Circula en redes sociales la imagen de unas estructuras que, según el mensaje que la acompaña, serían gusanos cuerdas, unos parásitos del sistema digestivo humano de más de un metro de longitud “recientemente descubiertos”. En teoría y según añade el mensaje, estos son similares a las heces humanas y su color depende de los alimentos que ingerimos. Aunque existen trabajos de 2013 que afirman haberlos descubierto, estos no están revisados. Además, tanto la evidencia científica disponible y publicada posteriormente como los expertos consultados por Maldita.es indican que lo que en realidad recogen las imágenes es material biológico humano con forma alargada, no un parásito.
El origen de las imágenes es un trabajo sin revisión científica
Las cuatro fotografías de estos supuestos gusanos proceden de un preprint, es decir, un estudio que no ha pasado la necesaria revisión previa a ser publicado en una revista científica, del año 2013. En ese documento se detallan las supuestas cinco etapas de desarrollo del gusano de la cuerda que, dice, “podría ser un parásito del ser humano”. Pero los mismos autores reconocen que el análisis genético es “inconcluso”, dado que más del 90% del ADN analizado de los supuestos gusanos corresponde a ADN humano. Además, las estructuras se observaron tras el uso de enemas, líquidos que se introducen para limpiar y descargar el intestino.
Además, las publicaciones sobre estos supuestos gusanos cuerdas son, de nuevo, dos prepints del mismo autor principal, Alex A. Volinsky. En Rusia, Volinsky, que es profesor asociado de ingeniería mecánica en la Universidad del Sur de Florida (Estados Unidos), dispone de la patente de una fórmula de enema agresivo que supuestamente ayuda a expulsar "gusanos cuerdas", como explican en los propios preprints. Al igual que el ingeniero, el resto de coautores no tienen formación relacionada con el campo de la gastroenterología o parasitología. Además, los dos preprints no tienen un formato científico y “contienen varias señales de alarma que apuntan a una falta de credibilidad de su contenido y de sus autores”, concluye un artículo científico de 2023 que sí está revisado y publicado en una revista científica.
Sin evidencia científica que apoye la existencia del gusano cuerda
“No hay ninguna evidencia de una nueva especie de gusano parásito relacionado con el gusano cuerda”, aclara a Maldita.es Franco Vairoletti, químico especializado en el descubrimiento de fármacos antiparasitarios y maldito que nos ha prestado sus superpoderes. En palabras del experto, lo más probable es que lo que se observa en las imágenes sea moco producido por la mucosa intestinal, que puede acumularse en estructuras alargadas por la forma del intestino. Esa es también la conclusión de un estudio científico publicado en 2019 en la revista de la Sociedad Americana de Medicina Tropical y de Higiene.
Para Vairoletti, es comprensible que una persona no experta pueda señalar que lo que aparece en la imagen sean gusanos, por su apariencia de ser vivo, pero explica que se observan varios indicios de que no se trata ni de tenias ni de otros gusanos parásitos. Por un lado, las tenias tienen el cuerpo segmentado en estructuras llamadas proglótides y algo similar a una cabeza con ‘ganchos’ llamado escólex y estas no se ven en las imágenes. Las formas que recoge la imagen tampoco son consistentes con la anatomía de ninguno de los nematodos (gusanos cilíndricos) que infectan a humanos y animales no humanos, explica el experto.
Otra de las afirmaciones del mensaje que acompaña a la imagen es que el ciclo vital del supuesto gusano cuerda ocurriría íntegramente en el ser humano. Pero los platelmintos y otras especies de gusanos intestinales “son viejos conocidos del ser humano y parte de su ciclo vital ocurre en el exterior del cuerpo”, indica a Maldita.es José Antonio Uranga, experto en patología digestiva y profesor en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y maldito que nos ha prestado sus superpoderes. El experto añade que probablemente se trate de “restos de la mucosa desprendidos por el daño causado en el intestino” a causa del uso de estos edemas.
¿Una nueva especie de parásito?
Sabiendo que las estructuras no pertenecen a ningún organismo conocido, ¿podría tratarse de una especie nueva totalmente distinta? “La parasitología es una ciencia muy bien desarrollada; la mayor parte de las especies de gusanos parásitos se conocen desde hace décadas, pero nadie descarta que pudiera aparecer una especie nueva. Ahora bien, es poco probable que no se pareciese en nada a las especies ya conocidas”, aclara Vairoletti.
“Para describir una nueva especie hay procedimientos y protocolos que deben cumplirse. Además de obtener y describir cuidadosamente varios especímenes, en varios estadios distintos del gusano como huevos, larvas y adultos, deben hacerse estudios genéticos que confirmen objetivamente que la especie es nueva y no ejemplares de una especie conocida”, explica el experto, quien destaca que los ejemplares que mencionan los preprints ya citados muestran una clara coincidencia genética con los humanos. Tampoco se observan huevos ni se ha hecho ningún estudio con los tejidos del supuesto animal.
Otro aspecto en contra de la hipótesis de los gusanos cuerda es que no existen publicaciones en revistas científicas especializadas de nivel sobre ellos. “De hecho, las pocas publicaciones más o menos serias que mencionan a estos gusanos lo hacen para desacreditar esta hipótesis”, aclara el químico especializado en antiparasitarios.
En este artículo han colaborado con sus superpoderes el maldito José Antonio Uranga, experto en patología digestiva y Franco Vairoletti, químico especializado en el descubrimiento de fármacos antiparasitarios.
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