Hay una cosa que te vamos a conceder con las políticas de privacidad y es que son tremendamente largas y tediosas. ¿Sabes qué pasa? Que la mayoría están hechas así a propósito para que, o bien no te la leas entera, o no te enteres del todo de lo que te están contando y termines aceptando cosas que en realidad no querrías aceptar.
A eso se suma que antes de hacer click en “Aceptar” no sólo nos piden que aprobemos la Política de Privacidad, sino también los Términos de Uso o Términos de Condiciones. Otro documento legal larguísimo que no tenemos tiempo para leer, algo que sí se ha hecho en experimentos para concluir que son incomprensibles.
Imagina que cada vez que vas a descargar una aplicación, darte de alta en una red social, comprar un billete de bus o avión, hacer una compra online, suscribirte a un periódico o lo que sea, tuvieras que leer entre media y una hora (¡una hora!) las condiciones. Al final no lo haces y está demostrado que es por esa complejidad que presentan: leer las condiciones de Microsoft, por ejemplo, nos llevaría el mismo tiempo que leer Macbeth, de Shakespeare.
Los Términos y Condiciones se adaptan un poco a la función de cada plataforma, aunque comparten aspectos básicos como una serie de normas que tienes que seguir para usarlas: por ejemplo, las licencias que les das a las redes sociales al subir contenido (para que ellas luego lo distribuyan como les parezca).
Eso sí, las Políticas de Privacidad suelen ser muy parecidas entre ellas (a veces calcadas porque las empresas literalmente copian modelos de Internet y sólo cambian el nombre) y deben incluir una serie de cosas básicas sobre lo que recogen sobre ti y lo que hacen con esa información. Por eso, podemos darte algunas pistas para que vayas a tiro hecho a la hora de leer una y sepas en qué tienes que fijarte sí o sí.
Hemos preguntado a abogados especializados en protección de datos y estos son las claves que nos han dado:
1. ¿Para qué los quieren?
El meollo de la cuestión. La mayoría de estos documentos suelen hablar de esto en una lista de puntos donde cuentan cada uno de los supuestos. La mayoría te hablarán de “prestarte el servicio”, “cumplir con la ley”, “ofrecerte publicidad” y “asegurarse de que todo funciona y mantener la seguridad”. ¿Hay alguna que no cuadra con el servicio que estás usando, como que vayan a recogerlos para “inferir” nuestros intereses para ofrecernos algo? Pues ojo.
2. ¿Cuánto tiempo los van a guardar?
Aquí viene uno de los puntos conflictivos de la mayoría de las políticas, porque muchas empresas se escaquean de decir cuánto tiempo lo harán aludiendo a motivos comerciales o judiciales. Es cierto que tienen que guardar los datos durante un tiempo por si acaso los exige un juez, pero cuando hablan de usarlos mientras sea necesario para prestar los servicios, por ejemplo… ¿Eso cuánto es? ¿Un mes, un año, tres años?
Algunas compañías siguen usando la información que recopilan de nosotros (aunque sea de manera agregada) para fines publicitarios o estadísticos, pero tampoco sabemos a ciencia cierta cuánto, así que si no lo especifican, no nos gusta. Y si tiran de una oración complicada y genérica de tres líneas para justificarlo, tampoco. Así que no te cortes y pregunta si no estás satisfecho/a con la respuesta.
3. ¿Con quién los van a compartir?
Otro punto delicado al que hay que acudir obligatoriamente. Aquí puede que te encuentres frases del estilo: “No compartiremos tus datos nunca con terceros”, pero es difícil que esto sea tan estricto. Si una aplicación pertenece a una empresa que tiene socios o, por ejemplo, tiene opción de acceso con Google y Facebook, hay datos que se pueden compartir.
Con fines publicitarios la mayoría de empresas de redes sociales, juegos, páginas de viaje, tiendas online, etc. van a compartir información, porque lo que buscan es hacerte llegar la publicidad que te lleven hasta ellos. Cuanto más claro te digan con quién van a compartirlos, mejor, más informada será tu decisión de usar el servicio.
Como os decíamos, las Políticas de Privacidad están diseñadas para aburrirnos hasta la saciedad y confundirnos. ¿Que una es relativamente corta o explicada en un esquema fácil de entender? Las políticas de privacidad no van al peso: si te explica el funcionamiento del servicio y lo que hace con tus datos de forma fácil y sencilla es un sinónimo de que los desarrolladores se lo han tomado en serio, saben que no quieres leerte El Quijote y te han contado lo que tienes que saber sin intentar que desesperes.
Primera fecha de publicación de este artículo: 23/07/2020.