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MALDITA CIENCIA

Especial congelación de óvulos: a quiénes se recomienda, en qué consiste y qué relación tiene con la fertilidad. Llega el consultorio 227º de Maldita Ciencia

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Seguro que, en mayor o menor medida, te es familiar el concepto fecundación in vitro (FIV), un proceso médico de reproducción asistida en el que, fuera del cuerpo, se unen óvulo y espermatozoide de cara a buscar un embarazo. En este contexto, es habitual hablar de la vitrificación de ovocitos, que consiste en congelar los óvulos para poder posponer la capacidad reproductiva de una mujer el tiempo que desee. Eso sí, manteniendo las mismas posibilidades de embarazo que en el momento mismo de la congelación de los óvulos. Se viene consultorio especial con preguntas y respuestas sobre este proceso. ¿A quiénes se recomienda? ¿Disminuye la fertilidad? 

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¿En qué casos está indicada la congelación de óvulos? 

Las mujeres nacen con un número determinado de óvulos y el cuerpo no generará más. Este número solamente disminuye, nunca crece: estos permanecen en los ovarios, y se liberan mes a mes con cada ciclo menstrual. Con los años, no solo se reduce la cantidad de células reproductoras femeninas, que van ‘agotándose’ progresivamente, sino también su calidad. De hecho, la fecundidad disminuye significativamente alrededor de los 35 años. La congelación de óvulos permite que estas células mantengan su calidad a lo largo del tiempo y puedan ser aprovechadas más adelante cuando se desee el embarazo.

Uno de los motivos por el que puede resultar útil jugar la carta de la vitrificación (esto es, la congelación) de óvulos son posibles complicaciones y situaciones médicas. “Este proceso se recomienda, por ejemplo, en mujeres con patologías malignas que tengan que someterse a una cirugía, un tratamiento de radioterapia o uno de quimioterapia que puedan afectar a su capacidad reproductiva…”, explicaba en Twitch a Maldita.es Ainhoa Coco, médica ginecóloga especializada en reproducción asistida de Dexeus Mujer. Añadía que también ocurre en otro tipo de patologías, como una endometriosis, que podrían afectar a la reserva ovárica de forma progresiva.  

Sin embargo, los problemas médicos no son el único motivo por el que las mujeres se plantean congelar óvulos. También son comunes las causas sociales o ‘electivas’: “Se trata de aquellos en los se decide posponer la edad de maternidad, ya sea por motivos sociales, laborales o personales”, indicaba la experta. En general, todo aquello que retrase o por lo que se prefiera retrasar el embarazo. 

Pero, ¿por qué? Es simple: “El rendimiento no es el mismo en función de la edad en la que te plantees preservar estos ovocitos”. La ventaja que proporciona el proceso de preservación es que, en teoría, se mantiene la calidad de los ovocitos del mismo momento en el que se congelan. Pero ojo, esto no es garantía de que, a partir de esta congelación, exista un éxito asegurado de fecundación, implantación y embarazo, ya que esto depende de muchos más factores. 

“A mayor edad, más riesgos obstétricos durante el embarazo. No por la calidad del ovocito, sino por la edad de la mujer embarazada, en sí”, indica Coco. “No es lo mismo estar embarazada a los 35 años que a los 45. El riesgo de complicaciones a los 45 es mucho más alto”, independientemente de que el óvulo se haya congelado a una edad más temprana.

En España no existe una edad límite legal para congelar óvulos, aunque las clínicas deben informar a las usuarias de los posibles riesgos derivados de la maternidad a una edad “clínicamente inadecuada”, como recoge la Ley 14/2006, sobre técnicas de reproducción humana asistida. La experta incide, en todo caso, que la edad sí es un factor que los profesionales en reproducción asistida tienen en cuenta. “Es importante explicar a las pacientes que, a partir de ciertas edades, se asumen determinados riesgos. En la mayoría de centros, el límite suele ser los 50 años”.

