El escáner de iris es una tecnología que permite identificar a una persona de forma casi inequívoca a través de sus datos biométricos, que son rasgos de nuestro físico o comportamiento que no se pueden cambiar, por lo que se consideran especialmente fiables. En el caso de nuestros ojos, se puede realizar un análisis del patrón de nuestro iris, un dato que se mantiene estable en el tiempo.
Pero hay casos en los que el uso de lentillas, algunas enfermedades oculares o ciertas condiciones médicas pueden interferir en el escaneo de nuestro iris o impedir directamente que se realice. Detallamos en qué condiciones se reduce la precisión de estos sistemas y si se les puede engañar.
El iris es uno de los datos biométricos más estables y difíciles de obtener
Los datos biométricos son aquellos que recogen algunas de nuestras características físicas, como las huellas dactilares o los rasgos faciales, y que por su naturaleza no se pueden modificar. Aunque los datos biométricos están especialmente protegidos por la ley, no todos comparten las mismas características.
Por ejemplo, la huella dactilar y los rasgos faciales pueden sufrir modificaciones por el envejecimiento o por heridas, pero nuestro iris cuenta con la protección de la córnea, por lo que es menos susceptible de sufrir cambios. Sin embargo, tampoco es imposible que ocurra en casos excepcionales, a causa de enfermedades o traumatismos. Por eso, aunque es uno de los métodos más seguros para identificar a alguien, no es absolutamente infalible.
Jordi Serra Cruz, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación en la Universidad Oberta de Cataluña (UOC), detalla a Maldita.es que el iris es el dato “más estable y el más complejo de obtener” de una persona, ya que es necesario un escáner especializado que sea capaz de analizar los patrones de este rasgo y codificarlos. Aquí puedes encontrar más información sobre cómo funciona el escaneo del iris y cómo se diferencia este de otros datos biométricos.
Algunas lentes de contacto pueden afectar a la precisión del escaneo del ojo
Pero, ¿qué pasa con las lentillas? ¿Afectan al escaneo del iris? ¿Podemos engañar a estos sistemas si usamos lentes de contacto? Según Serra, el uso de lentillas normales, de las que se usan para corregir defectos de visión, en principio no debería afectar al escaneo de los ojos porque “son transparentes”, por lo que no se estarían modificando las características o la textura del iris.
Sin embargo, hay algunas lentillas que sí pueden reducir la precisión de estos escaneos, como han investigado algunos estudios científicos Un artículo publicado en la Institution of Engineering and Technology (IET) de Estados Unidos señala que las lentes de contacto blandas afectan en poca medida al reconocimiento del iris, aunque sí pueden cambiar de posición y afectar a la precisión de este proceso. En cambio, las lentes de contacto rígidas, al contar con mayor densidad, pueden afectar en mayor medida al análisis de la textura del iris según esa investigación, lo que aumenta las posibilidades de falsos negativos.
También existen lentillas cosméticas, aquellas que se emplean para cambiar el color o el aspecto del ojo. Estas lentes, al solaparse con nuestro iris, sí que impiden su análisis, por lo que el sistema tendría muy complicado reconocer nuestra identidad. Aunque hay algunos sistemas de detección de este tipo de lentes, por ahora sólo sirven para avisar de que alguien las lleva, pero no pueden determinar su identidad.
Hay casos en los que se ha conseguido engañar a los escáneres de ojos en teléfonos móviles (que no cuentan con cámaras específicas para ello) usando lentillas, pero los estudios apuntan a que es mucho más complicado en los escáneres de ojo especializados para esta tarea. “Actualmente, estos sensores tienen mucha más tecnología que años atrás, donde era relativamente sencillo engañarlos”, detalla Serra, aunque puede haber casos en los que no nos identifiquen correctamente.
La dilatación de la pupila tiene poco impacto en el escaneo de iris
Otra de los aspectos que analizan estos escaneos de ojos es el tamaño de nuestra pupila: la apertura que se encuentra en el centro de nuestro ojo y que permite el paso de la luz, y que sirve como referencia para situar correctamente el iris en el escáner.
¿Afecta su tamaño al reconocimiento de iris? ¿Qué pasa si nos escaneamos los ojos bajo los efectos de alguna sustancia que lo dilaten? Compañías como IrisGuard aseguran haber implementado medidas para detectar el dilatamiento de las pupilas y evitar que eso confunda al sistema. Aunque este dato también se puede usar para determinar si alguien ha consumido drogas o no ha dormido lo suficiente, algunos artículos señalan que no tiene un impacto en el reconocimiento del iris y la identidad de una persona.
Un estudio publicado en la revista Indian Journal of Ophthalmology señala que la dilatación de la pupila apenas tiene un impacto en estos sistemas de reconocimiento. Mientras que el diámetro medio de la pupila es de unos 4 mm, en todos los casos en los que se dilató la pupila (en ocasiones hasta los 9 mm) el sistema era capaz de identificar a una persona por su iris, aunque con un menor porcentaje de precisión.
Algunas enfermedades oculares pueden afectar al reconocimiento de nuestro iris
Las enfermedades oculares también pueden afectar al escaneo de iris, ya que pueden alterar su disposición y su textura, aunque depende del tipo de enfermedad y lo avanzada que esté. Por ejemplo, Worldcoin asegura que sus sistemas están preparados para recoger el iris de aquellas personas que sufren ciertas patologías, como pueden ser las cataratas.
Pero no todas las enfermedades tienen el mismo impacto en nuestro ojo. Un estudio publicado por la Royal Society incide en que todo depende de cómo afecte la enfermedad al iris, si cambia la forma de la pupila, si hay desprendimiento de la retina o si se produce un sangrado en el globo ocular. En definitiva, aquellos elementos que alteren la estructura del ojo.
Para ello compararon los ojos de varios pacientes de enfermedades oculares antes y después de su tratamiento. En casos como la uveítis anterior, una inflamación que puede afectar a la forma de la pupila, los sistemas de reconocimiento dieron falsos positivos tras corregir las malformaciones.
Hay operaciones que sí alteran la forma del iris, pero no lo suficiente para dar falsos negativos. Por ejemplo, tras una operación láser de iridotomía (en la que se perfora parte del iris para reducir la presión dentro del globo ocular), el sistema fue capaz de detectar a los pacientes antes y después de la operación, pese a que su iris había cambiado.
Igualmente, en el caso de las personas con discapacidad visual, el análisis del ojo dependerá de las condiciones del iris y la pupila. Si se mantienen intactos, el reconocimiento de iris se puede realizar con normalidad. En cambio, si estas partes están dañadas y no se puede tomar una imagen de ellas, no se podrá realizar este escaneo.
Una solución puede ser un análisis de la esclerótica, la parte blanca del ojo, ya que la distribución de los vasos sanguíneos de esta zona se podría usar para diferenciar entre una persona y otra. En caso de que la esclerótica también esté dañada o no haya globo ocular, no se podría realizar un reconocimiento de ojo y habría que usar otros datos biométricos, como las huellas dactilares.