Las mujeres nacen con un número determinado de óvulos y el cuerpo no generará más. Este número solamente disminuye, nunca crece: estos permanecen en los ovarios, y se liberan mes a mes con cada ciclo menstrual. Con los años, no solo se reduce la cantidad de células reproductoras femeninas, que van ‘agotándose’ progresivamente, sino también su calidad. De hecho, la fecundidad disminuye significativamente alrededor de los 35 años. La congelación de óvulos permite que estas células mantengan su calidad a lo largo del tiempo y puedan ser aprovechadas más adelante cuando se desee el embarazo.
Uno de los motivos por el que puede resultar útil jugar la carta de la vitrificación (esto es, la congelación) de óvulos son posibles complicaciones y situaciones médicas. “Este proceso se recomienda, por ejemplo, en mujeres con patologías malignas que tengan que someterse a una cirugía, un tratamiento de radioterapia o uno de quimioterapia que puedan afectar a su capacidad reproductiva…”, explicaba en Twitch a Maldita.es Ainhoa Coco, médica ginecóloga especializada en reproducción asistida de Dexeus Mujer. Añadía que también ocurre en otro tipo de patologías, como una endometriosis, que podrían afectar a la reserva ovárica de forma progresiva.
Sin embargo, los problemas médicos no son el único motivo por el que las mujeres se plantean congelar óvulos. También son comunes las causas sociales o ‘electivas’: “Se trata de aquellos en los se decide posponer la edad de maternidad, ya sea por motivos sociales, laborales o personales”, indicaba la experta. En general, todo aquello que retrase o por lo que se prefiera retrasar el embarazo.
Pero, ¿por qué? Es simple: “El rendimiento no es el mismo en función de la edad en la que te plantees preservar estos ovocitos”. La ventaja que proporciona el proceso de preservación es que, en teoría, se mantiene la calidad de los ovocitos del mismo momento en el que se congelan. Pero ojo, esto no es garantía de que, a partir de esta congelación, exista un éxito asegurado de fecundación, implantación y embarazo, ya que esto depende de muchos más factores.
“A mayor edad, más riesgos obstétricos durante el embarazo. No por la calidad del ovocito, sino por la edad de la mujer embarazada, en sí”, indica Coco. “No es lo mismo estar embarazada a los 35 años que a los 45. El riesgo de complicaciones a los 45 es mucho más alto”, independientemente de que el óvulo se haya congelado a una edad más temprana.
En España no existe una edad límite legal para congelar óvulos, aunque las clínicas deben informar a las usuarias de los posibles riesgos derivados de la maternidad a una edad “clínicamente inadecuada”, como recoge la Ley 14/2006, sobre técnicas de reproducción humana asistida. La experta incide, en todo caso, que la edad sí es un factor que los profesionales en reproducción asistida tienen en cuenta. “Es importante explicar a las pacientes que, a partir de ciertas edades, se asumen determinados riesgos. En la mayoría de centros, el límite suele ser los 50 años”.
Este artículo forma parte del 227º consultorio de Maldita Ciencia.