Una de las medidas de la ley de bienestar animal que más dudas está generando es la obligatoriedad de los responsables de perros de recibir un curso formativo para el correcto cuidado de sus animales de compañía. ¿Por qué se considera necesario? El objetivo es la correcta y responsable tenencia, “muchas veces condicionada por la ausencia de conocimientos en el manejo, cuidado y tenencia de animales". Es decir, aprender y comprender su comportamiento en pro de su bienestar. Salvo para aquellos animales utilizados en actividades específicas y profesionales, así como los perros de caza, la ley no menciona excepciones.
Ante esto mucha gente se habrá preguntado ‘¿por qué, si siempre he tenido perro, ahora tendría que hacer un curso, si nunca lo he necesitado’?. “Yo creo que hay que darle la vuelta al argumento. No es una cuestión de obligación o no obligación, sino de que, por suerte, la ciencia ha avanzado y cada vez se sabe más sobre el comportamiento de los animales”, explicaba en la Twitchería de Maldita.es David Ordóñez, experto en comportamiento canino e intervenciones asistidas con animales y maldito que nos prestó sus superpoderes.
“Muchos de nuestros comportamientos como humanos han ido en contra de ese bienestar. Ahora se prohíben porque la propia ciencia nos ha indicado a lo largo de los años, por ejemplo, que los métodos de educación que están basados en el refuerzo positivo son mucho más efectivos que aquellos que se basan en el castigo”, añade el experto. La cuestión es que, en muchas ocasiones, para ser conscientes de estas evidencias y saber aplicarlas, hace falta conocimiento y formación.
Además de existir literatura científica sobre esta línea, el aprendizaje también tiene que ver con otros aspectos de la convivencia con el perro, gato o cualquier otro animal de compañía. Bajo el punto de vista de Ordóñez, “es justo intentar darle a la sociedad ese conocimiento para que haya una mejor convivencia”.
De hecho, no a todo el mundo le gustan los animales. En este contexto, la formación también sería útil para saber cómo gestionar situaciones en las que ambas partes [los animales y las personas que prefieran mantenerse alejadas de ellos] se relacionaran, “para poder tener una buena convivencia”. También para saber “por qué tenemos que llevar al parque a un perro y que pueda socializar con otros o por qué un gato tiene que tener cubiertas una serie de necesidades en casa para que no sufra estrés”. “Para eso están esos cursos de formación, no tanto por una voluntad política de obligación, sino, como digo, por intentar mejorar esa cuestión, el bienestar animal”, concluye el experto.
Este artículo forma parte del 223º consultorio de Maldita Ciencia.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito David Ordóñez, experto en comportamiento canino e intervenciones asistidas con animales.
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