"Es que no llega, no llega". La persona que realiza este vídeo intentando demostrar un supuesto "pucherazo" se indigna. Hace un cálculo sobre un trasvase de votos y llega a una conclusión: las cuentas no salen y la razón es que el voto por correo está manipulado. El problema es que ha olvidado la participación.
En su supuesto fraude electoral presupone erróneamente que en 2016 y 2019 ha votado la misma cantidad de gente, y busca un ajuste de trasvase de votos de unos partidos a otros, y obviamente no le dan las cuentas, ya que hay más de 2 millones de nuevos votos que en las anteriores elecciones no estaban en la ecuación.
En 2016 votaron 24.279.259 personas y en 2019 lo hicieron 26.361.051. Más de dos millones de votos más.
De nuevo el bulo de Sctyl
"Está claro que aquí hay una mano negra", dice, y acusa de ello a la empresa Sctyl, que ni siquiera es la adjudicataria en las elecciones generales. Como ya os hemos contado, el despliegue tecnológico para el escrutinio provisional ha estado a cargo de Indra, que ganó la adjudicación. Además, recordamos que en España los votos los cuentan manualmente los componentes de cada mesa electoral, no lo hace ninguna empresa.
El bulo salta a webs que tienen apariencia de medios de comunicación
El vídeo se está moviendo en forma de contenido web. Esas webs no analizan el contenido del vídeo, pero concluyen que "lo que, a veces, se nos intenta vender como una casualidad no es más que una flagrante manipulación". La realidad es que ya sea con un error o con intención, el vídeo no demuestra nada. Al contrario, olvida una de las claves de estas elecciones: la participación.