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Anuncios falsos en páginas oficiales, sitios llenos en Google Maps y Face ID: ya está aquí el 10º consultorio de Maldita Tecnología

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¡Bienvenidos, malditos y malditas! Os traemos recién salido del horno la décima entrega de nuestro consultorio tecnológico, donde poquito a poco vamos poniendo orden a todas esas cosas relacionadas con la tecnología que os rondan la cabeza para enteraros de cómo funcionan. ¿Por ejemplo? Cómo demonios hace Google para saber si un autobús va más o menos lleno.

¿Que se te ocurren más preguntas? Sólo tienes que hacérnoslas llegar a través de cualquiera de nuestros canales: por Twitter, Facebook, por correo electrónico ([email protected]), a través de este formulario o por WhatsApp (644 22 93 19). ¡Será por sitios! Vamos con las preguntas de esta semana.

¿Por qué se cuelan timos y contenidos falsos en los anuncios de páginas oficiales?

En Maldita.es nos encontramos con anuncios falsos que se hacen pasar por noticias continuamente pululando por Internet y a veces se cuelan como publicidad en periódicos conocidos. En otras ocasiones, directamente se hacen pasar por un sitio oficial o un medio de comunicación imitando los colores, el logo y hasta el nombre del periodista. Muchos son timos que buscan llamar nuestra atención para que hagamos click. Pero, la pregunta es, ¿cómo llegan ahí y por qué una web oficial no se da cuenta de que está?

Ejemplo de una página web que trata de suplantar a El Mundo con anuncios falsos.

Jorge Cuadrado es director de la agencia de posicionamiento web Ágora y además un maldito que nos ha prestado sus superpoderes y nos explica que se debe a una técnica que se está utilizando mucho y que consiste en que, una vez un contenido se ha publicado en un sitio oficial y pasados unos meses, se cambia el enlace de la página web de destino.

Por ejemplo: una empresa paga X dinero por hacer un post patrocinado que contiene un enlace a una clínica psicológica. Al cabo de unos meses, cuando la compañía que aloja el post en cuestión ya no está pendiente de ese contenido, se redirige a otro enlace que en realidad anuncia productos fraudulentos o alguna promoción falsa. 

Cuadrado afirma que el quid de la cuestión reside en esa redirección de la página a otro sitio totalmente distinto: “No deja de ser un enlace que lleva a un contenido, pero lo que hacen los spammers es coger ese contenido y, al cabo del tiempo, cuando ya ha pasado por moderación [edición de la web], lo redirigen directamente. Luego, meten el enlace porque no son periódicos o publicistas como dicen ser, son nichos de mercado”.

Como empresa, puede que no se den cuenta porque no revisen todos los enlaces que les dan hechos y, cuando se hace, tampoco se espera que la compañía que te ha vendido un contenido concreto vaya a cambiarlo pasados unos meses.

“La mayoría de las webs de noticias tienen espacios reservados para publicidad pagada y otros para publicidad automatizada: la pagada suelen ser las cabeceras, faldones, laterales de las web o incluso el fondo, pero la automatizada normalmente viene de AdSense, o sea, Google. Es decir, publicidad automática, sin filtro ni control, que el algoritmo decide colocarse en los espacios reservados en tu web para ello”, explica a Maldita Tecnología María Fornieles, diseñadora gráfica en publicidad y márketing y también maldita que nos ha prestado sus superpoderes.

Un contenido falso sobre bitcoin anunciado en páginas web y desmentido por Maldito Bulo.

También puede pasar que una empresa que publicita un contenido en un periódico digital ya no utilice esa página web ni exista el dominio, lo que se llama un “enlace roto” (porque no lleva a ningún sitio o da error). Una compañía que se dedica a introducir este tipo de anuncios falsos y timos está en constante búsqueda de esos huecos y si encuentra uno de esos enlaces lo puede comprar para poner el contenido que prefiera. Si se hacen con uno que ya estaba presente en una página oficial, es más fácil meter este tipo de anuncio falso en ese espacio.

Cuadrado explica que al final, a este tipo de compañías, les da igual que las denuncien por distribuir contenidos falsos a través de estos resquicios de publicidad: “Hablamos de gente que trabaja con anuncios de viagra, de casinos o de productos fraudulentos, como trabajan es con tráfico (número de visitas a una página). Cuanto más tráfico puedan llevar, mejor porque ellos no están posicionados en un buscador (como Google), por ejemplo”.

“Si yo tengo 10.000 visitas diarias, tengo a lo mejor 100 compradores de viagras falsas”, concluye Cuadrado sobre ese detalle.

¿Se pueden denunciar este tipo de contenidos si los vemos, por ejemplo, en un periódico digital? Ambos expertos coinciden en que lo mejor es contactar directamente al periódico para avisar de que el contenido aparece en su página web, ya sea a través del formulario de contacto o de un correo electrónico. Tras una denuncia de este tipo, la empresa que lo aloja podría quitar el anuncio.

¿Cómo sabe Google Maps si hay más aglomeraciones en un tipo de transporte público o en otro o en un determinado local? 

Mucha gente se preguntaba en su momento cómo sabía Google el estado del tráfico y si tardaríamos más o menos en llegar a nuestro destino yendo en coche. La empresa se vale de información que capta del estado de las carreteras (si la DGT anuncia un accidente, por ejemplo), de los límites de velocidad de cada una e incluso de terceras compañías con sensores apostados en las vías.

