Frank Hoogerbeets, conocido por llevar años haciendo supuestas predicciones de seísmos, dijo que existía la posibilidad de un terremoto de gran intensidad, incluso por encima de una magnitud de 8, en la primera semana de marzo. Pero no pasó. En base a esta predicción, un vídeo viral en TikTok afirma que el “sismólogo que predijo terremoto en Turquía dice que habrá megaterremoto en marzo de 2023” por “una conjunción planetaria de la Tierra, Mercurio y Saturno”.
Actualmente, los terremotos no se pueden predecir de ninguna manera, tampoco a través de la posición de los planetas. Como ocurre con otros falsos sistemas de adivinación del futuro, como el horóscopo, algunas de estas pretendidas predicciones que hace Hoogerbeets “son tan generales que siempre habrá un terremoto que encaje” en ellas, según adelanta el Servicio Geológico de Estados Unidos.
No ha ocurrido un terremoto de magnitud 7 o superior en la primera semana de marzo
En el vídeo que circula, Frank Hoogerbeets se aventuraba a predecir un posible "evento sísmico de grave a enorme" o entre los días 3 y 4 de marzo o entre el 6 y 7 del mismo mes. El motivo, señalaba, sería la luna llena, por dos conjunciones planetarias con la Tierra. Sobre la magnitud de estos temblores, Hoogerbeets indicaba que podrían estar en torno al 7,5, pero que también era posible que se diesen "muy por encima de una magnitud 8". "No exagero", añadía. En el mismo sentido, afirmaba que podrían tratarse de varios "eventos sísmicos, muy por encima de la magnitud 6".
Sin embargo, no ha habido ningún terremoto de magnitud 7 o superior en las dos primeras semanas de marzo. Entre el 6 y el 7 de marzo, se produjo un terremoto de magnitud de 6 en Filipinas, iniciado a 38 kilómetros de profundidad, y otro de 5,9 en Papúa Nueva Guinea con foco a 9 kilómetros de profundidad. No hubo ningún terremoto con una magnitud mayor en esas fechas, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés). Entre los días 1 y 15 de marzo, el terremoto de mayor magnitud fue de 6,9 (el 4 de marzo): ocurrió a una profundidad de 205,7 kilómetros y en el océano, a más de 900 kilómetros de Nueva Zelanda.
Precisamente tras esto, volvió a pronunciarse: “El 4 de marzo ya tuvimos el terremoto más fuerte en cuatro semanas, afortunadamente sin víctimas. La probabilidad es mayor en torno al 7 de marzo, ni más ni menos”, afirmó el 6 de marzo Hoogerbeets. Solar System Geometry Survey, la organización creada por Hoogerbeets, tuiteó el 11 de marzo lo siguiente: “Nunca decimos ‘será’ porque la naturaleza no puede predecirse con un 100% de exactitud”. También que su predicción “se cumplió”, aunque la magnitud “no fuera tan alta como se preveía”.
La alineación planetaria no ocasiona terremotos y no se pueden predecir
La posición de los planetas no puede causar un terremoto en la Tierra. Como explica Phil Plait, astrónomo en el departamento de Física y Astronomía de la Universidad Estatal de Sonoma (Estados Unidos) y colaborador en la NASA, esto es imposible: "Si sumásemos la gravedad que pudiesen ejercer conjuntamente todos los planetas del sistema solar en las condiciones precisas, sería [seguiría siendo] menor que la influencia gravitatoria que ejerce normalmente la Luna sobre la Tierra".
La fuerza de gravedad de la Luna sería, al menos, 50 veces mayor que la combinación de la de todos los planetas alineados, porque está mucho más cerca. "La órbita de la Luna alrededor de la Tierra tiene forma elíptica, esto quiere decir que se acerca y se aleja de nuestro planeta cada dos semanas", explica Plait. "Y no, no por ello hay catastróficos terremotos dos veces al mes". Aunque, las lunas llenas y nuevas podrían aumentar ligeramente la magnitud de los sismos, la relación no es fuerte y no hay un acuerdo entre los científicos al respecto.
De hecho, no hay ninguna evidencia de que las investigaciones de Hoogerbeets se sustenten en estudios válidos y su nombre no aparece en ninguna publicación científica revisada, como explicamos en 2019.
Además, actualmente no es posible predecir los terremotos, tampoco con la posición de los planetas o a través de cualquier otro método. “Ni el USGS ni ningún otro científico han predicho nunca un gran terremoto. No sabemos cómo [se podría hacer] y no esperamos saberlo en un futuro previsible. Los científicos del USGS sólo pueden calcular la probabilidad de que se produzca un terremoto importante en una zona específica en un determinado número de años”, indica en su web el Servicio Geológico de Estados Unidos. Por ejemplo, el UGSG afirma que la probabilidad de un terremoto en el área de San Francisco (California) en los próximos 30 años es de un 72% para una magnitud 6,7 y de un 51% para una magnitud 7.
Para considerar una predicción válida, el USGS opina que esta debe tener tres elementos: una fecha y hora, una ubicación y una magnitud. Algunas de las supuestas predicciones “son tan generales que siempre habrá un terremoto que encaje”, aclara el centro científico estadounidense. “Si se produce un terremoto que se ajusta remotamente a su predicción, afirman que han tenido éxito, aunque uno o más de los elementos que predijeron sean muy diferentes de lo que ocurrió en realidad, por lo que se trata de una predicción fallida”, aclara el USGS.
Las supuestas predicciones de Hoogerbeets
Ese es el tipo de predicciones que hace Hoogerbeets. Tras los terremotos del 6 de febrero en Turquía, cerca de la frontera con Siria, se viralizó uno de sus tuits, publicado el 3 de febrero, en el que afirmaba que “tarde o temprano habrá un terremoto de en torno a una magnitud de 7.5 en esta región (Sur-Centro de Turquía, Jordania, Siria, Líbano)”.
Esta pretendida predicción no incluyó una fecha y una hora. Además, el terremoto ocurrió en un lugar “que ha tenido sismos históricos destructivos” por ser el punto de contacto de dos placas tectónicas, cuyo movimiento es precisamente el que genera los terremotos, como ha explicado a José Morales, catedrático de Física de la Tierra del Instituto Andaluz de Geofísica y de la Universidad de Granada a Science Media Centre España.
“Básicamente es el reloj parado que acierta dos veces al día”, según declaró Susan Hough, sismóloga del Programa de Riesgos Sísmicos del USGS, al medio público estadounidense NPR. Añadía, además, que “Turquía es una zona sísmica conocida. Conocemos estas fallas, sabemos que terremotos de este tamaño son posibles".
Hoogerbeets también predijo un posible terremoto de al menos 8,8 de magnitud en la costa oeste de Estados Unidos para el 28 de mayo de 2015. No ocurrió.