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Menos patatas en la bolsa o raciones más pequeñas por el mismo precio. La reduflación es la “práctica llevada a cabo por algunas empresas de alimentación de reducir el contenido de los productos manteniendo los precios”. Así define el término la Fundéu (Fundación del Español Urgente). Esta práctica está estrechamente vinculada a períodos de inflación, en los que suben los precios de las materias primas y los costes de producción y la cesta de la compra es cada vez más cara.
El propio término, reduflación, surge de la unión de otras dos palabras: “reducción” e “inflación” y se basa en el término en inglés, conocido como shrinkflation, compuesto por shrink (reducción) e inflation (inflación), tal y como recoge Fundéu.
Un ejemplo de esta práctica sería por ejemplo una bandeja de chorizo que cuesta un euro, pero que ha pasado de ser de 80 gramos (14 lonchas) a 70 (12 lonchas), según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). También encontramos ejemplos en Estados Unidos, donde una bolsa de nachos ha pasado a tener cinco menos y sigue costando lo mismo, según la organización Consumer World.
La reduflación se asocia a las épocas de subidas de precios
Actualmente vivimos un momento de inflación a nivel mundial, algo en lo que ha influido la invasión de Ucrania por parte de Rusia. En España la inflación se puede observar a través del Índice de Precios de Consumo (IPC). Un indicador calculado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) que sirve para medir el aumento o la disminución del coste de los productos que consumen los españoles. Se suele utilizar también para poder ver cómo evoluciona el coste de la vida de los españoles. El último dato del IPC, de septiembre de 2022, muestra que los precios han aumentado un 8,9% con respecto al año anterior.
En el contexto de esta inflación, se han podido ver casos de reduflación en los supermercados españoles. La OCU ha ido recopilando y denunciando algunos de estos casos en España en los últimos meses. Según explican, por ejemplo, una conocida marca de refresco de cola habría reducido su botella de 2 litros. Ahora es de 1,75 litros, pero el precio del producto no ha bajado.
La OCU ha denunciado esta práctica ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC)
La OCU denunció en junio de 2022 ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que algunas marcas estaban concurriendo en esta práctica. La reduflación en principio sería legal, pero la OCU en esos casos denunció al considerar que sería “una práctica de competencia desleal, puesto que no hay una información clara para el consumidor sobre la subida de precios y esa falta de transparencia altera la competencia”. Previamente, en abril, esta organización ya avisó de que algunas empresas estaban reduciendo la cantidad de sus productos.
El problema viene en muchos casos cuando no se informa al consumidor, ya que al no tener información, puede pensar que está comprando al mismo precio. La OCU considera que es una práctica “anticompetitiva y poco transparente” porque perjudica a las marcas que sí han informado de la subida de los precios de sus productos correctamente y recomienda fijarse siempre y comparar los productos por su precio según la unidad de medida (como euros/kilo) y no por el precio de la unidad. Es decir, en el caso de una bebida, por ejemplo, habría que fijarse en a cuánto sale el litro y no en el precio unitario de una botella, que antes podía ser de 1,5 litros, pero puede haber pasado, por ejemplo, a ser de 1,25.
