MENÚ
Una conversación previa a la disolución de la URSS entre Mijaíl Gorbachov y James Baker
El documento viralizado se trata de un memorándum de conversación del 9 de febrero de 1990 entre el secretario de Estado de Estados Unidos, James Baker, y el presidente del Sóviet Supremo de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov. Un memorándum de conversación es un registro de una conversación en un documento usado por Estados Unidos. Por lo que ni tiene carácter vinculante ni es un acuerdo firmado entre Gorbachov y el presidente de Estados Unidos entonces, George H. W. Bush, ni la conversación ocurrió en 1991 “tras la disolución de la URSS” como señalan algunos contenidos virales, sino en 1990, antes de su final.
Una negociación sobre la reunificación de Alemania
El documento recoge la conversación entre Baker y Gorbachov en el contexto de la negociación del Tratado Dos más Cuatro o Tratado sobre el acuerdo final con respecto a Alemania firmado el 12 de septiembre de 1990 en Moscú (Unión Soviética) entre las dos Alemanias más cuatro potencias: Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Unión Soviética. Con este tratado, los cuatro países vencedores de la II Guerra Mundial aprobaron la reunificación de Alemania.
En la conversación de febrero de 1990, Baker dijo a Gorbachov que los Estados Unidos no estaban a favor de una Alemania neutral, es decir, que no estuviese ni en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ni en su réplica socialista, el Pacto de Varsovia. La Alemania occidental formaba parte de la OTAN y la oriental al Pacto de Varsovia en el momento en que empezó su proceso de reunificación en 1989.
Es en ese contexto en el que Baker dijo lo que aparece en los contenidos virales: “Entendemos la necesidad de garantías para los países del Este. Si tenemos presencia en una Alemania que es parte de la OTAN, no habría extensión de la jurisdicción de la OTAN para las fuerzas de la OTAN ni una pulgada hacia el este. Si esto es aceptable para todos, podríamos debatir en el contexto Dos más Cuatro, que podría conseguir este tipo de resultado”.
La respuesta del líder soviético fue que para la Unión Soviética “no hay nada espantoso en la idea de una Alemania unificada” pero advirtió que es “simplista” porque “¿con qué tipo de Alemania vamos a enfrentarnos en el futuro? ¿Cómo puede ser incluida en las estructuras mundiales?”. Más adelante, Baker le preguntó si prefería una Alemania unida fuera de la OTAN que “es independiente y no tiene fuerzas militares de Estados Unidos” o una Alemania reunificada “con vínculos con la OTAN y garantías de que no habrá extensión de la jurisdicción actual de la OTAN hacia el este”.
La respuesta de Gorbachov está parcialmente censurada en el documento desclasificado por el Gobierno de Estados Unidos. En la parte visible, el líder soviético afirmó que el enfoque de Baker “es muy posible” y que la URSS no quiere “una réplica de [Tratado de] Versalles [de 1919 al acabar la I Guerra Mundial y que obligó a Alemania a limitar su ejército], donde los alemanes podían armarse”. También afirmó que “la mejor manera de limitar ese proceso es asegurar que Alemania está dentro de estructuras europeas. Lo que me has dicho sobre tu enfoque y tus preferencias es muy realista. Vamos a pensar sobre eso. Pero no me pidas que te dé una respuesta definitiva ya”.
Aunque la respuesta de Gorbachov está parcialmente oculta, una carta de Baker al canciller de Alemania, Helmut Kohl, escrita al día siguiente de su reunión con el líder soviético y desclasificada por Alemania en 1998 incluye la respuesta completa de Gorbachov según el secretario de Estado estadounidense. En su versión, el líder soviético dijo que los dirigentes de la URSS estaban reflexionando seriamente sobre esas opciones, y que las discutirían pronto “en una especie de seminario”. Además, Gorbachov dijo, según Baker, “ciertamente, cualquier ampliación de la zona de la OTAN sería inaceptable”.
El tratado de reunificación de Alemania que firmaron EEUU y la URSS permitía su entrada en la OTAN, sin excluir a otros países
El Tratado Dos más Cuatro firmado en Moscú por la URSS y Estados Unidos, entre otros, meses después de la conversación entre Baker y Gorbachov, recogió en su artículo 6 “el derecho de la Alemania unida a pertenecer a alianzas, con todos los derechos y responsabilidades que de ello se derivan”. Es decir, el tratado finalmente permitía a una Alemania unida a pertenecer a la OTAN, incluyendo la Alemania socialista hasta entonces parte del Pacto de Varsovia, y no mencionaba nada sobre que otros países al este de Alemania se pudieran unir o no a esa alianza.
“Sí se prometieron y ’desprometieron’ cosas. Pero nunca formalmente. Todo fueron pactos verbales nunca demasiado claros. Y Gorbachev sí llegó a aceptar la permanencia de la OTAN y de fuerzas de EEUU en Europa”, afirma el analista Andrés Ortega en un artículo publicado por el Real Instituto Elcano. En 1997 sí se firmó un Acta Fundacional Rusia-OTAN, sin la fuerza jurídica de un tratado, por el que la OTAN se comprometió a no desplegar armas nucleares en territorio de los nuevos miembros, pero no mencionó nada que prohibiera la expansión de la OTAN hacia el este.
En 1999 se unieron antiguos miembros del Pacto de Varsovia: República Checa, Hungría y Polonia y en 2004 Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Rumania y las ex repúblicas soviéticas Estonia, Letonia y Lituania. Tras la invasión rusa de Ucrania en 2022, Finlandia se incorporó a la OTAN en 2023 y Suecia en 2024.
