menu MENÚ
MALDITA CIENCIA

¿Tener un orgasmo al hacer ejercicio? Poco habitual, pero puede ocurrir

Publicado
Claves
  • Aunque no hay muchos trabajos científicos que hayan investigado al respecto, hay a quienes practicar ejercicio físico puede provocarles un orgasmo
  • Las causas concretas aún se desconocen pero las hipótesis apuntan al grupo muscular involucrado (especialmente el abdomen), a la contracción rítmica de este o al roce continuado con la ropa
  • Salvo en caso de pudor y a priori, que esto ocurra no se relaciona con ningún problema, tampoco de salud

Comparte
Etiquetas

Para gustos, colores. Y no iba a ser menos en caso de hablar de formas en las que llegar al orgasmo. ¿Acaso existe un manual o una autoridad con quien comprobar si se puede alcanzar el clímax de una forma u otra? Por si hay duda: no lo hay. De hecho, probablemente existan tantas formas de llegar y experimentar esta sensación como personas. Entre ellas, aunque no es lo habitual, hay quienes llegan al orgasmo haciendo ejercicio, especialmente si este involucra la zona abdominal.

Puede ocurrir, pero no se ha investigado (suficiente) al respecto

Aunque no hay una definición concreta y consensuada de “orgasmo”, la mayoría de las descripciones explican que es la culminación de una estimulación y excitación sexual. Ahora bien, no siempre es así: “Recordemos que el orgasmo, más allá de la respuesta fisiológica, también entiende de muchos otros factores de carácter individual y subjetivo, en relación con el deseo y las aptitudes de una persona”, indica José Alberto Medina, psicólogo y sexólogo especialista en terapia de pareja con perspectiva de género y relacional. 

Es cierto que los orgasmos que ocurren fuera de contextos sexuales han recibido mucha menos atención en la investigación sobre sexualidad. Un ejemplo son los ocurridos al practicar ejercicio físico, cuya posibilidad, más allá de la anécdota, confirma la Encuesta Nacional sobre Salud y Comportamiento Sexual (NSSHB, por sus siglas en inglés), la más grande y representativa para estudiar y entender el sexo que se realiza en Estados Unidos. 

Aun así, no existen investigaciones bien diseñadas sobre ellos: “Buscando en fuentes bibliográficas, no he encontrado ningún artículo, análisis o metanálisis donde se aborde este fenómeno”, coincide Medina.

En la misma línea, Flor Arriola Fernández, sexóloga, explica que, a pesar de que las fuentes “no son contundentes”, sí es posible sentir un orgasmo mientras se practica deporte. “En inglés, se le suele llamar ‘coregasm’ (algo así como ‘abdorgasmo’, juntando las palabras ‘core’, abdomen, y ‘orgasm’, orgasmo) y algunos artículos indican que los ejercicios que más lo inducen son precisamente los que involucran la zona abdominal, además del levantamiento de pesas o la escalada”, añade. También hay referencias a esta sensación bajo el término orgasmo inducido por el ejercicio (EIO, por sus siglas en inglés).

Hipótesis que intentan explicar la relación entre deporte y placer sexual 

Según la NSSHB y aunque resulte sorprendente, alrededor del 9% de la población encuestada en Estados Unidos, tanto hombres como mujeres, dijo haber experimentado alguna vez este tipo de orgasmo. Ahora bien, dado que el cuerpo de cada persona es diferente y hay muchos factores que juegan a la vez, es difícil determinar con precisión la causa exacta por la que se puede llegar al clímax a través del ejercicio físico. De ahí que actualmente solo podamos hablar de hipótesis y no de evidencia consensuada.

Una de ellas es que esta sensación sea el resultado de contraer y relajar repetidas veces los músculos de la parte inferior del tronco (abdomen, suelo pélvico, muslos superiores y nalgas). En palabras de Medina, esto “tiene sentido”: “El abdomen se encarga de sostener órganos internos y está conectado al suelo pélvico, otro grupo muscular que rodea distintos esfínteres (uretra, canal vaginal y ano) y que se encuentran en el área genital”. 

“Durante estos ejercicios,  la presión en la cavidad abdominal genera variabilidades de presiones que estimulan los nervios pélvicos y la llegada de sangre a todas las estructuras genitales, como el clítoris en las mujeres o la próstata en los hombres”, explica Candela Carrillo, psicóloga y terapeuta sexual. “En algunos casos, los movimientos repetitivos y el control postural durante estos ejercicios también pueden activar reflejos nerviosos que desencadenan estas respuestas”.

En palabras de la experta, en hombres, se cree que la estimulación de la próstata mediante la presión interna desempeña un papel clave; mientras que, en mujeres, es más común que sea consecuencia de la activación del suelo pélvico y la estimulación indirecta del clítoris debido a la tensión en la zona.

Otra de las posibles explicaciones, como propone el departamento de salud de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) desde su proyecto Go ask Alice!, es  que la sensación fuese consecuencia de la fricción repetida con la ropa en ‘el punto justo’, resultando en una especie de masaje rítmico de la zona genital. 

