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¡Feliz sábado, malditas y malditos! Se acabó lo que se daba, se acabó agosto y seguramente tú también estás un poco de bajón. Pero arriba el ánimo porque aquí seguimos y seguiremos con un montón de temas sobre nuestra vida digital, porque la actualidad y las redes sociales no paran y en Maldita Tecnología somos very demure, very mindful.
Esta semana hemos hablado de un nuevo protagonista de los titulares sobre las big tech, el CEO y cofundador de la aplicación de mensajería Telegram, Pavel Durov, cuya detención en París no fue nada demure y ha puesto patas arriba el mundo (tecnológica y geopolíticamente hablando). Su arresto se ha producido como parte de una investigación por presuntos delitos de fraude, tráfico de drogas, difusión de contenido pedófilo y delincuencia organizada, entre otros cargos muy graves. También por no colaborar con las autoridades para frenar el uso delictivo de Telegram. Aquí tienes punto por punto todo lo que sabemos, y ahora te contamos más cosas.
Cosas en TikTok que no hacen ni p*** gracia
¿Cuántas se te ocurren? Mmmm retos virales que solo buscan visualizaciones y likes y acaban con niños llorando y, quizá, con una experiencia traumática. Desde luego, seguro que con su huella digital engrosada. Mmmm otra, otra. Comentarios sexuales en vídeos de menores de edad, que TikTok no borra pese a que está prohibidísimo por la plataforma porque, ejem, promueven el abuso sexual y la pedofilia.
Cada vez que ponemos la lupa en contenidos que se mueven en TikTok y en cómo ciertos usuarios se comportan en la red social, sube el pan. Ya te he hablado muchas veces de todo lo que hay en el cajón desastre de TikTok, desde vídeos que potencian trastornos de alimentación y contenidos machistas, a retos virales peligrosos y dinámicas que pueden ser adictivas.
Esta semana hemos llenado ese cajón con dos cosas más. Hay un nuevo trend que se viraliza en TikTok. Un grupo de personas (amigos, familiares, lo que sea) se pone a grabar un vídeo, uno por uno gritan “give me my money” (“dame mi dinero”) y después todos aplauden y vitorean. Pero cuando llega el turno de la persona “víctima” de este trend y pronuncia la frase… nadie aplaude. Todos se callan, cómplices, y luego se ríen de ella.
Sí, puede parecer simplemente una broma pesada de toda la vida, pero tiene una característica que aumenta su impacto: aquí se graba y publica en redes sociales, llegando a tener alcances de hasta millones de visualizaciones. Esto no solo puede magnificar las sensaciones que tiene la víctima, que se siente expuesta y puede incluso afectar a su autoestima; también hace que se pierda el control de hasta dónde va a llegar esa imagen. Y, en muchos casos, los que reciben la broma son niños y niñas que se echan a llorar.
Un paso más allá son los comentarios que hemos encontrado en varios vídeos de TikTok en los que sale Luna Fulgencio, actriz española de 13 años. “A la fuerza si no quiere”. “Ya la estrenaron seguramente”. “La gente dice de darle unos añitos, pero yo creo que no hace falta”. ¿Te haces una idea, no? Comentarios de carácter sexual en los que se habla de mantener relaciones íntimas con la menor, si hace falta obligándola. También hay este tipo de comentarios en vídeos del propio perfil de la actriz.
Aunque algunas cuentas que habían subido estas publicaciones en las que aparece la menor han desactivado los comentarios, todavía se pueden leer estos mensajes en otros vídeos y las cuentas de los que los escriben no han sido bloqueadas pese a que, en teoría, TikTok no permite mostrar, promover o participar en el abuso o explotación sexual o física de menores. Aquí lo analizamos; te advertimos que revuelve el estómago.
Los riesgos de publicar fotos y vídeos de menores en redes
Evidentemente, la culpa de esos comentarios nauseabundos es sola y exclusivamente de quien los escribe. Cosa aparte es la sobreexposición a la que muchos niños y niñas se ven expuestos, y los riesgos de distinta índole que esto puede acarrear.
