Mucha gente se preguntaba en su momento cómo sabía Google el estado del tráfico y si tardaríamos más o menos en llegar a nuestro destino yendo en coche. La empresa se vale de información que capta del estado de las carreteras (si la DGT anuncia un accidente, por ejemplo), de los límites de velocidad de cada una e incluso de terceras compañías con sensores apostados en las vías.
La principal fuente de información, sin embargo, era y sigue siendo la geolocalización de los teléfonos móviles que llevamos con nosotros en el coche, y de eso es de lo que se sirve la compañía para ofrecer otro tipo de servicios como mostrar las aglomeraciones en el transporte público o en un local determinado.
La diferencia entre registrar la información a posteriori o a tiempo real
Google lleva desde 2016 ofreciendo servicios de este tipo en Google Maps, pero antes no lo hacía en tiempo real, sino que utilizaba estadísticas de lo lleno que solía estar un sitio a una determinada hora para ofrecer una estimación en función de las visitas.
Con el comienzo del confinamiento en diferentes partes del mundo, Google anunció que iba a extender esa función de Google Maps a otros ámbitos, para avisar a la gente de lo concurrido que estaría un autobús o un metro, de modo que la gente pudiese elegir a qué hora viajar o con qué medio hacerlo. ¿Cómo podía saber eso?
Una vez más, Google podía pedir a sus usuarios que aportaran información de lo lleno que está un sitio un día determinado a una hora determinada para hacer estimaciones. En plena pandemia, eso sí, es un poco más difícil utilizar esos números, porque los trayectos no son lo habituales: hay gente teletrabajando, en España y otros países del mundo hubo restricciones de movilidad… De modo que el elemento estrella son nuestros móviles.
Al llevar la ubicación activada en todo momento, Google Maps recibe datos (según la compañía anónimos) de donde se ubica nuestro teléfono móvil. Cuenta con una función llamada “Historial de ubicaciones de Google”, del que te hablamos un poco en este artículo, que hace un recorrido por los sitios por los que has pasado y el tiempo que has permanecido en ellos.
Otras aplicaciones también registran la ubicación de nuestro móvil
Esos datos de localización se usan para diferentes finalidades y son esenciales para este tipo de funciones de Google Maps. También hay aplicaciones de terceros que recogen la ubicación de nuestro teléfono móvil y la derivan a terceras compañías, entre las que puede estar Google, como recoge este estudio sobre GPS y tráfico estadounidense, y que se puede utilizar para este tipo de métricas.
Llevar siempre la ubicación del teléfono móvil activada implica una serie de riesgos según las aplicaciones que tengamos instaladas en él y un ejemplo bastante gráfico de ello es este reportaje de The New York Times de 2018, que mostraba de manera muy exacta el día a día de una profesora de Nueva York, a la que sus aplicaciones “seguían” a todas partes.
No hacerlo implica no obtener una precisión absoluta en servicios de este tipo con Google Maps (por ejemplo, a los usuarios que no llevan activada no les muestra actualizaciones en tiempo real del estado de la carretera porque no sabe dónde están), pero una vez más es elegir entre un servicio que quizás no necesitemos al detalle y no mostrar como un libro abierto a dónde vamos las 24 horas del día.
Primera fecha de publicación de este artículo: 20/07/2020.