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MALDITA TECNOLOGÍA

Las diferencias entre aplicaciones de Android y de Apple: por qué a veces no encontramos las mismas y otras tenemos que pagar por ellas

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Quizás al pasar de un teléfono Android a un iPhone o viceversa os habéis encontrado con que no sólo el manejo es distinto, sino que a la hora de descargar aplicaciones también hay diferencias. En los primeros usamos la tienda de aplicaciones Play Store, mientras que en los iPhone utilizamos la App Store, y si existen estas distinciones es porque para subirlas a esas plataformas los desarrolladores tienen que seguir procesos distintos. Os lo explicamos.

Play Store
App Store

Cada tienda tiene sus normas para subir aplicaciones y Apple es más estricta

Lo primero que hay que tener en cuenta es que cada tienda de aplicaciones tiene sus propios procesos de revisión a la hora de aceptar una aplicación. Apple es más estricta para este paso concreto, por lo que muchas aplicaciones que a priori podrían llegar a entrar en la Play Store no llegan a estar disponibles para los iPhone.

“Todas las apps pasan por un control riguroso antes de ser publicadas. Estos controles están basados en unas reglas genéricas impuestas por Apple que no deben saltarse”, explica a Maldita Tecnología Mario Sánchez, desarrollador de aplicaciones móviles e ingeniero en Intersystems, quien además nos ha prestado sus superpoderes. En la Play Store, en cambio, “el sistema de aprobación no es tan riguroso”.

Sánchez explica que eso hace que cada cierto tiempo se den casos en los que tiene que retirarse una tanda de aplicaciones de Android porque tras un análisis independiente se descubre que son fraudulentas y desvían datos del usuario. Ya os contamos en qué podéis fijaros antes de descargar una app para evitar esos problemas.

“Cada aplicación, aunque parezca la misma para iOS [sistema operativo de Apple] y Android, tiene que seguir unas reglas específicas en cada una de ellas”, añade Rafael Ruiz Muñoz, otro maldito que nos presta sus superpoderes de programador de aplicaciones en Reino Unido. Como parte de ese proceso, la App Store revisa cada una de las aplicaciones enviadas (también porque se paga anualmente por poder meterla en la tienda), mientras que la Play Store tira más de revisiones automáticas, sin que haya una persona detrás. Eso puede hacer que se pasen por alto más fallos de seguridad o problemas técnicos.

“Recuerdo que mi primera aplicación en la Play Store ‘violaba’ uno de los términos y no fue prohibida hasta después de un año. Eso en la App Store no habría pasado ya que de entrada no la habrían aceptado”, admite Ruiz Muñoz.

Desarrollar una app para un iPhone es más complicado que para un Android

Pese a que el producto final para el usuario puede ser el mismo (la versión final de una aplicación no va a variar prácticamente la usemos en un teléfono Android o en un iPhone), las aplicaciones no suelen desarrollarse de la misma manera. “Cualquier desarrollador que haya lanzado apps en sendas plataformas sabe que donde va a tener que sufrir estrés es en la Apple Store”, asegura Sánchez.

Imagen: Giphy.

Este especialista explica que lanzar una aplicación para Android es “relativamente sencillo” porque su sistema es de código abierto y la app en sí puede crearse desde diferentes sistemas operativos: puede hacerlo en un ordenador de Windows, en uno de Apple, los MacOS, o con otro sistema operativo. Sin embargo, para desarrollar una aplicación para iOS, hace falta hacerlo con un Mac o con una plataforma que lo simule.

“Todo esto hace que la diferencia entre crear una aplicación iOS y una aplicación Android cree una desventaja a quien tenga que monetizar la aplicación iOS y por lo tanto se entiende que hay que monetizarlo con el usuario final”, señala Ruiz Muñoz.

Para teléfonos Android hay más oferta que para iPhone, de ahí que haya tantas gratuitas

Respecto a que las aplicaciones sean de pago, ambos desarrolladores coinciden en que los precios elevados que han caracterizado siempre a los productos Apple han creado la tendencia de pensar que una persona que compra un dispositivo de Apple tiene más poder adquisitivo, y por tanto no verá tan raro el tener que pagar por una aplicación. Ahora esa perspectiva es más difusa porque hay móviles Android que pueden llegar a costar mucho más que algunos modelos de Apple.

“La oferta de Android en apps gratuitas es mayor pues es mayor el número de apps”, resume Sánchez. Pero es que además, Apple solo tiene una tienda de aplicaciones donde proveerse, mientras que en Android es más sencillo encontrar aplicaciones en otras tiendas o páginas webs que no sean tan fiables. “Es decir, es más sencilla la piratería”, remarca.

Primera fecha de publicación de este artículo: 13/11/2020.

En este artículo han colaborado con sus superpoderes los malditos Rafael Ruiz Muñoz y Mario Sánchez.

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