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MALDITA TECNOLOGÍA

El reconocimiento facial en los aeropuertos españoles, una realidad que ya se utiliza para el control de fronteras y para agilizar el embarque

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La tecnología biométrica ha hecho que nuestras caras puedan usarse como un identificador al estilo del DNI: las cámaras nos graban, un programa informático mide y analiza nuestros rasgos faciales y los resultados se cotejan con una base de datos. Los usos de esta tecnología son cada vez más diversos y aquí ya te hemos hablado en numerosas ocasiones de los problemas que pueden derivar de su aplicación sin regulación.

En los aeropuertos españoles nos podemos encontrar dos usos distintos de reconocimiento facial. Uno lo puso en marcha Iberia en noviembre de 2019 con el objetivo de que sus clientes pudiesen embarcar y completar el proceso de facturación enseñando su cara ante una cámara, sin necesidad de contacto físico con trabajadores de la compañía. El segundo uso del reconocimiento biométrico es el de la Policía Nacional, que controla la entrada y salida de pasajeros de varios aeropuertos con esta tecnología.

Desde Aena explican a Maldita.es que la facturación biométrica es una “prueba piloto” que de momento solo opera en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas para dos rutas de Iberia: Madrid-Asturias y Madrid-Bruselas.

Las primeras pruebas se llevaron a cabo en el Aeropuerto de Menorca con la compañía Air Europa y el proceso era el siguiente: los pasajeros podían registrar sus datos biométricos en el mostrador de facturación de la aerolínea o en un puesto situado en el propio aeropuerto. Después podían acceder al control de seguridad y a la puerta de embarque a través de unos accesos específicos con control biométrico habilitados para reconocer a los pasajeros que previamente habían registrado su cara.

“En el segundo piloto, que está actualmente en marcha en el aeropuerto madrileño, se permite a los pasajeros registrarse en el programa biométrico desde su dispositivo móvil, a través de la aplicación de Aena o la aplicación de la aerolínea”, explican desde la empresa de gestión de aeropuertos.

Dicho en otras palabras, los pasajeros acceden al aeropuerto y escanean sus rostros en varias zonas clave: junto a los mostradores de facturación, los accesos al control de seguridad y la puerta de embarque. El proceso se acompaña en el primer registro con el DNI para confirmar la identidad del pasajero y, una vez hecho esto, “los viajeros pueden embarcar en el vuelo sin necesidad de mostrar ni la tarjeta de embarque (aunque se tenga siempre que llevar encima, ya que es requisito legal para poder volar) ni su documentación de identificación”.

Por tanto, y respondiendo a la pregunta, este anuncio de “embarque biométrico disponible” junto al horario de un vuelo correspondía a una de estas dos líneas de Iberia que citamos unas líneas más arriba.

La única finalidad del tratamiento de los datos del pasajero es "facilitar el tránsito por los puntos de control del aeropuerto", dice Aena

¿Qué más información aporta Aena de este sistema de reconocimiento facial? El tratamiento de los datos, en este caso de la imagen y análisis de los rasgos faciales de los pasajeros, “se hace en base al consentimiento del pasajero para participar en estos pilotos y con la única finalidad de facilitar el tránsito por los puntos de control del aeropuerto”.

Antes hablábamos de que había dos aplicaciones de reconocimiento facial. Además de la de facturación, la que cuenta con una mayor implantación es la que gestiona el Ministerio del Interior para controlar las fronteras.

El proyecto se denomina ABC System (derivado del inglés Automatic Border System, Sistema Automático de Fronteras) y, según la última información hecha pública por el ministerio en 2018, cuenta con “más de 450 cabinas” situadas en los aeropuertos de Madrid, Barcelona, Girona, Palma de Mallorca, Alicante, Málaga, Tenerife Sur, en el Puerto de Algeciras y en el paso terrestre entre La Línea de la Concepción y Gibraltar.

Estos puestos son cabinas que identifican automáticamente a los pasajeros mayores de 18 años, portadores de un DNI electrónico y ciudadanos de países pertenecientes al espacio Schengen. En ellos se realiza una “doble comprobación biométrica de la imagen facial y dactilar y, además, el sistema realiza la autenticación del documento identificativo del pasajero”. El tiempo medio de paso por estos controles es de 20 segundos.

Si quieres profundizar en el asunto, sobre el reconocimiento biométrico en las fronteras del espacio Schengen, el control de la migración y los futuros proyectos de la Unión Europea ya te hablamos recientemente en este otro artículo.

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