Desde “resolver todo lo desordenado en nuestro sistema emocional y mental” hasta curar enfermedades como el cáncer: estos son los resultados que promete y sobre los que presume una pseudoterapia conocida como constelaciones familiares. Según sus adeptos, se trata de una técnica que, a través de la escenificación y la representación del entorno familiar, permitiría “disfrutar de relaciones más sanas y conscientes” al descubrir si se están repitiendo o no patrones de comportamiento "heredados" de la familia. Con ello, también asegura ser capaz de poner fin a dolencias y enfermedades, a las que se refiere como “manifestaciones de estos problemas vitales”.
Sin embargo, no hay ninguna evidencia científica de que las constelaciones familiares sean útiles o eficaces para tratar enfermedad o malestar alguno. Su práctica no solo no es beneficiosa, sino que se relaciona con las consecuencias negativas que rodean a toda pseudoterapia. Entre otras, una mayor posibilidad de diagnóstico tardío de enfermedades y de abandono de los correspondientes tratamientos médicos, lo que empeoraría el pronóstico, además de sentimientos de culpabilidad en el paciente con respecto a su enfermedad o situación familiar, empeoramiento de las relaciones con su entorno y estafa.
No hay ninguna evidencia que sostenga las afirmaciones y los resultados propuestos por las constelaciones familiares
En el contexto de esta pseudoterapia se entiende al individuo como un ser cuyo desarrollo y posibilidades de acción están influenciados en gran medida por la historia de generaciones anteriores y por reglas y patrones tradicionales. Es decir, parte de su salud física y mental, así como de su capacidad de decisión, dependerían del comportamiento de sus antepasados, pero también de la estructura del núcleo familiar, especialmente si es disfuncional.
“La práctica consiste en una serie de juegos de rol [...] que escenifican las relaciones familiares de una persona, a las que denominan ‘constelación’. Estas teatralizaciones tienen un alto contenido sugestivo y van encaminadas a que la gente comprenda y solvente los problemas de su respectiva constelación”, explica desde la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP) Angelo Fasce, filósofo de la ciencia experto en neurociencia. También se utilizan otros modelos de representación, como la interacción a través de muñecos de juguete o similares.
Según sus adeptos, la ‘energía’ o ‘consciencia familiar’ poseería a los participantes durante la puesta en escena, “encarnando así a los familiares de las personas afectadas”, añade Fasce. Sin embargo, además de no existir evidencia, estudio, investigación o propuesta rigurosa de que esto sea así, los postulados de esta pseudoterapia contradicen todo lo que sí se sabe actualmente y se ha demostrado sobre la medicina.
Los efectos supuestamente relacionados con la puesta en práctica de esta pseudoterapia no sólo son indistinguibles del placebo, sino que pueden resultar contraproducentes. “Al ser extremadamente sugestivas, los ataques de ansiedad o los brotes psicóticos pueden ser comunes, especialmente si tenemos en cuenta que, al estar prohibidas por el código deontológico de la psicología profesional, suelen ser llevadas a cabo por personas sin la menor formación sanitaria”, advierte el experto.
Pseudoterapia ‘prima hermana’ de la biodescodificación y la Nueva Medicina Germánica
En Maldita.es ya advertimos sobre la biodescodificación, otra pseudoterapia cuyos adeptos sostienen que las células de nuestro cuerpo guardan información y vivencias pasadas, lo que se reflejaría en el resto de células, tejidos y sistemas del cuerpo a través de enfermedades. Es decir, según esta propuesta pseudocientífica, las patologías tendrían un origen emocional y no existirían tal y como las conocemos en base a la evidencia científica sino que serían el reflejo de conflictos emocionales no resueltos. Esto es falso y contrario a todos los postulados científicos y médicos. Además, se trata de una narrativa que señala a los enfermos como culpables de sus enfermedades.
Sus postulados derivan de otra pseudoterapia conocida como Nueva Medicina Germánica que defiende que la causa del cáncer en particular, pero también del resto de enfermedades, son conflictos internos o experiencias traumáticas a los que una persona evita enfrentarse.
Consecuencias de confiar tu salud a una pseudoterapia
Detectar cuanto antes una enfermedad para poner en marcha el tratamiento correspondiente es imprescindible de cara su pronóstico y posible cura o gestión de síntomas. Recurrir a cualquier pseudoterapia aumenta la probabilidad de que ambos momentos se retrasen en el tiempo, dificultando la gestión de la enfermedad y, con ello, su solución o ralentización.
“Imagina que te detectan un cáncer y alguien o algo te promete curarlo solo trabajando tus emociones inconscientes, ¿para qué optarías por la quimioterapia? Otro ejemplo: que tienes un hijo con algún tipo de Trastorno del Espectro Autista (TEA) y no recibe desde pequeño atención temprana: esto marcaría drásticamente su vida futura”, advertía Mercedes Cimas, psicóloga miembro del Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y miembro de la comunidad de malditos que nos prestan sus superpoderes. En este contexto, cuando el paciente se ve obligado a recurrir a terapias médicas eficaces, muchas veces no hay una posible vuelta atrás.
Abrir la puerta a pseudoterapias como esta o similares también aumenta la probabilidad de comportamientos sectarios y a la justificación de situaciones como el abuso sexual y la violación en el ámbito familiar, argumentando que esa sería "la única forma de poner orden y equilibrar el sistema familiar". Puedes leer más sobre esto aquí.
Emilio Molina, vocal de la junta directiva de la APETP, se refería en El País a esta pseudoterapia como un movimiento de “alto riesgo sectario”. Estas propuestas pseudopsicoterapéuticas, alertaba, “provocarán la inducción de conflictos familiares, causando que el paciente no solo se quede con el problema psicológico que lo llevó a ellas, sino que se lleve de regalo algunos problemas psicológicos extra y quizá termine rompiendo sus lazos familiares y de amistad”.
Como recuerdan y subrayan desde la APETP, “las constelaciones familiares no han demostrado efectividad para absolutamente ningún trastorno”. De hecho, como recuerda Fasce, han sido duramente criticadas tanto en Alemania, su país de origen, como en otros en los que son populares.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes la maldita Mercedes Cimas, psicóloga miembro del Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias.
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