La principal fuente de información, sin embargo, era y sigue siendo la geolocalización de los teléfonos móviles que llevamos con nosotros en el coche, y de eso es de lo que se sirve la compañía para ofrecer otro tipo de servicios como mostrar las aglomeraciones en el transporte público o en un local determinado.

Google lleva desde 2016 ofreciendo servicios de este tipo en Google Maps, pero antes no lo hacía en tiempo real, sino que utilizaba estadísticas de lo lleno que solía estar un sitio a una determinada hora para ofrecer una estimación en función de las visitas.

Gráfica que aparece al buscar un local o sitio determinado en Google Maps.

Con el comienzo del confinamiento en diferentes partes del mundo, Google anunció que iba a extender esa función de Google Maps a otros ámbitos, para avisar a la gente de lo concurrido que estaría un autobús o un metro, de modo que la gente pudiese elegir a qué hora viajar o con qué medio hacerlo. ¿Cómo podía saber eso?

Una vez más, Google podía pedir a sus usuarios que aportaran información de lo lleno que está un sitio un día determinado a una hora determinada para hacer estimaciones. En plena pandemia, eso sí, es un poco más difícil utilizar esos números, porque los trayectos no son lo habituales: hay gente teletrabajando, en España y otros países del mundo hubo restricciones de movilidad… De modo que el elemento estrella son nuestros móviles.

Al llevar la ubicación activada en todo momento, Google Maps recibe datos (según la compañía anónimos) de donde se ubica nuestro teléfono móvil. Cuenta con una función llamada “Historial de ubicaciones de Google”, del que te hablamos un poco en este artículo, que hace un recorrido por los sitios por los que has pasado y el tiempo que has permanecido en ellos.

Ejemplo del historial de ubicación de un usuario de Google Maps. Fuente: Google.

Esos datos de localización se usan para diferentes finalidades y son esenciales para este tipo de funciones de Google Maps. También hay aplicaciones de terceros que recogen la ubicación de nuestro teléfono móvil y la derivan a terceras compañías, entre las que puede estar Google, como recoge este estudio sobre GPS y tráfico estadounidense, y que se puede utilizar para este tipo de métricas.

Llevar siempre la ubicación del teléfono móvil activada implica una serie de riesgos según las aplicaciones que tengamos instaladas en él y un ejemplo bastante gráfico de ello es este reportaje de The New York Times de 2018, que mostraba de manera muy exacta el día a día de una profesora de Nueva York, a la que sus aplicaciones “seguían” a todas partes.

No hacerlo implica no obtener una precisión absoluta en servicios de este tipo con Google Maps (por ejemplo, a los usuarios que no llevan activada no les muestra actualizaciones en tiempo real del estado de la carretera porque no sabe dónde están), pero una vez más es elegir entre un servicio que quizás no necesitemos al detalle y no mostrar como un libro abierto a dónde vamos las 24 horas del día.

¿Face ID (iPhone) sigue haciendo reconocimiento facial para desbloquear el móvil si llevo una mascarilla puesta?

Llevar la mascarilla a todas partes se ha convertido en una acción muy común pero, sobre todo, necesaria. Los que todavía no se acostumbran ni bien ni mal a ellas son los móviles o, más bien, la tecnología de reconocimiento facial. ¿Por qué lo decimos? Quien tenga un iPhone X, XS u 11 puede que suela usar Face ID, el sistema de desbloqueo del móvil con la cara, y se haya llevado una sorpresa al empezar a llevar la mascarilla, porque no nos reconoce y, por lo tanto, no inicia el teléfono.

En mayo, Apple incorporó en una actualización del sistema operativo (13.5) un aviso de que facilitaba “el acceso al campo de código en dispositivos con Face ID cuando llevas puesta una mascarilla” que, en un principio, se asumió como que Apple había perfeccionado su sistema de reconocimiento facial para que reconociese nuestra cara con mascarilla.

Resulta que no es eso exactamente lo que han hecho. Cuando intentabas desbloquear el iPhone con la mascarilla puesta, este daba error unas cuantas veces hasta que te llevaba a la pantalla para introducir el código pin, el segundo sistema de desbloqueo. Lo que ha hecho Apple ahora es configurar Face ID para que en cuanto detecta que llevas una mascarilla puesta, te lleva a ese menú, sin intentar identificarte.

A día de hoy, el reconocimiento facial tiene muchas fallas, como te explicamos en este artículo y en este otro, y con las mascarillas puestas ya se hace prácticamente imposible que esa tecnología reconozca a una persona, a pesar de que muchas empresas aseguren estar trabajando en ello e incluso haberlo conseguido. De modo que es un poco complicado que este sistema pudiera instaurarse en el reconocimiento del iPhone.

Sí que se han desarrollado sistemas de reconocimiento para que el programa detecte si una persona tiene una mascarilla puesta o no, una función que no tiene que ver necesariamente con identificar a una persona a partir de sus rasgos faciales.

https://twitter.com/mbrennanchina/status/1263781753283440640?s=20

Aquí ya os explicamos que, dentro de las tecnologías de reconocimiento, está el de imágenes y el facial. El segundo busca identificar a una persona analizando rasgos de su cara, como la distancia entre los ojos o la forma de su boca. El reconocimiento de imágenes solo pretende adivinar qué cosas concretas contiene una imagen y distinguir una mascarilla en una cara no es igual de conflictivo ni de difícil que reconocer a la persona que la lleva.

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En este artículo han colaborado con sus superpoderes los malditos María Fornieles y Jorge Cuadrado.

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Primera fecha de publicación de este artículo: 14/07/2020.

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