Los sellos de Denominación de Origen Protegida (DOP) y de Indicación Geográfica Protegida (IGP) se utilizan para constatar la calidad de un producto y lo relacionan con una zona geográfica determinada. ¿Pero qué significan? La etiqueta DOP garantiza que todo el proceso productivo y su elaboración se ha llevado a cabo en un lugar determinado, mientras que IGP significa que al menos una de las fases (producción, transformación o elaboración) está ligada a ese emplazamiento geográfico.
Se trata de una norma de etiquetado común en toda la Unión Europea a la que se pueden adscribir productos que cumplan unas condiciones determinadas y que son sometidos a controles específicos. Sólo en España, hay más de 400 productos con estos distintivos, entre los que se incluyen vinos, carnes, legumbres, aceites o quesos.
¿Qué significan estas etiquetas DOP e IGP y qué diferencias hay entre ellas?
Son etiquetas que certifican la calidad de algunos alimentos, productos agrícolas o vino y que se aplica en toda la Unión Europea. Vinculan productos y sus cualidades a una zona geográfica concreta. Aquellos que tengan este distintivo están obligados a llevar las etiquetas.
El queso manchego es un ejemplo de producto con etiqueta DOP. Según su pliego de condiciones, solo deben considerarse así aquellos quesos que sean elaborados con leche de oveja de raza manchega, que tengan una maduración mínima de 30 días y que se produzca en la comarca natural de La Mancha (algunos municipios de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo). Hay otros quesos de oveja de estilo similar, pero no cumplen estas condiciones y por tanto no llevan la etiqueta DOP de queso manchego.
El plátano de Canarias, sin embargo, es un producto distinguido, pero con etiqueta IGP. Se consideran así los plátanos de la variedad Cavendish que sean cultivados en el archipiélago canario. Cumple unas características de tamaño, forma y apariencia concretas, como sus reconocibles motitas negras. Es IGP porque parte del proceso, la maduración y el envasado, se puede realizar fuera de la región.
Otro ejemplo de producto IGP. La denominación Jijona se otorga al turrón blando de almendra elaborado en el municipio de Jijona (Alicante). Concretamente está ligada a la fabricación y al envasado que realizan de manera tradicional en sus obradores. Esta etiqueta, a diferencia de la de plátano de Canarias, no implica que las materias primas, como la almendra o la miel, sean de esta zona.
En este documento del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación se recopilan todos los productos y todos los pliegos de condiciones, en los cuales se explican los motivos por los que se les ha otorgado este distintivo europeo.
El caso de los vinos es particular. La etiqueta DOP indica que toda la uva debe proceder de la zona donde se elabora el vino y la etiqueta IGP indica que al menos el 85% de la uva es de la zona. En el vino este etiquetado es opcional, mientras que para los otros productos es obligatorio. Popularmente, también se llama “vino de pago” al DOP y “vino de la tierra” al IGP.
Para qué sirve y qué implica el etiquetado DOP/IGP
Una vez que la certificación ha sido obtenida y se ha registrado en la Unión Europea, las marcas gozan de derechos de propiedad intelectual, lo que sirve para proteger este producto de su uso indebido, de las imitaciones o cualquier práctica que pueda llevar a los consumidores a un error sobre el origen del producto.
Para presentar una solicitud de marca DOP o IGP es necesario que lo hagan asociaciones que trabajen con los productos cuyo nombre vaya a registrarse. El trámite se realiza ante la comunidad autónoma a la que pertenece o ante el Ministerio de Agricultura, si afecta a más de una comunidad. Se puede consultar el estado de la tramitación en la base de datos eAmbrosia de la Unión Europea.
Todos los productos que tengan estas certificaciones están sometidos a controles realizados por las comunidades autónomas, y en ocasiones por el ministerio, en las que se comprueba el grado de cumplimiento de los pliegos de condiciones. Estos organismos les pueden imponer sanciones, si incumplen alguno de los requisitos.
Hay cerca de 400 productos en España con estas etiquetas
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación recopila todas las denominaciones de origen y las indicaciones geográficas que hay en vigor actualmente. Según el último dato actualizado a junio de 2024, en España, hay 377 marcas registradas. De ellas, 212 son DOP y 145 son IGP. El producto más común es el vino y la comunidad con más marcas es Andalucía, donde destacan las certificaciones de aceite de oliva.
Como curiosidad, en Maldita.es ya os contamos que los famosos pimientos de Padrón no son el nombre registrado. La denominación de origen se llama pimiento de Herbón, que es una parroquia del municipio de Padrón (Galicia). Esta denominación hace referencia a una variedad específica que se cultiva, acondiciona y envasa en Padrón, Dodro y Rois, tres municipios cercanos.
Es posible consultar varios mapas de denominaciones de origen por tipo de producto en España (interactivo y estático).
Hay otra etiqueta más: la Especialidad Tradicional Garantizada (ETG) que protege las elaboraciones tradicionales y no se asocia a zonas concretas
Hay otra etiqueta, menos frecuente, es la de las especialidades tradicionales garantizadas (ETG). Este sello se asigna a productos en los que destacan los aspectos tradicionales de su elaboración o su composición, pero no está relacionada con la zona geográfica.
Se permite registrar el nombre de un producto como ETG cuando se ha llamado así tradicionalmente a lo largo del tiempo, al menos 30 años. Según la Unión Europea, este tipo de etiquetado protege a los productos contra su falsificación y su uso indebido.
En España solo existen reconocidos cuatro productos como ETG: jamón serrano, leche certificada de granja, panellets y la torta de aceite de Castilleja de la Cuesta.
La diferencia con los DOP e IGP es que estos protegen el nombre de un producto originario de un lugar determinado, mientras que el ETG protege los métodos de producción y las recetas tradicionales. Los DOP e IGP constituyen un derecho a la propiedad intelectual, mientras que los ETG no, que solo tienen derecho a incorporar el etiquetado del producto.