También proponen que este podría ser el resultado de la activación durante la actividad física del sistema nervioso simpático, la parte del sistema nervioso encargada de aumentar las frecuencias cardíaca y respiratoria, la presión arterial y el tamaño de las pupilas. Este está involucrado en la excitación sexual fisiológica y, a su vez, el ejercicio (moderado o intenso) favorece su activación. “En otras palabras: por sí solo, el ejercicio normalmente no suele generar excitación, pero practicarlo de 15 a 30 minutos antes de exponerse a un contexto sexual se asocia con una respuesta de excitación fisiológica más intensa”.

“Quizá también tendríamos que tener en cuenta el factor hormonal. Por ejemplo, la etapa del ciclo menstrual o la segregación de endorfinas y dopamina mientras hacemos ejercicio, ya que hay quienes pueden experimentar una sensación muy placentera”, añade Arriola. Además, recuerda que, aun no habiendo mucha investigación al respecto, las pocas publicaciones sobre el tema sí “dan alguna que otra pista” y dan a conocer que “no es algo raro o que pase a solo una persona”

También es importante el contexto y lo que consideramos o no erótico

Más allá de los estímulos físicos de carácter sexual, existen otras formas de llegar al clímax. Como rescata Go ask Alice!, hay quienes llegan al orgasmo a través de determinados pensamientos, al sentir las vibraciones mientras montan en moto, sentándose sobre una lavadora durante su centrifugado, con el roce contra una almohada o usando el agua a presión de la ducha. 

Entre otras causas no sexuales, añade, también se incluyen ciertas técnicas de respiración profunda, sensaciones al ir al servicio, recibir un masaje en los pies, el parto, dar el pecho o consumir drogas. “Hay personas que pueden alcanzar el orgasmo incluso mientras duermen, algo que, de hecho, es más común que los que ocurren inducidos por el ejercicio”, añaden desde la universidad.   

En este caso, el ejercicio podría considerarse una forma de liberar tensión emocional y física, lo que podría contribuir a aumentar el deseo y las experiencias sexuales satisfactorias. 

“Si se dispone de un buen imaginario; si se entra fácilmente en una percepción erótica de lo que a uno le rodea; si se ha podido crear un aprendizaje o erotización del esfuerzo físico, de las sensaciones sentidas en el deporte; si resulta placentero el tacto de las mallas, o la presión que se siente en los glúteos al hacer sentadillas o un ejercicio que involucra algún tipo de roce determinado, no sé si se llegará sí o sí a un orgasmo, pero claro que se puede sentir placer”, aclara Medina. “Las personas estamos llenas de capacidades, la idea es explorar con precaución y mucho deseo”.

¿Es un problema que esto ocurra?

Sobre si sentir esta inesperada sensación al hacer deporte es o no un problema, no hay respuesta correcta: depende de para quién. “Hay para quienes entrenar los abdominales y tener un orgasmo al mismo tiempo es una especie de ‘dos por uno’, pero también a quienes esto puede hacerles sentir incómodos o avergonzados”, indica la Universidad de Columbia. 

Es decir, para responder, debería preguntarse a quien lo experimenta. Eso sí, más allá del ‘accidente’ que pudiese suponer este momento durante la ejecución de un ejercicio, no habría ningún problema. “Si, por ejemplo, se tiene un orgasmo en esa última repetición de hip thrust (elevación de caderas) con 80 kilos a cada lado, quizá puedas hacerte daño en la cadera en la bajada. Pero, si las condiciones ambientales del momento son otras, a priori no hay ningún problema”, ejemplifica Medina. “Te excites con lo que te excites, sientas placer a través del medio que sea, lo importante es vivirlo sin culpa, vergüenza, sin dañar a otros ni a uno mismo”.

“Entiendo que para algunas personas pueda ser incómodo dependiendo del contexto, especialmente si ocurre en un lugar público como un gimnasio de forma inesperada. Pero no tiene consecuencias negativas”, coincide Carrillo.

“La vida y sus cosas. Los cuerpos y sus cosas. Creo que saber que, a priori, nuestros orgasmos ‘no están mal’ y que la respuesta sexual tiene su complejidad puede aliviar a las personas que los experimenten y, a partir de ahí, decidir qué queremos hacer con esa sensación. Quizás se abra una puerta a la exploración. O no. Quién sabe…”, concluye Arriola. 

Este contenido fue publicado el 20 de enero de 2025 en la web de Consumer.

Hazte maldito, Hazte maldita
Te necesitamos para combatir los bulos y la mentira: sólo juntos podemos pararla. En Maldita.es queremos darte herramientas para protegerte contra la desinformación, pero sólo con tu apoyo será posible.

Eres muy importante en esta batalla para que no nos la cuelen. Seguro que tienes conocimientos útiles para nuestra batalla contra los bulos. ¿Tienes conocimientos de idiomas? ¿Lo tuyo es la historia? ¿Sabes mucho sobre leyes? ¡Préstanos tu Superpoder y acabemos juntos con los bulos!

También puedes apoyarnos económicamente. Maldita.es una entidad sin ánimo de lucro y que sea sostenible e independiente, libre de publicidad y con profesionales bien remunerados dedicados a luchar, contigo, contra la desinformación depende de tu ayuda. Cada aportación cuenta, cualquier cantidad es importante.