Otra de las preguntas que nos habéis planteado esta semana es si una mujer con un tatuaje en la zona baja de la espalda, la lumbar, puede recibir anestesia epidural antes del parto. A pesar de que ha sido un tema que ha generado dudas, hay estudios que señalan que, en ausencia de una contraindicación médica clara, no hay por qué evitar la inyección en casos como estos, independientemente de que se trate de una mujer y que la epidural vaya dirigida o no a reducir el dolor del parto.
En teoría, la causa de los posibles riesgos a los que se ha hecho referencia durante años al hablar sobre la relación entre los tatuajes en esta zona y la epidural ha sido la posibilidad de introducir restos de tinta en el sistema nervioso central.
Sin embargo, como explica a Maldita.es Nicolas Brogly, vicepresidente de la sección de Obstetricia de la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (SEDAR), la literatura científica de los últimos 18 años no recoge ni describe ningún caso de problemas neurológicos o complicaciones relacionados con haber recibido anestesia epidural y tener un tatuaje en esta zona de la espalda.
“Es un tema que estuvo muy de moda en los primeros años de la década de los 2000 a pesar de que no había ningún fundamento científico que mostrara que fuese peligroso”, señala Brogly. De hecho, una revisión de 2020 en la revista médica La Presse Médicale de los estudios publicados sobre el tema durante los últimos 18 años concluye que, siempre que el tatuaje sea normal (sin inflamación), no debe suponer motivo de preocupación para anestesiólogos en obstetricia.
Si aun así el médico anestesiólogo no tiene ninguna zona sin tinta en la espalda, (situación muy rara puesto que hay muchos posible lugares para pinchar si tiene dudas, según los expertos) y como principio de precaución, una de las opciones es tan sencilla como "intentar 'esquivar' el pigmento", según explica a Maldita.es Donís Muñoz, dermatólogo con años de experiencia en la evaluación de la evidencia científica sobre tatuajes y salud y autor del libro ‘Tratado sobre los tatuajes. Claves para su eliminación con láser'. "Si trasladas con la mano un poco la piel en la zona en la que tienes que pinchar das paso, la mayoría de las veces, a la piel intacta", propone Muñoz.
Por otro lado, “si tiene una concentración importante de tinta, lo que intentamos es buscar la zona más clara, que menos tinta tenga”, indica Brogly, quien añade, de nuevo, que esto simplemente se lleva a cabo como principio de precaución.
En cualquier caso y ante la duda "será suficiente con practicar una pequeñísima incisión en el punto de la piel por donde debe pasar la aguja (lo que se conoce como punch)”, afirma Muñoz en la página web de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV).
“En diez años de profesión, no conozco ningún caso en el que un paciente tatuado no se haya podido pinchar”, cuenta a Maldita.es la doctora Carolina Soledad Romero, profesora de la Universidad Europea de Valencia y metodóloga de la Sociedad Europea de Anestesia y Cuidados Críticos (ESAIC, por sus siglas en inglés). “Lo que lógicamente no hacemos nunca es atravesar con la aguja un tejido que esté enfermo y pueda trasladar células de un compartimento a otro. Esto es aplicable a cualquier técnica médico-quirúrgica como, por ejemplo, catéteres de diálisis o marcapasos, no sólo a la anestesia epidural”, concluye la experta.
Primera fecha de publicación de este artículo: 23/06/2021