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MALDITA CIENCIA

El origen de la COVID-19: hipótesis y evidencias a 21 de marzo de 2023

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Claves
  • Instituciones científicas de todo el mundo intentan hallar el evento u origen concreto de la actual pandemia por coronavirus SARS-CoV-2
  • La hipótesis de la zoonosis (que el virus lograse pasar de manera natural de animales a humanos) es la que más evidencias acumula, pero la OMS no descarta otras más improbables
  • Una actualización científica apunta a que perros mapache y otros animales estaban presentes en el mercado de Wuhan, considerado epicentro del coronavirus en 2019, y podrían haber estado infectados de COVID-19

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Créditos de imagen destacada: NIAID-NIH (microscopía electrónica de un SARS-CoV-2), ‘Science’ (mapas de la ciudad china de Wuhan y del mercado mayorista de mariscos de Huanan), Bernard Dupont (murciélago de herradura) y Erik Mandre (perro mapache).

Desde que empezó la pandemia de COVID-19, la humanidad ha conseguido desarrollar vacunas para prevenir la enfermedad, aprobar tratamientos antivirales para los casos más graves e incluso comprender cómo se transmite. Ahora bien, entre estas certezas, queda una pregunta que, por mucho esfuerzo invertido desde 2020, aún no se ha conseguido resolver al completo: ¿cuál es el origen del SARS-CoV-2, el coronavirus que causa la COVID-19?

Conocer de dónde procede este coronavirus no solo es esencial para comprender cómo comenzó la pandemia y prevenir futuros brotes, también es “una obligación para las familias de millones de personas que han perdido a alguien que querían y quienes han sufrido la COVID-19”, dice el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom.

En marzo de 2023, una actualización de datos científicos aportó nuevas pistas sobre el origen del coronavirus: perros mapache, puercoespines malayos y ratas bambú chinas habrían estado presentes en el mercado de Wuhan, considerado epicentro de la pandemia, y podrían haberse infectado de SARS-CoV-2 a principios de 2020.** Aprovechando esta noticia, recopilamos los principales esfuerzos científicos que se están haciendo para entender el origen del coronavirus SARS-CoV-2.

Perros mapache: nuevas pistas sobre el origen zoonótico del coronavirus**

En marzo de 2023 se aportaron nuevas pistas sobre el origen del coronavirus, agregando más datos que sustentan que el SARS-CoV-2 es un virus zoonótico, que saltó de animales a humanos. Las pistas salen de la recopilación de 1.380 muestras de 18 especies de animales obtenidas a principio de 2020 en torno al mercado de mariscos de Huanan, en Wuhan (China), que proporcionaron nuevos datos genéticos de animales propensos a infectarse de SARS-CoV-2: perros mapache salvajes (Nyctereutes procyonoides), puercoespines malayos (Hystrix brachyura) y ratas de bambú chinas (Rhizomys sinensis).

Los nuevos datos sugieren que estos animales estaban presentes en el mercado antes de su cierre por motivos de salud pública. Este espacio se considera como epicentro de esta pandemia y se tuvo que cerrar a principios de 2020 tras detectar los primeros casos oficiales de COVID-19. Esta nueva información parte de un trabajo científico previo aportado a la base de datos GISAID, que recopila datos genéticos de los virus de la gripe y del SARS-CoV-2.

Según explicó el Grupo Asesor Científico para los Orígenes de Nuevos Patógenos (SAGO, siglas en inglés), estos nuevos datos no son concluyentes para asegurar que los animales fueran los huéspedes intermedios o el origen del coronavirus, pero sí refuerza la hipótesis de que hubo animales que, posiblemente, fueron fuente de infecciones de COVID-19 hacia los humanos. A esto se le suman fotografías y evidencias visuales de que estos animales se vendían en este mercado. Aún así, el trabajo científico en que se basan estas conclusiones es un preprint (un trabajo científico aún no revisado por pares ni publicado en revista científica) que está aún en proceso de revisión para la revista científica Nature.

Por otro lado, el medio The Atlantic explicó los resultados de tres investigadores de los orígenes del coronavirus —Kristian Andersen, Edward Holmes, y Michael Worobey— que tuvieron acceso a los nuevos datos. Según su análisis, gran parte de las muestras positivas en COVID-19 de estos animales coincidían con el material genético de los perros mapache.

Por la forma en la que se recopilaron las muestras y conociendo cómo sobrevive el patógeno, los investigadores creen que “había un perro mapache infectado de SARS-CoV-2” en el mercado. Aún así, este análisis no se ha publicado en ninguna revista científica y, al igual que indica el SAGO, pueden no ser datos concluyentes.