La versión de Gorbachov sobre la expansión de la OTAN
Gorbachov, quien fue presidente de la Unión Soviética hasta diciembre de 1991, cuando se disolvió, y murió en 2022, habló en varias ocasiones sobre su conversación con Baker y la falta de un acuerdo vinculante sobre la expansión de la OTAN al este. En octubre de 2014 Russia Beyond lo entrevistó y le preguntó por qué no insistió en que las promesas que le hicieron, en concreto Baker, se registraran de forma legal. Su respuesta es que la cuestión de la expansión de la OTAN “no se discutió en absoluto, y no se sacó a colación en aquellos años. Ni un solo país de Europa del Este planteó la cuestión, ni siquiera después de que el Pacto de Varsovia dejara de existir en 1991. Los líderes occidentales tampoco lo plantearon”.
Gorbachov indicó que la declaración de Baker se hizo en el contexto de que no se desplegarían fuerzas armadas adicionales de la OTAN en el territorio de la entonces Alemania Oriental tras la reunificación alemana: “El acuerdo sobre un arreglo final con Alemania decía que no se crearían nuevas estructuras militares en la parte oriental del país; no se desplegarían tropas adicionales; no se colocarían allí armas de destrucción masiva. Se ha cumplido todos estos años”.
El expresidente soviético añadió en 2014 que “la decisión de Estados Unidos y sus aliados de expandir la OTAN hacia el este se tomó de forma decisiva en 1993”, ya con Bill Clinton como presidente de Estados Unidos. “Desde el principio lo califiqué de gran error. Fue definitivamente una violación del espíritu de las declaraciones y garantías que se nos hicieron en 1990”, declaró Gorbachov.
En otra entrevista, esta en noviembre de 2014 para la televisión pública alemana ZDF, Gorbachov consideró “un mito” que él hubiese sido engañado por Occidente respecto a la expansión de la OTAN hacia el este.
La versión de Baker y otros altos cargos estadounidenses, europeos y de la OTAN
Por su parte, Baker dijo a CNN en 2009 que nunca dio ni se le pidieron “garantías” de que ningún país de Europa oriental se uniría a la OTAN: “Hubo una discusión sobre si la Alemania unificada sería miembro de la OTAN, y esa fue la única discusión que tuvimos”. Pero “nunca se habló de otra cosa que no fuera (Alemania Oriental)”.
En cambio, es otra la opinión de Robert Gates, adjunto al Consejero de Seguridad Nacional entonces y posteriormente director de la CIA (Agencia Central de Inteligencia, por sus siglas en inglés) y secretario de Defensa. En una entrevista en julio de 2000 afirmó que “seguir adelante con la expansión de la OTAN hacia el este, cuando a Gorbachov y a otros se les hizo creer que eso no ocurriría, al menos en un futuro próximo, creo que probablemente no sólo ha agravado la relación entre Estados Unidos y Rusia sino que ha hecho mucho más difícil hacer negocios constructivos con ellos”.
Jack Matlock, embajador de Estados Unidos en la Unión Soviética de 1987 a 1991, ha señalado en un artículo publicado en febrero de 2022, días antes de la invasión rusa de Ucrania, que el presidente Bush aseguró a Gorbachov, en diciembre de 1989, “que si se permitía a los países de Europa del Este elegir su futuro mediante procesos democráticos, Estados Unidos no se ‘aprovecharía’ de ese proceso. (Obviamente, incorporar a la OTAN a países que entonces estaban en el Pacto de Varsovia sería ‘aprovecharse’)”. Matlock añadió que en 1990 “se aseguró a Gorbachov, aunque no en un tratado formal, que si se permitía a una Alemania unificada permanecer en la OTAN, no habría ningún movimiento de la jurisdicción de la OTAN hacia el este, ‘ni una pulgada’”.
Según el diario del embajador británico en Moscú, Rodric Braithwaite, el primer ministro británico John Major aseguró personalmente a Gorbachov: “No estamos hablando del reforzamiento de la OTAN.» Posteriormente, en marzo de 1991, cuando el ministro de defensa soviético, Dmitri Yazov, preguntó a Major sobre la posibilidad de que Polonia, Hungría y República Checa ingresen en la OTAN, el dirigente británico respondió: “No ocurrirá nada de eso”.
En julio de 1991 una delegación de diputados rusos del Soviet Supremo se reunieron en Bruselas (Bélgica) con el secretario general de la OTAN, Manfred Woerner, en julio de 1991. Según el memorándum que entregaron a Boris Yeltsin, entonces presidente del Sóviet Supremo de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia, Woerner dijo a los rusos: ”No debemos permitir [...] el aislamiento de la URSS de la comunidad europea”. Siempre según el memorándum ruso de la conversación, “Woerner subrayó que el Consejo de la OTAN y él están en contra de la expansión de la OTAN (13 de los 16 miembros de la OTAN apoyan este punto de vista)”.
El 6 de febrero de 1990 se reunieron el ministro de Asuntos Exteriores de la República Federal de Alemania, Hans-Dietrich Genscher, y el ministro británico de Asuntos Exteriores, Douglas Hurd. Según el acta británica, el ministro alemán dijo: “Los rusos deben tener alguna garantía de que si, por ejemplo, el gobierno polaco abandonara el Pacto de Varsovia un día, al siguiente no entrarían en la OTAN”.
