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Por qué algunos alimentos pueden interferir en tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia

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Las claves
  • Algunos alimentos y suplementos de hierbas afectan a cómo el organismo procesa algunos fármacos contra el cáncer
  • Los más mencionados son el pomelo, las naranjas de Sevilla o naranjas amargas, el ginseng y componentes del té verde; tanto enteros como sus derivados (zumos, mermeladas)
  • Es importante comentar al profesional que sigue el tratamiento oncológico cambios en la dieta o hábitos alimenticios

Cuando alguien empieza un tratamiento contra el cáncer, es probable que la médica o el oncólogo encargado le pregunte sobre los hábitos alimenticios y el posible consumo de algún tipo de té de hierbas. El motivo principal es que, respondiendo a la consulta de esta semana, existen alimentos y suplementos que interfieren de manera no deseada con los medicamentos que se usan contra las enfermedades oncológicas.

Los mecanismos por los que ocurre esto son complejos y normalmente hay varios involucrados. Como explica esta revisión de literatura científica de 2016 y el Cancer Research UK, una organización británica de investigación oncológica, uno de los más destacados es el citocromo P450 (abreviado a veces como CYP), un grupo de enzimas producidas en el hígado e implicadas en el metabolismo de muchos medicamentos contra el cáncer (antineoplásicos).

La cantidad de CYP que hay en el organismo “puede afectar a cómo el fármaco contra el cáncer se metaboliza, cómo funciona y qué efectos adversos se presentan”, advierte Cancer Research UK. Así, algunos alimentos que se sabe que afectan a los niveles de CYP son el pomelo y las naranjas de Sevilla (también llamadas naranjas amargas), tanto enteros como sus productos derivados (como zumos y mermeladas, entre otros). Entre los suplementos de hierbas con efectos similares, los más conocidos son: hierba de San Juan, cimicifuga racemosa, ginseng, ginko biloba, sello de oro y cardo mariano.

Otro componente implicado en cómo se metabolizan y eliminan estos fármacos es la glicoproteína-P, una proteína que funciona en el intestino como una ‘bomba’ capaz de reducir la concentración de ciertas sustancias en el interior de las células y que también interactúa con algunos tratamientos del cáncer. En este caso, dos sustancias que pueden afectar a esta proteína son la hierba Scutellaria baicalensis y un componente del té verde llamado galato de epigalocatequina (EGCG), detalla el Instituto Estadounidense del Cáncer.

Es importante señalar que estos productos no tienen por qué afectar a todos los tratamientos oncológicos. Los mecanismos de interacción de alimentos, suplementos y fármacos son complejos (aquí dejamos varias tablas con literatura científica e interacciones conocidas) y en este artículo describimos algunos muy conocidos, pero no es una indicación para dejar de consumir frutas u otros alimentos que pueden formar parte de una alimentación saludable.

Marta Villarino, dietista-nutricionista, doctora en Nutrición y especialista en pacientes oncológicos, recordaba en una Twitchería de Maldita.es la importancia de que los pacientes comuniquen “cualquier cosa que tomen” al profesional que pauta y sigue el tratamiento. Especialmente, por si aparecen síntomas preocupantes, “como arritmias o aumento de la frecuencia cardiaca”, para saber si se debe a efectos secundarios de los tratamientos “o por alguna interacción externa”.

Este artículo forma parte del 26º consultorio de Maldita Alimentación.