Según el grupo de expertos de la OMS, la principal hipótesis es que el origen del coronavirus fuese zoonótico

En julio de 2021, la OMS conformó un Grupo Asesor Científico para los Orígenes de Nuevos Patógenos (SAGO, siglas en inglés). A este grupo de expertos, compuesto por 27 profesionales de la salud pública de todo el mundo, le corresponde la tarea de asesorar a la OMS en cuanto a patógenos emergentes, ya sean los que ahora mismo preocupan a nivel sanitario (el virus de Marburgo o el mpox, entre otros) o los que pudieran hacerlo en un futuro. También es el equipo responsable de investigar y recopilar evidencias sobre el origen del SARS-CoV-2.

Su último informe sobre el origen del coronavirus, publicado en junio de 2022, recoge que los datos epidemiológicos y de secuenciación del coronavirus apuntan a que este patógeno tiene un origen zoonótico, es decir, que se haya podido transmitir de animales a humanos. Apoya esta hipótesis el hecho de que los virus genéticamente más cercanos al SARS-CoV-2 son los betacoronavirus, identificados en murciélagos de herradura (Rhinolophus sinicus) en China en 2013 (96,1% de similitud al SARS-CoV-2) y en Laos en 2020 (96,8%).

Para llegar a esta conclusión, el SAGO ha recopilado toda la información científica disponible hasta la fecha de redacción del informe (abril de 2022). No obstante, admite que hay datos clave que aún se desconocen —por ejemplo, no se han identificado los progenitores del virus (sus raíces), sus hospedadores naturales o intermedios (los organismos que lo portaron), o algún evento clave de derrame zoonótico (cuando entran en contacto una población animal que es reservorio de un patógeno con otra nueva que se convierte en huésped)— y sus afirmaciones deben interpretarse como un trabajo en curso, no definitivo.

Aún así, identificar los hospedadores naturales o intermedios es una tarea científicamente difícil, que puede tardar años y que no ha obtenido certezas en anteriores patógenos con potencial pandémico.

Captura de informe de comunidad de inteligencia de Estados Unidos sobre hospedadores naturales e intermedios de diferentes patógenos con potencial pandémico.

Por otro lado, el SAGO incide en que no hay nuevos datos (de nuevo, a abril de 2022) para evaluar la hipótesis de que el SARS-CoV-2 surgiese por un accidente o brecha de bioseguridad de un laboratorio. Aún así, se mantienen abiertos a “cualquier evidencia científica que esté disponible” en un futuro sobre esta u otras hipótesis.

Otro informe de la OMS de marzo de 2021, previo a la creación del SAGO, consideraba “extremadamente improbable” que el SARS-CoV-2 ‘apareciera’ por una brecha de bioseguridad de un laboratorio.

A su vez, el informe de la OMS evaluaba otras hipótesis como “posibles”, como un origen zoonótico directo e introducción por productos de la cadena de frío; y “muy probables”, como el origen zoonótico con un huésped intermedio, por ejemplo, el pangolín.

Departamento de Energía de Estados Unidos: el SARS-CoV-2 pudo empezar por una fuga de laboratorio

Un documento clasificado del Departamento de Energía estadounidense actualizado en 2021 apunta que la pandemia de COVID-19 surgió “muy probablemente” de una fuga de laboratorio, según publicó el medio Wall Street Journal el 26 de febrero.

Oficiales de agencias de inteligencia que han tenido acceso a este documento —no disponible públicamente— han afirmado que las evidencias que recoge el Departamento son “relativamente débiles” y que las conclusiones se hicieron con “poca confianza”, según reporta el Wall Street Journal y otros medios como New York Times y The Guardian.

Capturas de The Guardian (iz.) y New York Times en el que aparecen oficiales de inteligencia diciendo que las conclusiones del informe se hicieron con “poca confianza”.

Este Departamento de Energía cuenta con una red de laboratorios en Estados Unidos, algunos dedicados a investigaciones biológicas avanzadas, que nutre sus informes y evidencias. Otros informes de inteligencia alimentan sus conclusiones mediante redes de espionaje o intercepciones de comunicaciones, según afirma el NYTimes.

Angela Rasmussen, doctora en Virología, investigadora dedicada a patógenos virales y coautora de un trabajo publicado en Science donde se recogen evidencias que apuntan al mercado mayorista de mariscos de Huanan en Wuhan (China) como epicentro de la pandemia de COVID-19, valora en su cuenta de Twitter que si el reporte del Departamento es consistente con la evidencia científica, “debe explicar cómo surgió el virus dos veces en dos semanas en el mismo mercado del tamaño de una pista de tenis y a la vez en el único laboratorio de Wuhan [en referencia al Instituto de Virología de Wuhan] que investigaba coronavirus capaces de generar SARS, a ocho kilómetros de distancia y al otro lado del río”.

