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MALDITA CIENCIA

El elfo travieso: la tradición navideña que ha llegado a las redes sociales de España y que puede tener un impacto negativo en los niños

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Claves
➝ Es una tradición navideña que consiste en hacer creer a los niños que Papá Noel envía a uno de sus elfos para vigilar que los más pequeños se porten bien
➝ Este muñeco cobra vida por la noche y prepara alguna trastada, los padres graban la reacción de los pequeños y suben el vídeo a TikTok, que puede viralizarse
➝ Los psicólogos consultados por Maldita.es aseguran que algunas bromas pueden hacer que el niño deje de sentirse seguro en su casa e impacte de forma negativa en su vínculo con los adultos
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El día 1 de diciembre apareció, en las casas de muchos niños, un muñeco vestido de rojo: el elfo travieso. Cada noche cobra vida y prepara alguna trastada que los menores descubren al día siguiente, con reacciones que se han viralizado en redes como TikTok. Si la broma supera ciertos límites, los psicólogos consultados por Maldita.es explican que pueden tener consecuencias a nivel afectivo y social, en la sensación de seguridad en su casa, en su vínculo con los adultos, o incluso llegar a escenarios de ciberacoso, suplantaciones de identidad o grooming.

En las reacciones a bromas como llenar el baño de chocolate como si fuera caca, cortar el pelo a una Barbie o el pijama de una niña hay niños que se ríen y disfrutan al descubrir la trastada que hizo la noche anterior el elfo. Pero otros se sienten confundidos, se enfadan o incluso lloran.

‘Elf on the shelf’, una tradición navideña que se ha viralizado en redes sociales

‘Elf on the shelf’ (el elfo sobre la estantería) se trata de una tradición navideña inspirada en el libro The Elf on the Shelf: A Christmas Tradition, publicado en Estados Unidos en 2005, que consiste en hacer creer a los niños que Papá Noel envía, cada día desde el 1 de diciembre y hasta el día de Navidad, a uno de sus elfos exploradores a las casas de todo el mundo. La misión principal del elfo travieso es vigilar de cerca el comportamiento de los más pequeños durante el día. Por la noche, regresan al Polo Norte para contarle a Papá Noel qué ha hecho el niño en esa jornada y que éste le incluya en la “lista de niños buenos” o en la “lista de los niños malos”.

Este elfo, generalmente vestido con un traje rojo y blanco, cobra vida por las noches y prepara alguna trastada. Los niños, cada mañana, deben buscar el muñeco por toda la casa y descubrir lo que hizo. Sólo hay una regla: no se puede tocar directamente al elfo travieso porque pierde la magia que consigue cuando un niño le adopta y le pone nombre y no podrá regresar al Polo Norte.

Ahora, la tradición ha saltado a redes sociales, también en España, donde algunos padres graban las reacciones de sus hijos y las suben a plataformas como TikTok. En algunas de las trastadas más virales, se ve como el elfo travieso ha cagado por todo el baño (en realidad, es chocolate), ha pescado (galletas con forma de pez), ha hecho agujeros y cortes en el pijama del niño o le ha pintado la cara con un rotulador. También hay vídeos que recopilan ideas de “maldades”, compartidas por las personas que preparan estas bromas cada noche, generalmente los padres de los niños.

Fuente: Captura de pantalla de varios vídeos de TikTok.

Los niños viven estas experiencias de forma tan real como si fuera la llegada de Papá Noel o los Reyes Magos

Los expertos consultados por Maldita.es coinciden en que los niños viven estas experiencias de una forma muy real: “Igual que creen que va a llegar Papá Noel o los Reyes Magos, creen que ese elfo existe”, explica a Maldita.es la doctora en Psicología Clínica y de la Salud, Silvia Álava. Advierte que hay que tener cuidado con el tipo de trastadas con las que lidian los menores, ya que pueden afectar a la percepción que tienen de la Navidad.

La idea de que un muñeco cobra vida no es algo nuevo para los niños. Está presente en películas de animación como Toy Story (las aventuras de los juguetes de un niño llamado Andy) o Futbolín (los jugadores de un futbolín cobran vida para ayudar a Amadeo, el protagonista, a ganar un partido de fútbol).

“El hecho de que exista un elfo inerte por el día y que cobre vida por la noche cuando nadie le ve, como sucede en Toy Story y otras películas que han podido ver, puede ser ilusionante para los menores y a la vez desconcertante”, explica Abel Domínguez, psicólogo infanto-juvenil y director de Domínguez Psicólogos. Aunque en el caso de las películas mencionadas, los juguetes no buscaban hacer trastadas “contra” el niño.

