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MALDITA CIENCIA

El popper puede provocar daños en la visión que mejoran si se deja de consumir

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Claves
  • Algunas personas han sufrido pérdidas de visión central tras inhalar ‘popper’, un tipo de droga
  • La literatura científica indica que esta pérdida y sus síntomas remite al dejar el consumo de esta sustancia, por lo que las evidencias apuntan a que no es irreversible 
  • Según los casos reportados en la literatura, no es un daño que dependa la cantidad de dosis, ya que algunos pacientes lo experimentan en su primera inhalación 

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Si eres una persona que puede tener problemas con el consumo de drogas o conoces a alguien que lo pueda estar pasando mal, puedes leer esto: Qué hacer ante la sospecha o evidencia de consumo y Red de atención pública a las drogodependencias en España.

“He escuchado que si tomas mucho ‘popper’ puedes quedarte ciego de forma irreversible. ¿Puede pasar?”. Una persona nos remitió esta duda al consultorio científico de Maldita.es. La respuesta rápida es que sí pueden ocurrir problemas de visión, pero con varios matices: no es “ceguera” total, sino más bien pérdida de visión central; no es un daño que dependa de tomar ‘mucho’ o ‘poco’ ya que hay casos que lo sufren al consumirlo por primera vez; y la literatura apunta a que no es irreversible, ya que muchos pacientes mejoran al dejar el ‘popper’, aunque hay casos que sufren esta pérdida durante varios meses.

Según detalla el dosier informativo del Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad de España, ‘popper’ es el nombre común de varias sustancias químicas inhalables compuestas por nitrito de amilo, nitrito de isobutilo o nitrito de isopropilo. Se considera un psicoactivo que causa sensación de euforia, vasodilatación, aumento del deseo y relajación de esfínteres. Estos efectos, detalla el dosier, se perciben a los pocos segundos de inhalarlo y desaparecen rápidamente, a los dos minutos, generando una sensación de agotamiento. También genera tolerancia, por lo que puede llevar a aumentar la dosis o la frecuencia de la inhalación para obtener los mismos efectos.

Entre los efectos secundarios, Sanidad destaca vértigo, debilidad, dolor de cabeza (breve o prolongado) congestión de la cara y el cuello, taquicardia, enrojecimiento de la piel y mucosas, náuseas, vómitos y diarrea. Un consumo a largo plazo puede generar lesiones neurológicas, depresión respiratoria y metahemoglobinemia —poco oxígeno en sangre—, según el Servicio Gallego de Salud.

Sobre su relación con el sentido de la vista, existe numerosa literatura científica (ver 1, 2, 3, 4) que señala que, efectivamente, el ‘popper’ puede provocar problemas de visión, justo después de su inhalación. Concretamente, puede causar un problema de pérdida de visión central en los dos ojos, desenfoque visual, puntos ciegos, metamorfopsia (ver con ‘ondas’ aquellas líneas e imágenes que son rectas) y fosfenos (manchas de luz).

¿Por qué ocurre esto? La principal hipótesis es que las altas concentraciones de óxido nítrico (NO) de estos productos causan un daño a la retina, el tejido de los ojos que transforma la luz en señales eléctricas que envía al cerebro. El NO regula el metabolismo de los fotorreceptores (las células especializadas de la retina) y estudios experimentales con animales muestran que estos mueren al recibir dosis elevadas de esta molécula química. Otra posible hipótesis es que el efecto vasodilatador del ‘popper’ causa cambios en la presión ocular que pueden contribuir a este daño en la retina.

Como ejemplo, este caso singular de 2016 publicado en la revista BMJ Case Reports describe a un hombre de 52 años con pérdida de visión central bilateral y repentina tras inhalar ‘popper’ por primera vez en su vida. Una tomografía de coherencia óptica —una prueba no invasiva para conocer el estado de la retina— mostró que esta persona tenía daños en la capa externa e interna de la retina de ambos ojos. Los profesionales recomendaron que no consumiera esta sustancia y tres meses después del diagnóstico, la visión del paciente mejoró.

Estos mismos trabajos científicos recogen que, por norma general, los pacientes mejoran su visión y síntomas al dejar de consumir ‘popper’, por lo que no se trata de una pérdida irreversible. No obstante, hay algunos casos en los que no se recupera la capacidad de visión inicial durante varios meses de seguimiento a la persona.

Esta carta al editor publicada en 2010 en New England Journal of Medicine recoge cuatro casos similares: pacientes con pérdida de visión prolongada tras inhalar ‘popper’. En dos pacientes, la visión volvió a la normalidad con el tiempo, aunque las pruebas mostraban que sus retinas seguían presentando cierto daño. En una de las pacientes, la pérdida de visión se mantuvo hasta un mes después de la primera visita médica.

Por último, este daño concreto no parece estar asociado a cuánto ‘popper’ se consuma, no es un efecto dependiente de la dosis y aún faltan más estudios que lo exploren. Esto se observa en casos en los que la persona sufrió de pérdida de visión tras la primera vez que inhaló esta sustancia o en comparaciones de diferentes pacientes que presentan el mismo problema con patrones de uso muy diferentes, desde solo una vez en la vida hasta uso mensual o semanal.

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