Este sábado se cumplen 50 años desde que el Apolo 11 llegara a la Luna. 50 años de que el hombre la pisara por primera vez. Lo hizo un 20 de julio de 1969 y a partir de ahí; bulos, conspiraciones...
Esta semana más que nunca te llegará algún mensaje que intenta poner en duda que el hombre pisara la Luna, así que desde Maldita Ciencia vamos a intentar dar claves de por qué SÍ, sin dudas y con hechos, el hombre llegó a la Luna por primera vez con la misión Apolo 11 y desde entonces hemos vuelto varias veces.
1. El reflector
Todo el mundo tiene en mente la bandera de EE.UU. o las huellas humanas sobre la Luna, pero los astronautas del Apolo 11 también dejaron una de las pruebas más contundentes del alunizaje: "la matriz retrorreflectora de medición láser lunar".
Es un panel de unos 60 cm de ancho recubierto por 100 espejos apuntando a la Tierra. Buzz Aldrin y Neil Armstrong la colocaron en un ángulo determinado y cincuenta* años después, es el único experimento científico del Apolo que aún funciona y se puede comprobar. Se puede lanzar un rayo láser desde un telescopio y contar el tiempo que tarda en regresar a la fuente para calcular la distancia entre la Tierra y la Luna.
*Actualización: por error, en una primera versión de este artículo hablábamos de "treinta y cinco años después", cuando hace ya cincuenta años de ese primer alunizaje.
2. Tanta gente no puede mantener un secreto durante tanto tiempo
"El engaño" de la no llegada a la Luna se tenía que haber revelado en 3 años y 8 meses, según el modelo matemático de David Robert Grimes, físico de la Universidad de Oxford, que calcula cuánto tiempo se puede guardar un secreto a partir del número de personas que lo conocen. La teoría de que no hemos llegado a la Luna necesitaría al menos el silencio de los 411.000 empleados de la NASA que trabajaban allí a mediados de los 60 y usando su ecuación, Grimes calcula que el "engaño" podría durar como mucho 3 años y 8 meses.
3. Las rocas lunares
Los astronautas del Apolo 11 volvieron a la Tierra con rocas. Un montón. Unos 22 kilos en esta misión, 382 kilogramos de rocas en las distintas misiones tripuladas.
¿Las rocas no pudieron ser recogidas en la Tierra? Pues no, de hecho, debido a su antigüedad: la roca lunar más reciente es más antigua que la roca terrestre más antigua que hayamos encontrado jamás.
4. Los rastros de huellas
Algunas fotos hechas a la superficie lunar antes y después de la llegada de la misión Apolo 12 a la Luna, la segunda que alunizó, muestran los caminos de huellas que dejaron los astronautas sobre la superficie al desplazarse desde el módulo lunar Intrepid, que aterrizó en el borde del cráter Surveyor, y la sonda Surveyor 3, que tocó suelo en el interior del cráter.
Aunque son sutiles, en esta foto tomada en 2013 se aprecian esas líneas sinuosas que unen ambos puntos, además de diferenciarse claramente el módulo y la sonda de la misión. Fueron tomadas por la Lunar Reconnaissance Orbiter Camera.
De esta y otras fotos parecidas tomadas tras las siguientes misiones Apolo habla el astrofísico Daniel Marín en su blog Eureka.
La sonda Surveyor 3 en el fondo del cráter Surveyor con el módulo Intrepid al fondo, en lo alto del cráter.
5. Los puntos de aterrizaje
Igual que se ha visto en fotografías posteriores el punto de aterrizaje de la Apolo 12, siguen siendo visibles los puntos de aterrizaje otras misiones Apolo.
Aquí, por ejemplo, la del Apolo 11:
LM es el módulo lunar, el PSEP es el Passive Seismic Experiment Package, uno de los experimentos que la misión iba a realizar en la Luna, el LRRR es el Laser Ranging Retro-Reflector, del que hemos hablado antes, y entre todos esos puntos se pueden ver las huellas de los paseos que dieron los astronautas de la misión.
En la siguiente foto aparece el punto de aterrizaje de la misión Apolo 14:
La del Apolo 15:
Y, por último, la zona de aterrizaje de la misión Apolo 17:
6. La bandera
Una de los argumentos en contra de la llegada a la Luna en 1969 es que la bandera estadounidense ondeaba pese a que no hay viento en nuestro satélite al no tener atmósfera.
La realidad es que la bandera no ondea sino que está sujeta por una varilla en la parte superior. De esta forma se mantiene erguida. El movimiento que se aprecia en los vídeos es fruto del acto de plantar la bandera por los astronautas Neil Armstrong y Buzz Aldrin.
7. Las estrellas
La ausencia de estrellas en los fotos y vídeos de las misiones lunares es otra clave para los negacionistas de la llegada a la Luna. La explicación es simple y lo podemos comprobar todos con nuestro smartphone. La ligera luz de las estrellas no queda reflejada en las fotos salvo que haya una larga exposición. En las fotos del espacio tomadas hoy en día desde el propio espacio no se pueden ver estrellas... salvo que mantengas el obturador abierto durante varios segundos. Así en la Tierra como en el espacio, así en 1969 como en 2018.
8. La Unión Soviética
De este punto os puede hablar el experto en astronomía Alex Riveiro en este genial hilo.
En un contexto de encarnizada carrera especial entre la Unión Soviética y Estados Unidos, en el que el país soviético llevaba la delantera con el primer satélite, el primer astronauta y la primera nave que llegó a la Luna, muchos expertos creen que si Estados Unidos hubiese fingido llevar dos personas al satélite la potencia rival lo hubiese denunciado públicamente como un fraude. No fue así y la misión Apolo 11 supuso la victoria definitiva de Estados Unidos frente a su rival soviético en el ámbito espacial.
9. No solo hemos ido una vez
Aunque Armstrong y Aldrin fueron los primeros en llegar, no fueron los últimos. Las misiones Apolo 12, 14, 15, 16 y 17 supusieron otros cinco paseos lunares entre 1969 y 1972. En total, 12 astronautas, todos estadounidenses, han estado en la Luna.
10. La basura espacial
Todas las misiones Apolo, así como las misiones no tripuladas, han dejado restos en la superficie lunar que desde satélites se pueden observar hoy en día.
Bola extra: El experimento de Galileo
La pluma y el martillo. Galileo Galilei hipotetizó que si dos cuerpos caían desde la misma altura, sin la fricción del aire, bajarían a la misma velocidad y golpearían el suelo a la vez sin importar su peso ni su tamaño. El Apolo 15 hizo realidad este experimento en un entorno sin aire como es la Luna. En este histórico vídeo podemos ver como un martillo de geólogo de 1,32 kilogramos y una pluma de unos 30 gramos caen a la misma velocidad, confirmando siglos después la teoría de Galileo.