Las autoridades noruegas están investigando la muerte de 23 ancianos en varias residencias tras recibir la vacuna contra la COVID-19 de Pfizer/BioNTech. Las dudas sobre la seguridad de la vacuna han aumentado después de que se publicase esta noticia en diversos medios de comunicación de todo el mundo. Sin embargo, según el director de la Agencia Noruega de Medicamentos, no existe “una conexión segura entre estas muertes y la vacuna". Os explicamos qué sabemos:
La Agencia Noruega de Medicamentos está investigando la causa de las muertes
Según publicó en un comunicado la Agencia Noruega de Medicamentos (NOMA), hasta el día 14 de enero se reportaron al registro sanitario 23 informes de muertes sospechosas en conexión con el lanzamiento de la vacuna contra el coronavirus. De estas, 13 ya han sido evaluadas por la agencia y el Instituto Noruego de Salud Pública (NIPH) y no han podido concluir que las muertes fueran causadas por la vacuna.
Sigurd Hortemo, médico jefe de la Agencia Noruega de Medicamentos, señala en el informe que “las reacciones adversas comunes a las vacunas de ARN mensajero, como la fiebre y las náuseas, podrían haber contribuido a la muerte de algunos pacientes frágiles". Según afirmó a la revista científica BJM Steinar Madsen, director médico de la NOMA, existe la posibilidad de que estas reacciones adversas comunes, que no son peligrosas para los pacientes más jóvenes y en mejor forma, hayan agravado la enfermedad que ya padecían algunos de los ancianos fallecidos.
Aun así, Madsen aclara en BJM que, por el momento, “no existe una conexión segura entre estas muertes y la vacuna” y que, aunque podría ser solo una coincidencia, aún no están seguros de ello. Como ya explicamos en Maldita Ciencia, la correlación, en muchas ocasiones, no implica causalidad.
Asimismo, el pasado 28 de enero, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) publicó una actualización en referencia a la seguridad de la vacuna de la COVID-19 en el que se mencionaba el caso de las muertes producidas en Noruega. En este informe, la EMA concluye que, tras una revisión del Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia (PRAC), se puede determinar que la progresión de múltiples enfermedades preexistentes en estos mayores parece ser la explicación de la muerte. De hecho, aseguran que en algunos individuos los cuidados paliativos ya se habían iniciado antes de la vacunación. Por ello, el PRAC indicó en su informe que, basándose en los datos actuales, no era necesario modificar la información relativa a cómo usar la vacuna de Pfizer contra la COVID-19 en ancianos frágiles. *
Los médicos realizarán evaluaciones más exhaustivas de los pacientes ancianos muy frágiles
El director médico de la Agencia Noruega de Medicamentos, Steinar Madsen, aseguró a la revista científica BJM que, tras los fallecimientos reportados, están pidiendo a los médicos que realicen una evaluación adicional de las personas muy enfermas cuya afección subyacente podría verse agravada por la vacuna. Esta evaluación, según Madsen, incluye discutir los riesgos y beneficios de la vacunación con el paciente y sus familias para “decidir si la vacunación es el mejor curso” y determinar si los beneficios de la vacunación superan los riesgos de los posibles efectos secundarios.
Tal y como informan los verificadores noruegos de Faktisk, que, al igual que Maldita.es, pertenecen a la IFCN, las 13 muertes evaluadas ocurrieron en residencias y los fallecidos eran ancianos que tenían más de 80 años de edad y padecían una seria fragilidad debido a patologías como insuficiencia cardíaca grave, demencia o enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Noruega ha priorizado la vacunación de ancianos en residencias y con patologías previas
Tal y como se publica en el informe de la NOMA, los grandes estudios sobre la vacuna de Pfizer/BioNTech no incluyeron a pacientes con enfermedades inestables o agudas e incorporaron a pocos participantes de más de 85 años de edad. Si a esto le sumamos que Noruega ha dado prioridad de inmunización a los residentes de hogares de ancianos con enfermedades y afecciones previas, aseguran que “se espera que puedan producirse muertes cerca del momento de la vacunación”.
Aun así, las autoridades sanitarias noruegas afirman que el número de incidentes hasta ahora no es alarmante y está en línea con las expectativas. “Se han administrado más de 20.000 dosis de la vacuna durante las últimas semanas en Noruega y cada semana se producen alrededor de 400 muertes entre los residentes de hogares de ancianos”, señala Steinar Madsen a BJM.
Todos los informes de posibles reacciones adversas son evaluados
Tras el reporte de las 23 muertes, la Agencia Noruega de Medicamentos publicó un comunicado recalcando que todos los informes de sospechas de reacciones adversas a la vacuna, ya sean reportados por profesionales de la salud o pacientes o por los mismos fabricantes, terminan en el Registro ADR de Noruega. Estos informes, según aseguran, se priorizan para su evaluación cada semana y determinar si están relacionados o no con la vacuna. “Aunque se haya informado de un posible efecto, esto no implica necesariamente que se haya establecido una relación causal entre el efecto y las vacunas”, advierten en su comunicado.
Fact-checkers de 30 países nos hemos unido para luchar contra la ola de desinformación que ha traído consigo el nuevo coronavirus iniciado en China, puedes leer más sobre los desmentidos en este artículo y en este otro del IFCN.
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* Hemos actualizado este artículo el 25/01/2021 para añadir que las muertes ocurrieron en varias residencias y no sólo en una.
* Hemos actualizado este artículo el 01/02/2021 para añadir el último informe publicado por la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
Primera fecha de publicación de este artículo: 19/01/2021