Muchos nos habéis preguntado por la comparación fumar vs. vapear: ¿cuál es mejor?
Las evidencias más sólidas hasta la fecha sugieren que vapear (el uso de cigarrillos electrónicos) es menos dañino que fumar tabaco normal ya que reduce la exposición a los productos de la combustión del tabaco y de las propias sustancias presentes en este.
Un gran estudio al respecto publicado en 2017 comparaba la exposición a sustancias tóxicas entre gente que había dejado de fumar y había vapeado durante una media de 16 meses con la de gente que había seguido fumando durante ese tiempo. Los resultados mostraban una enorme reducción en la exposición a sustancias carcinógenas y tóxicas en los vapeadores respecto a los fumadores, pero solo en aquellos que habían dejado completamente de fumar.
Por eso parece obvio que pasar del tabaco normal al vapeo es mejor para la salud. Sin embargo, el vapeo también tiene sus riesgos. Por un lado, muchos estudios sugieren que la mayoría de la gente no cambia un hábito por el otro, sino que combina los dos, con lo que el efecto positivo no se produce o se reduce considerablemente.
Por otro, existe cierta preocupación de que al asignarle la etiqueta de saludable al vapeo se relajen las advertencias sobre su riesgo para la salud (que aunque es menor también existe) y termine atrayendo hacia el tabaco a más gente, especialmente a los adolescentes.
Siete muertes en Estados Unidos
Como informamos en este artículo, a principios de septiembre de 2019, siete personas murieron en Estados Unidos por enfermedades pulmonares a raíz de utilizar cigarrillos electrónicos. Por el momento, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) desconocen la causa específica de estas enfermedades.
"La investigación no ha identificado ningún producto específico de cigarrillo electrónico o vaporizador (dispositivos, líquidos, cápsulas de recarga y/o cartuchos) o sustancias vinculadas a todos los casos", señalan en un comunicado.
No obstante, las autoridades sanitarias subrayan que, en todos los casos, los pacientes habían utilizado este tipo de cigarrillos. Aunque ninguno de los elementos que se inhalan a través de estos utensilios es común en todos los casos descritos, la mayoría de los pacientes reportaron que, entre los componentes de los líquidos utilizados, se incluían derivados sintéticos del cannabis.
La Asociación Médica Estadounidense (AMA, por sus siglas en inglés) hace hincapié en que la mejor opción es no utilizar cigarrillos electrónicos, al menos hasta que finalice la investigación.
*Este artículo se ha actualizado el 18 de septiembre de 2019 con la información de los casos de Estados Unidos.