Algunos adultos muestran a sus hijos vídeos en los que se puede ver al elfo cometiendo travesuras durante la noche y recorriendo diferentes partes de la casa. Esto aporta credibilidad a la historia de este duende mágico.

La figura del elfo travieso puede generar un sentimiento de inseguridad en los menores

No todos los niños reaccionan igual ante las travesuras del elfo travieso. Algunos menores se muestran contentos por la visita de este ser mágico que regresa cada año, pero en otros casos podría generar un sentimiento de inseguridad. “La idea de que haya un elfo que cobre vida y haga este tipo de trastadas puede generar sentimientos de inseguridad y desconfianza en los niños”, explica Álava. En estos casos, la casa deja de ser considerada un lugar seguro para el menor.

Domínguez coincide en que estas ‘bromas’ pueden irse de las manos y dejar a los menores en una situación de vulnerabilidad. “Este tipo de actividades pueden generar muchas emociones, tanto agradables como desagradables. Les puede hacer mucha gracia, pero también generar desconfianza”, asegura. Los niños pueden sentirse vulnerables, añade, al ver que este elfo cobra vida por la noche y hace trastadas mientras duermen y cuando no pueden vigilar sus movimientos.

Estas experiencias podrían afectar al vínculo con los adultos

Además, estas experiencias podrían afectar negativamente al vínculo que el menor tiene con los adultos que, en lugar de consolar al niño cuando se muestra visiblemente afectado por la “travesura del elfo”, graban el momento con la finalidad de compartir el vídeo en redes sociales. “Ese padre o esa madre, ante la incredulidad o enfado del niño, en lugar de darles una explicación o sostenerles emocionalmente, lo que están haciendo es grabarles. En algunos casos es peor porque se llegan a reír de ellos”, explica Silvia Álava.

Los expertos advierten de que hay que tener “mucho cuidado” con este tipo de prácticas que buscan conseguir seguidores o alcanzar una cierta viralidad. Los adultos que captan el momento “no están siendo conscientes de la utilización que están haciendo de sus hijos y de las consecuencias que puede tener en su estabilidad emocional”, comenta la doctora en Psicología Clínica y de la Salud, Silvia Álava. 

Por lo tanto, hay un componente fundamental en estas travesuras: los padres. Damos por hecho el sentido común de todos los adultos, pero “algunos no saben empatizar lo suficiente con sus hijos y sus hijas como para anticipar qué les puede dar miedo o generar inseguridad”, asegura Domínguez. Con estas “bromas” se sobrepasan límites (como “romper” una televisión) que los niños “no traspasarían en ningún momento y que su propia lógica les dice que son barbaridades”, explica.

@itssarahmc Part 1 The Elves prank the girls and Cali is upset about it! #elfontheshelf #elfprank ♬ original sound - Sarah

Gastar bromas a los niños y sobreexponerlos en redes sociales puede provocar daños emocionales

No es la primera vez que se viralizan vídeos en los que vemos a menores pasarlo mal tras una broma. Por ejemplo, en las navidades de 2022 se viralizó en TikTok un trend (o tendencia) llamado ‘El Grinch roba la Navidad’, en el que uno de los padres se disfrazaba del personaje y asustaba a los niños llevándose los regalos. Este tipo de experiencias, junto a otras como lanzar una loncha de queso a la cara de un bebé mientras llora o hacer creer a los niños que son invisibles, pueden afectar a los “vínculos emocionales de los niños”. Los expertos consultados por Maldita.es aseguran que los niños no entienden como una broma que sus padres les asusten y les graben

La viralidad de los vídeos con estas supuestas bromas puede afectar al menor y tener consecuencias a nivel afectivo social: los vídeos pueden avergonzar al niño, si se burlan o se ríen de él, y aumentar el riesgo de sufrir ciberacoso, suplantaciones de identidad o incluso grooming (situación en la que un adulto se hace pasar por menor para entablar una relación y abusar de él o chantajearle para conseguir material íntimo).

Domínguez recomienda a los artífices de estas bromas que, al poner en marcha este tipo de iniciativas que “son potencialmente ilusionantes”, “observen las reacciones que tienen sus hijos porque puede que les asuste y no les haga tanta ilusión como anticiparon”. Incluso aconseja preguntarles directamente a los menores cómo se sienten con la llegada del elfo travieso y qué sensaciones les provoca ciertas travesuras.

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