¿Cómo se realiza la extracción y el almacenamiento de los óvulos?

Cuando una mujer se plantea congelar óvulos, tras el estudio y los análisis necesarios (cuál es el estado de su reserva ovárica, que en algunos casos puede ser útil pero en otros casos estar desaconsejado), comienza un proceso de unos 15 días cuyo objetivo es la extracción y el mantenimiento de las células reproductoras femeninas. 

“Primero se necesita una estimulación, que suele comenzar con la menstruación”, explicaba en Twitch Ainhoa Coco, médica ginecóloga especializada en reproducción asistida de Dexeus Mujer. Su objetivo es lograr la maduración simultánea de varios folículos ováricos, las pequeñas estructuras de los ovarios en las que se encuentran los óvulos. Con esto, aumenta el número de ovocitos para fecundar y, por lo tanto, el número de embriones y la posibilidad de embarazo.

“En los tratamientos de reproducción asistida, lo que se pretende es imitar lo que ocurre en el ciclo menstrual natural, pero a mayor escala”, señalan los ginecólogos de Reproducción Asistida ORG. “Por este motivo se realiza la estimulación ovárica controlada, con el objetivo de que maduren varios folículos ováricos a la vez”. En palabras de Coco, la intención es recuperar el máximo número de folículos posibles. También los más pequeños que, de no estimularse ese mes, se perderían. Para ello, son las propias pacientes las que se inyectan, normalmente a la altura de la barriga, las dosis de hormona foliculoestimulante (FSH), una hormona que sintetiza y secreta la hipófisis de manera natural pero que, para este caso, se administra de manera externa. 

“Cuando vemos que los folículos tienen el tamaño para deducir que el óvulo de su interior ya está maduro, se programa la punción folicular, la extracción de estos ovocitos. Normalmente se realiza en quirófano a través de una intervención sencilla por vía vaginal que dura unos 15 minutos y para la que se utiliza sedación”, detalla Coco.

A través de una pequeña aguja en la sonda del ecógrafo, se ‘pinchan’ los folículos, “como si fueran globitos llenos de agua”, explica la ginecóloga, y se aspira el líquido de su interior, que se llevará al laboratorio para analizar el número de ovocitos (óvulos) recuperado. “Mientras tanto, la paciente queda alrededor de una hora u hora y media en observación y se va para casa ese mismo día. Se recomienda hacer algo de reposo y un ritmo de vida más bien tranquilo durante las horas siguientes. Pasadas 24 horas, puede hacer vida más o menos normal”.

¿Cuánto tiempo pueden estar congelados los óvulos? ¿Afecta este proceso a la fertilidad?

Una de las dudas más frecuentes en relación a la congelación de óvulos tiene que ver con el tiempo en el que estos pueden mantenerse congelados. En base a la evidencia científica actual, el tiempo que estos permanezcan preservados no influye en su capacidad reproductiva. Es decir, no hay un ‘tiempo límite’ a partir del que el ovocito deje de ser fértil. No obstante, hay trabajos que observan una relación entre más tiempo de congelación y menos probabilidad de embarazo, pero también hay trabajos en los que observan fecundaciones in vitro con éxito con óvulos congelados más de 10 años.

“En ese sentido, es más importante el momento en el que se congela el ovocito, es decir, la edad de la paciente y la calidad del ovocito en el momento de la extracción”, explicaba en Twitch a Maldita.es Ainhoa Coco, médica ginecóloga especializada en reproducción asistida de Dexeus Mujer. Es decir, si una mujer con 30 años decide someterse a este procedimiento, la calidad del óvulo congelado va a mantener la calidad que tiene a esos 30 años, en el momento de la extracción. 

Según el Instituto Bernabéu de medicina reproductiva, una vez vitrificados los ovocitos, estos no se deterioran con el paso del tiempo, “permanecen exactamente en las mismas condiciones que en el momento en el que se vitrificaron, con lo cual, pueden estar congelados indefinidamente”.

