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El expresidente de los Estados Unidos Donald Trump sufrió un atentado en un mitin electoral. Hay contenidos que cuestionan el dispositivo de seguridad, brindado por el Servicio Secreto de los Estados Unidos, que protege al también candidato del Partido Republicano en su campaña para la reelección. La agencia indicó que, tras el aumento de ritmo de los viajes de campaña de Trump, se habían aumentado sus “recursos de protección”, algo que también aseguró el presidente Joe Biden.
La exdirectora del Servicio Secreto compareció en el Congreso el 22 de julio, antes de dimitir al día siguiente, y reconoció que les habían informado de dos a cinco veces sobre la presencia de un sospechoso momentos antes de que se produjeran los disparos. También indicó que el tejado desde el que se realizaron los disparos había sido identificado días antes del mitin como un punto vulnerable. Según recoge el Washington Post, el jefe de comunicación del Servicio Secreto reconoció, que la agencia había rechazado varias peticiones del equipo de Trump para reforzar su seguridad en algunos eventos anteriores al propio atentado.
La exdirectora del Servicio Secreto reconoció que "fallaron" en la misión de proteger al expresidente Trump antes de dimitir
A raíz del atentado contra Donald Trump en Pensilvania circulan contenidos en inglés y español que sostienen que el Servicio Secreto de Estados Unidos negó en varias ocasiones a las autoridades del expresidente un mayor dispositivo de seguridad. Hay otros que dicen que el Servicio Secreto derivó recursos del dispositivo de seguridad de Trump al mitin que dio la primera dama, Jill Biden, en la ciudad de Pittsburgh, también en Pensilvania, a unos 50 kilómetros de donde se encontraba Trump.
El Servicio Secreto de los Estados Unidos negó las dos afirmaciones. El jefe de comunicaciones del Servicio Secreto de Estados Unidos, Antonio Guglielmi, ha calificado de “absolutamente falso” en una publicación de Twitter (ahora X) que rechazasen la solicitud recursos adicionales para la seguridad de Trump y ha indicado que agregaron más “recursos de protección” por el aumento de ritmo de los viajes de campaña del expresidente. También ha afirmado que "no desviaron recursos" de Trump al evento de Jill Biden, la mujer del actual presidente Joe Biden.
Una semana después del suceso, el jefe de comunicaciones del Servicio Secreto, Antonio Guglielmi, indicó al Washington Post que sí se habían rechazado las peticiones del equipo del expresidente para reforzar su seguridad sobre eventos del pasado que no tenían que ver con el propio atentado. “El Servicio Secreto tiene una misión amplia, desafiante y compleja”, dijo en declaraciones que recoge el diario.
La exdirectora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, compareció ante la prensa en el Congreso el 22 de julio, un día antes de presentar su dimisión, y reconoció que el organismo falló en la misión de proteger a Donald Trump en el mitin de Pensilvania. Según recoge AP, Cheatle reconoció que se informó al Servicio Secreto "de dos a cinco veces" sobre la presencia de una persona sospechosa antes de que se produjesen los disparos.
Cheatle también indicó que el tejado desde donde disparó Thomas Matthew Crooks, el autor del atentado según el FBI, fue identificado como un punto vulnerable días antes del mitin y aseguró que se había disculpado personalmente con Donald Trump a través de una conversación telefónica. Después de que Cheatle presentase su dimisión, Biden apuntó a través de un comunicado de prensa que la "revisión independiente" de lo ocurrido el 13 de julio en Butler continúa y espera "evaluar sus conclusiones".
El presidente de Estados Unidos también dijo en una rueda de prensa el 14 de julio que Trump "como expresidente y candidato del Partido Republicano ya recibe un mayor nivel de seguridad". También afirmó que había ordenado aumentar su seguridad: "He sido coherente en mi dirección al Servicio Secreto para proporcionarle todos los recursos, la capacidad y las medidas de protección necesarias para garantizar su seguridad continua" [min. 2:19].
Biden también aseguró que había ordenado al jefe del Servicio Secreto “revisar todas las medidas de seguridad” para la Convención del Partido Republicano que tendrá lugar entre el 15 y el 18 de julio en la ciudad estadounidense de Milwaukee [min. 2:37]. Además, afirmó haber ordenado “una revisión independiente de la seguridad” del dispositivo que acompañó a Trump en el acto de Butler, lugar donde ocurrió el atentado [min. 2:49].
Los expresidentes de Estados Unidos reciben protección del Servicio Secreto de por vida, excepto que la rechacen
Desde el asesinato del expresidente William McKinley en 1901, la agencia federal del Servicio Secreto de los Estados Unidos se encarga de la seguridad del presidente. También tiene asignada la protección a los expresidentes del país durante toda su vida, junto a sus parejas e hijos menores de 16 años, excepto que estos mismos la rechacen. Según el Servicio Secreto, para mantener su entorno seguro colaboran a diario con otras agencias federales, estatales y locales, como el Ejército o la Policía.
La agencia afirma que consulta periódicamente a expertos de otras agencias para "aplicar las técnicas de seguridad más avanzadas”. Cuando el expresidente viaja un “equipo avanzado de agentes” trabaja con la ciudad a donde va a ir para implementar "las medidas de seguridad necesarias".
Además, según explican, un equipo avanzado de agentes del Servicio Secreto "trabaja con la ciudad anfitriona, las fuerzas del orden estatales y locales, así como con funcionarios de seguridad pública, para implementar conjuntamente las medidas de seguridad necesarias". El 13 de julio el Servicio Secreto recibió la ayuda de la policía local de Butler, localidad donde sucedió el evento que protagonizó Trump.
* El 22 y 23 de julio de 2024 se actualizó esta información para incluir las declaraciones de la directora y el jefe de comunicaciones del Servicio Secreto.
Primera fecha de publicación de este artículo: 15/07/2024
