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¿Dónde y cómo podemos guardar nuestras fotos y archivos para no perderlos?

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La clave está en no querer perderlos nunca y es que ningún sistema actual tiene por qué ser infalible para las próximas décadas. Hemos pasado de hacer álbumes físicos con nuestras fotos a guardarlas en CDs, en USBs o en discos duros y, por último, a subirlas directamente en la nube, que es un sinónimo del conjunto de servidores donde las empresas tecnológicas tramitan y guardan la información que les damos. Eso significa que nuestros archivos se almacenan de manera online. ¿Es mejor un método que otro?

Antes que nada: lo más importante es hacer varias copias de los archivos

Más que poner un medio por encima del otro, lo importante es asegurarse de tener varias copias de la información que queremos guardar, según expone a Maldita Tecnología Sofía Prósper, cofundadora de un proyecto que aspira a crear pequeños servidores que podamos guardar nosotros mismos en casa llamado iuvia. Nos aconseja aplicar el “principio del 1, 2, 3”: “Consiste en tener una primera copia, que son los datos en sí mismos, una segunda copia, que es una que está cerca de ti por si necesitas recuperarlos, y otra más que esté lejos de ti, en un lugar en el que no esté la otra”.

Es decir, que la primera copia la podríamos tener en un ordenador, la segunda en un disco duro en casa y la tercera en otro disco duro en casa de un familiar. La combinación no es exclusiva: también podemos tener la primera copia en un disco duro, la segunda en otro sistema de almacenamiento tipo disco blu-ray y la tercera en un servicio de nube, por ejemplo. Digamos que eso va al gusto del consumidor.

A día de hoy, cualquiera de estos medios valdría para guardar nuestros archivos durante al menos unos años. Santiago Saavedra, desarrollador informático y también cofundador de iuvia, avisa de que “todos los medios acabarán siendo obsoletos y si no, serían tan caros que no valdrían la pena” adquirirlos.

A la hora de elegir un servicio hay que pensar en el tipo de información que queremos guardar y el valor que le damos: ¿son las fotos de tu hija pequeña o los trabajos universitarios que hiciste tan valiosos que no consideras perderlos de ninguna manera? Porque tal y como nos explica Saavedra, “si vemos nuestras fotos como algo que tiene un valor tan incalculable que no se pueden perder, es muy difícil poner límites a los riesgos a que desaparezcan”.

¿Qué quiere decir esto? Pues que si eliges confiarle esos archivos a una empresa que te ofrece su “almacén online”, por llamar de alguna manera a servicios como Google Photos o Dropbox de Microsoft pero por lo que sea los pierde, tienes que hacerte a la idea de si una indemnización económica sería suficiente compensación. Eso contando con que hayas aceptado algún contrato con la compañía y que este incluya una cláusula por pérdida de datos (no todas las tecnológicas lo ofrecen).

“Lo que pasa con la nube de una empresa privada es que no sabes en qué momento puede desaparecer. Si solo tienen la copia ellos y le ocurre algo a su centro de datos (como el que se quemó en Estrasburgo), puedes perderlos y esto puede pasar porque nada es infalible. Es importante que trascienda el hecho de que todos pueden fallar, incluso cuando se lo confías a una empresa”, asegura Prósper.

Ningún servicio es 100% infalible

Marta Beltrán, coordinadora del Grado en Ingeniería de la Ciberseguridad de la Universidad Rey Juan Carlos, recalcaba en este artículo que “no existe ningún servicio que pueda garantizar una disponibilidad del 100%”: “Las caídas de servicio, con cualquier proveedor, suelen producirse por mantenimientos programados o no programados, pero también por problemas con suministros, catástrofes naturales o ciberataques”. Y esto puede afectar a su sistema de almacenamiento también.

“Estamos acostumbrados a delegar en lo tecnológico y desentendernos porque son servicios tan cómodos y cercanos que no tienes que hacer nada, pero es necesario responsabilizarnos de lo que ocurre con nuestros datos”, asegura Prósper. Es lo que ocurre por ejemplo si confías en Google para guardar tus conversaciones de WhatsApp en su nube (lo que para ti significa de manera online), tienes que tener en cuenta que la empresa podrá acceder a ellas. Lo mismo pasa con tus fotos. 

En el caso de usar un disco duro o discos blu-ray, al final los datos los estás almacenando y custodiando tú y no otra empresa. Igual que si decides optar por tener un pequeño servidor en casa que pudieses gestionar tú (dependiendo de los conocimientos técnicos que tengas existen varias opciones, algunas más complicadas que otras).

Aun así, no todo es blanco y negro: también hay empresas que ofrecen servicios de almacenamiento online que no tienen por qué ser una de las grandes tecnológicas. En nuestro repositorio de servicios alternativos se citan algunas. El consejo que nos dan Prósper y Saavedra es que intentemos que la empresa tenga sus servidores en Europa para que nuestros datos estén protegidos por el Reglamento General de Protección de Datos europeo y, sobre todo, que paguemos por el servicio: “En estos servicios te tratan como a un cliente y si hay un problema es más fácil contactar con alguien”. 

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