“Desde que nacemos, nuestra reserva ovárica va a ir en descenso. Es a partir de entre los 35 y los 37 años cuando comienza a caer en picado”, señalaba la experta.

Esta también es la clave de otra de las preguntas más comunes en este contexto, si la extracción afecta a la fertilidad de la mujer en quien se lleva a cabo. Que surja esta duda parece tener sentido. Al final, como hemos dicho, tenemos una reserva ovárica determinada. ¿Qué pasa si, además, extraemos parte de ella para congelarla? “Es una pregunta bastante frecuente”, responde Coco, antes de añadir que no pasa absolutamente nada: la fertilidad no se verá afectada en lo más mínimo.

De forma natural, cada mes uno de esos folículos crece de manera fisiológica. El resto de folículos, normalmente más pequeños, se pierden de forma natural. “Lo que hacemos con este proceso es intentar recuperarlos, que no se pierdan, como ocurriría de forma natural. Por lo tanto, no afecta a la fertilidad”, indicaba Coco.

Una vez decidido el embarazo, ¿en qué consiste el procedimiento si se hace a través de ovocitos congelados?

Si una persona decide utilizar los óvulos que congeló para ser madre, ¿en qué consiste el procedimiento necesario para conseguir el embarazo? ¿Hay más probabilidades de que sea efectivo que en el ‘proceso convencional’? Esto dependerá tanto de la calidad del ovocito como de la edad de la mujer, que puede condicionar que el entorno sea más o menos favorable para su implantación. 

Ainhoa Coco, médica ginecóloga especializada en reproducción asistida de Dexeus Mujer, señalaba en Twitch a Maldita.es que normalmente se congelan entre 10 y 15 óvulos maduros. Lo primero, de cara a la implantación, es descongelarlos. Es entonces cuando las células reproductoras femeninas se inseminan, ya sea con la muestra de semen de una pareja o la de un donante

“Normalmente, de todos los ovocitos que inseminamos, será alrededor de un 75% el porcentaje en el que se fecunden correctamente”, cuenta Coco. “Los embriones resultantes se ponen en un pequeño incubador para mantenerlos en observación. Se pueden volver a transferir dentro del útero cuando tienen unos cinco días”. Del 75% que se han fecundado correctamente, será la mitad, aproximadamente los que lleguen a este punto. “Es decir, la mitad van a dar lugar a un embrión que podamos transferir”. 

La situación es, en palabras de la experta, similar a una gincana en la que estas células tienen que ir superando ‘pruebas’. De ahí que, de nuevo, cuanto mejor sea la calidad de esos óvulos (y de cuantos más se disponga), más probabilidad tendremos de que lleguen hasta el final. 

¿Hay más posibilidades, en estas circunstancias, de que se produzca un embarazo múltiple? Depende del número de embriones que se transfieran. “Normalmente, se suele hacer de uno en uno. El resto de los que han llegado hasta el quinto día se congela. Así, si no hay suerte con el primero, hay más oportunidades”. Esto se hace precisamente para evitar el riesgo de embarazo gemelar, que no dejan de ser, en palabras de la experta, “embarazos de mayor riesgo”. Por otro lado, es importante recordar que un proceso de preservación de ovocitos no es una garantía de embarazo. Es cierto que funciona como medida preventiva, pero no es infalible.

Si los ovocitos no se utilizan, existen tres posibles opciones. “Las mujeres menores de 35 años pueden plantearse donarlos a otras mujeres o parejas. También pueden donarse a la ciencia, para investigación. La tercera opción sería la destrucción de estos ovocitos, la más compleja”. Para que se pueda llevar a cabo este último proceso es necesaria una justificación médica que confirme que la mujer de la que proceden “no puede quedarse embarazada por X motivos”. “Ha de tratarse de un motivo médico”, concluye la experta.   

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