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Bulos en situaciones de alerta y emergencia: ¿por qué se producen?

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El pasado martes 26 de enero hubo una serie de terremotos en Granada que pusieron en alerta a la población. Ese mismo día comenzaron a circular bulos y desinformaciones sobre los temblores, como que habían causado una grieta en la calzada de Camino de Ronda, que en realidad es anterior, o que a la 1 de esa madrugada habría un terremoto más fuerte, que finalmente no se produjo.

Desde Maldita.es ya os hemos contado cómo informarse y evitar bulos en una situación de crisis: fíate sólo de fuentes oficiales y ante la duda, no compartas. Pero, ¿por qué abundan este tipo de mensajes falsos cuando ocurren desastres, accidentes o catástrofes? Los expertos coinciden en que la difusión de bulos o desinformaciones está muy vinculada a las situaciones de crisis y afirman que puede ser una reacción normal ante la ansiedad y ante la falta de información y la ambigüedad que se suelen dar estas circunstancias.

Ante una situación de emergencia buscamos respuestas

El psicólogo Ramón Nogueras explica a Maldita.es que la propagación de más contenidos y de una manera más rápida es una respuesta normal a la ansiedad que estas situaciones generan. “En una situación de incertidumbre, buscamos respuestas, explicaciones e información. Somos más receptivos a emitir y compartir explicaciones”, agrega.

En la misma línea, la psicóloga Aurora Gómez, de Corio Psicología, explica a Maldita.es que nuestro cerebro está diseñado “para encontrar patrones e intentar entender la situación”, por lo que en un contexto de alerta “es normal que se produzca más búsqueda de información” y que esta se comparta más y con mayor rapidez.

Gómez también comenta que en una situación de alerta, “mucha gente sentirá la necesidad de compartir la información con la intención de ayudar a otros”, aunque esa información no sea cierta. Coincide en este sentido con lo que exponen los autores de una investigación, quienes explican que las ganas de ayudar llevan a compartir rápido información que muchas veces no está contrastada.

Por su parte, Gómez añade que normalmente “tenderemos más a confiar de fuentes cercanas”.

José C. Perales, catedrático del departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada, explica a Maldita.es que “en situaciones excepcionales, lógicamente se generan más noticias relacionadas con el evento en cuestión, tanto verdaderas como falsas”.

“Las noticias falsas suelen tener una mayor novedad y un mayor contenido emocional”, continúa Perales. Y añade que ese contenido emocional “genera más atención, mayor propensión a la acción y mayor necesidad de compartir la información”.

En cuanto a las personas que comparten este tipo de contenidos, ¿existe un perfil que sea más propenso a creer y difundir desinformación? Perales y Gómez coinciden en este sentido en que es posible que haya personas que tengan más tendencia a creer en bulos. Y añade Perales que “ser cognitivamente sofisticado no te protege necesariamente de los bulos. Personas formadas, inteligentes y deliberativas pueden ser igualmente víctimas de sesgos muy importantes”.

Los expertos creen que ante la falta de información en situaciones de emergencias, llenamos los huecos con nuestras propias versiones de lo que está ocurriendo

Los autores de la investigación  antes mencionada coinciden en que “cuando la información es escasa o ambigua, la gente intenta llenar los vacíos creando sus propias versiones de la verdad”.

En situaciones que consideramos de peligro, o cuando creemos que existe una amenaza potencial, “los rumores sirven como un método para que los miembros de la comunidad enfrenten la incertidumbre”, afirma el estudio. Es decir, se utilizan como una herramienta para intentar dar sentido a lo que está ocurriendo y gestionar el riesgo.

A veces ante estas situaciones es posible que la información de fuentes oficiales tarde en llegar, por lo que la ausencia de información contrastada genera el caldo de cultivo para la propagación de las desinformaciones.

En definitiva, ante una situación que nos pone en alerta, tendemos a buscar respuestas, a llenar los vacíos de información y difundimos contenidos con mayor rapidez que en otras circunstancias, a veces con la intención de ayudar a los demás, aunque acabemos difundiendo bulos o desinformaciones.

De la misma forma que ha ocurrido con los bulos generados tras los terremotos de Granada, en otras situaciones de emergencias que se han dado en España rápidamente se ha difundido gran cantidad de desinformación ante la alarma generada. A continuación os recordamos algunos casos que detectamos durante los incendios de Vigo en 2017 o la DANA del sureste de la península en 2019.

No, no es cierto que el agua de Vigo no fuese potable por la contaminación de los incendios de 2017

En octubre del año 2017 hubo una ola de incendios en Vigo y el fuego llegó hasta el centro de la ciudad. En ese momento se difundió que el agua del grifo de la ciudad no era potable y que daba “altos niveles de contaminación”.

Pero era un bulo y el agua de Vigo sí era potable en aquel momento. Así nos lo aseguraron desde la Alcaldía de la ciudad gallega.

Dos años más tarde, en septiembre de 2019 hubo una gota fría que afectó sobre todo al este y sureste peninsular y que, de la misma forma que en los incendios de Vigo, provocó una ola de bulos y desinformaciones sobre la DANA, sobre los que os contamos algunos ejemplos:

Cuidado con las falsas alertas sobre agua no potable en Murcia: sólo se ha advertido del agua del grifo de la pedanía de Lobosillo

En relación a la DANA, algunos usuarios en redes sociales comentaron que el agua corriente del municipio de Murcia no era potable debido al temporal que está afectando al suroeste peninsular. También se difundió que no era potable el agua del suministro del municipio de las Torres de Cotillas. Pero en ninguno de los dos casos era cierto.

El Ayuntamiento de Murcia aseguró en su perfil oficial de Twitter que "el agua potable en Murcia y pedanías está garantizado" salvo en la pedanía de Lobosillo.

En el caso de la DANA, desde Maldita.es detectamos más de 10 bulos y desinformaciones que se difundieron ante un momento de alarma entre la población.

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