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Cómo se usa un estudio para desinformar sobre la tasa de mortalidad de niños vacunados de COVID-19

Publicado el Actualizado el
Tiempo de lectura: 5 minutos
Las claves
  • Circulan contenidos que afirman que los niños de entre 5 y 18 años vacunados contra la COVID-19 mueren “a una tasa 5,7 veces mayor” que los no vacunados, pero contiene desinformación
  • Se basa en un estudio sobre la aparición de asma en niños que han pasado la COVID-19 y que han sido vacunados que no concluye ni sugiere lo que afirma el contenido
  • De los datos del estudio tampoco se puede concluir que los niños vacunados mueran más al no ser comparables estadísticamente

10/17/24
Lo que circula

«Los niños de 5 a 18 años vacunados contra el Covid-19 mueren a una tasa 5,7 mayor que los no vacunados»

cienciaysaludnatural.com LOS NIÑOS DE 5 A 18 AÑOS VACUNADOS CONTRA COVID MUEREN A UNA TASA 5,7 VECES MAYOR QUE LOS NO VACUNADOS https://doi.org/10.1007/s15010-024-02329-3- https://link.springer.com/article/10.1007/s15010-024-02329-3- Un nuevo artículo publicado en la revista médica revisada por pares que analizó a más de 300.000 niños de entre 5 y 18 años (en su mayoría en Estados Unidos) muestra una tasa de mortalidad 5,7 veces mayor, estadísticamente muy significativa, para aquellos que optaron por vacunarse. Los autores no mencionaron eso en absoluto. Además, cuando se les preguntó al respecto, se negaron a hacer comentarios al respecto. La susceptibilidad general a la enfermedad en los dos grupos fue muy similar, pero la mortalidad medida desde un mes después de la prueba de PCR que se utilizó como fecha, índice para la inscripción hasta 1 año
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“Los niños de 5 a 18 años vacunados contra COVID mueren a una tasa 5,7 veces mayor que los no vacunados”, afirma un contenido viral. Pero contiene desinformación. Ni el estudio al que hace referencia concluye esto ni se puede deducir de los datos que este proporciona. 

Un estudio sobre niños, COVID-19 y vacunados y la aparición del asma

El objetivo del estudio al que hacen referencia este tipo de contenidos desinformadores fue buscar una posible asociación entre la vacuna y/o la infección y la aparición de asma en niños. Para ello, utiliza una base de datos de registros médicos de niños de entre 5 y 18 años en Estados Unidos a quienes se separó en dos grupos: no vacunados (habiendo y sin haber pasado la COVID-19) y vacunados (habiendo y sin haber pasado la COVID-19).

Los resultados del estudio concluyen que existe una “fuerte relación” entre la infección por COVID-19 y un mayor riesgo de aparición de asma en niños. Riesgo que, según se observó durante el estudio, era mayor si, además de haber pasado la infección, estaban vacunados contra la COVID-19. Sin embargo, no concluye nada sobre esta vacuna y el riesgo de morir.

Datos no comparables entre vacunados y no vacunados

La tasa de mortalidad que subraya el contenido desinformador (que, dice, sería 5,7 veces mayor en personas vacunadas que en no vacunadas) no está incluida en el artículo científico, sino que está extraída del material suplementario.

Captura de la tabla de donde proviene la cifra de mortalidad en vacunados (cohorte 2) y no vacunados (cohorte 1) 

En cualquier caso, concluir que las vacunas están relacionadas con una mayor mortalidad en niños sería erróneo. El motivo es que, para comparar las tasas de mortalidad entre quienes sí pasaron la COVID-19 y los que no, los autores sí hicieron ajustes estadísticos, con el objetivo de reducir posibles sesgos en los resultados. Sin embargo, estos ajustes no se llevaron a cabo de cara a hacer esta misma comparación entre quienes se habían o no se habían vacunado en el momento de la infección. De ahí que, como concluye la médica epidemióloga Susana Monge, del Centro Nacional de Epidemiología - Instituto de Salud Carlos III, “no sea posible comparar vacunados y no vacunados”. “No se puede sacar esa conclusión”, añade.

El grupo de vacunados tenía más enfermedades previas

Para poner en contexto los resultados de este trabajo, hay que tener en cuenta que antes de recibir la vacuna, las características del grupo que posteriormente sí la recibió y las del que no lo hizo no eran las mismas. 

Una de las diferencias observadas fue la existencia de enfermedades previas (comorbilidades), más comunes en el grupo de niños que sí se vacunó. “Es una población con muchas más enfermedades”, subraya a Maldita.es Susana Monge. Por lo tanto, esa mayor vulnerabilidad previa podría ser la razón de la mayor mortalidad entre los vacunados analizados en este estudio y que no es extrapolable a la población general.

Además, el estudio se llevó a cabo entre el 1 de enero de 2021 y el 31 de diciembre de 2022. Pese a que las vacunas contra la COVID-19 ya estaban aprobadas en enero de 2021, no fue hasta finales de ese mismo año cuando empezaron a administrarse a niños. Esto dificulta hacer análisis que diferencien entre niños vacunados y no vacunados, según añade la epidemióloga.

Por lo tanto, afirmar que los niños vacunados contra la COVID-19 mueren más que los no vacunados es desinformador: ni el estudio mencionado por los contenidos desinformadores para argumentar esta afirmación concluye algo parecido ni pueden utilizarse los datos de este para deducirlo.