuaron publicándose contenidos que sostienen esta teoría de la conspiración. 

De hecho, hay estudios académicos, como este publicado en 2022 y liderado por Ullrich K. H. Ecker, que demuestran que la desinformación “a menudo ejerce una influencia persistente en el razonamiento de las personas incluso después de que ha sido corregida”. Y esto es, explica, porque “la información original falsa no se borra o reemplaza”, sino que coexiste y compite con la corrección “por la activación en la memoria”. Un estudio de Chapman University (Estados Unidos) sobre la influencia continuada de la desinformación señala que las verificaciones son más efectivas si cumplen con determinadas características. “Los mensajes correctivos tienen más éxito cuando son coherentes, concuerdan con la visión del mundo de la audiencia y son transmitidos por la misma fuente de la información errónea”, explica.

FOTO DE PORTADA: Policías salen del parking del centro comercial Bonaire, en las afueras de Valencia, el 5 de noviembre de 2024, tras la DANA de octubre. (Foto de César Manso / AFP)

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