Es normal ver esto en verano. Nuestros contactos o nosotros mismos compartimos en redes sociales fotos y vídeos de nuestros hijos, sobrinas, hermanos pequeños o familiares de amigos disfrutando de la playa o la piscina. Pero lo que publicamos en internet fácilmente puede escapar a nuestro control y dejar marca en la huella digital de los menores, como con el trend mencionado de TikTok y en muchos otros.
No solo eso: las imágenes o vídeos pueden terminar en las manos equivocadas y utilizarse para el ciberacoso, el grooming (adultos que se hacen pasar por menores para establecer con ellos una relación) y, lo que es cada vez más común, la manipulación de imágenes con inteligencia artificial para generar contenido sexual. Por todo esto, los expertos llaman a la precaución a la hora de publicar contenido de niños y niñas en redes sociales.
En ese sentido, nos han gustado mucho estos consejos que da en The Conversation Laura Cuesta, profesora de Cibercomunicación y Nuevos Medios, y experta con la que contamos muy a menudo en Maldita.es.
Reflexionar antes de publicar, ¿nos gustaría que la foto estuviera en manos de personas desconocidas? ¿Cómo podría perjudicar al menor en un futuro?
Empatizar con los menores y su sensibilidad, y preguntarles siempre antes de publicar una foto.
Compartir esta preocupación con los familiares cercanos, para que respeten la voluntad de los menores y tengan conocimiento sobre los riesgos.
Configurar la privacidad de redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea, para que los usuarios que no sean contactos no puedan acceder ni descargar las imágenes.
Desactivar la opción de etiquetado en redes sociales, de esta manera no podrán etiquetarnos ni a nuestros hijos sin autorización.
Si los consejos no han salido bien y se publica una foto de nuestros hijos en redes sin consentimiento, podemos solicitar su eliminación al usuario y a la red social en la que se haya subido. Si no la borran, lo siguiente es poner una reclamación ante la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD). Es importante saber que son los progenitores o tutores legales los tienen la autoridad y responsabilidad sobre la imagen de los menores hasta los 14 años. Luego, son los jóvenes los que pueden decidir qué se publica de ellos y qué no, como explicamos aquí.
En tres bits
ChatGPT puede recoger tu información personal y compartirla con terceros… ¿Has pedido a ChatGPT que se burle de ti o que te diga quién te ha dejado de seguir en Instagram? Quizá, como el avispado personaje de esta viñeta te has dejado llevar por el divertimento y no has pensado dos veces a dónde van esos datos que dejamos por el camino. Ahora, muchos usuarios están siguiendo una tendencia y piden a ChatGPT que critique sus perfiles de Instagram o les diga quiénes no los siguen de vuelta. Para eso hay que cargar en el chatbot de OpenAI capturas y documentos que, sorpresa, pueden contener información sensible. En su política de uso, OpenAI indica que puede compartir datos personales de los usuarios con terceros, como por ejemplo proveedores, afiliados, administradores de cuentas y transferencias comerciales, y otros usuarios, como te contamos aquí.
… pero podemos evitar que se utilicen para entrenar la inteligencia artificial. Todos esos datos, las interacciones, información personal y el contenido que se comparten con la herramienta también sirven a OpenAI para entrenar sus modelos de inteligencia artificial, como ChatGPT y Dall-E . Pero esto sí que lo podemos impedir. Si no nos hace gracia, tenemos la opción de oponernos al uso de nuestra actividad para entrenar la IA en el apartado de ‘Configuración’ de nuestra cuenta. Aquí tienes el paso a paso.
WeTransfer también comparte nuestros datos en algunas situaciones. En general, siempre es buena idea reflexionar sobre a dónde van nuestros datos y documentos, y también nos hemos preguntado qué pasa con WeTransfer. Con este servicio en línea se pueden transferir archivos de manera rápida y sencilla con enlaces que, a veces, eran un dolor de cabeza porque caducaban a los siete días (ahora, hasta 30). Durante este tiempo, los archivos compartidos son cifrados y almacenados en los servidores de la compañía, ubicados en Estados Unidos o Europa. Sobre el tratamiento de nuestros datos (no de los archivos subidos), WeTransfer afirma no venderlos a terceros, pero sí compartirlos en situaciones limitadas cumpliendo con las regulaciones europeas. Si usas WeTransfer y tienes curiosidad, aquí lo analizamos.
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