“Aún así, siempre estoy preparada para la posibilidad de que nuevas evidencias puedan desmentir una hipótesis. Una evidencia que me podría hacer cambiar de opinión sería una prueba concluyente de que el Instituto de Virología de Wuhan hubiese tenido un progenitor del SARS-CoV-2 [...], ¿por qué sigo pensando que la pandemia empezó con una zoonosis o en el mercado de Wuhan? Porque esa evidencia [sobre los progenitores] no existe, las afirmaciones de que el Instituto tenía un progenitor son pura especulación y no están respaldadas por pruebas”, argumenta Rasmussen.

La viróloga concluye afirmando que, después de tres años de búsqueda global de evidencias sobre la hipótesis de escape de un laboratorio, estas evidencias “no se han materializado”, mientras que las evidencias que apoyan la hipótesis de la zoonosis no han parado de acumularse.

Trabajos científicos estrechan el origen del coronavirus al mercado de Wuhan

En febrero de 2022 se hicieron públicas tres investigaciones científicas sobre el origen del SARS-CoV-2 muy citadas actualmente. Usando diferentes metodologías, los trabajos no solo aportaban más evidencias que sostienen la hipótesis de que el patógeno tiene un origen zoonótico, sino que también apuntaban al mercado mayorista de mariscos de Huanan, en Wuhan, como el epicentro de esta pandemia.

Un primer preprint (un trabajo científico aún no revisado por pares ni publicado en revista científica) recopiló 1.380 muestras del entorno del mercado y de 18 especies animales presentes en este espacio a principios de 2020. 73 de las muestras del entorno dieron resultado positivo en las PCR de SARS-CoV-2 y se consiguieron aislar tres cultivos del virus, que presentaban una similitud superior al 99,9% al coronavirus aislado en humanos hasta la fecha.** Según los autores, este trabajo aporta “evidencias convincentes” de que el SARS-CoV-2 estaba presente en este mercado durante los primeros brotes de COVID-19.

Un segundo trabajo científico publicado en julio de 2022 en Science realiza una serie de análisis geográficos teniendo en cuenta tres elementos importantes en el origen del coronavirus: los primeros casos confirmados, los animales en venta y las muestras positivas en SARS-CoV-2, todas en relación al entorno del mercado.

Los autores explican que los primeros casos reportados de COVID-19 tenían algún tipo de conexión con el mercado de Wuhan, incluso los de las personas de menos relación con este lugar; que en él se llevaba a cabo la venta de mamíferos susceptibles de portar el SARS-CoV-2 a finales de 2019; y que las muestras positivas en ese coronavirus en entornos del mercado corresponden a sitios en los que se vendían esos mamíferos.

“Aunque no hay pruebas suficientes para definir los acontecimientos previos, y las circunstancias exactas siguen siendo poco claras, nuestro análisis indica que el SARS-CoV-2 apareció a través del comercio de animales salvajes vivos en China y muestran que el mercado de Huanan (Wuhan) fue el epicentro de esta pandemia”, concluyen los autores.

Un tercer trabajo publicado en Science en julio de 2022 analizó la diversidad genómica del SARS-CoV-2 en una etapa muy temprana de la pandemia, en febrero de 2020. Los autores apuntan que hasta esa fecha el coronavirus mostraba dos linajes distintivos, nombrados “A” y “B”. Mediante simulaciones de la epidemia y análisis de filodinámica —que estudian cómo han podido evolucionar los patógenos—, los investigadores señalan que estos dos linajes fueron resultado de al menos dos eventos separados de transmisión de animales a humanos: uno de ellos, probablemente el del linaje “B”, ocurrió sobre el 18 de noviembre de 2019; y el otro unas pocas semanas después.

Todo ello indicaría, según sus conclusiones, que es “muy poco probable” que el SARS-CoV-2 estuviera circulando entre humanos antes de noviembre de 2019, que sucedieron varios eventos zoonóticos y que el momento en el que saltó a nuestra especie coincide con los primeros casos reportados en China.

Comunidad estadounidense de inteligencia, en 2021: el SARS-CoV-2 no es arma biológica ni ingeniería genética

En octubre de 2021, la Oficina de la Directora de Inteligencia Nacional de Estados Unidos publicó un informe desclasificado sobre el origen del SARS-CoV-2. En este informe, diferentes agencias estadounidenses —como el FBI, la CIA y otras agencias de defensa y seguridad nacional— vierten su conocimiento sobre este asunto, llegan a puntos de consenso y aportan sus puntos de vista sobre cómo surgió la pandemia.

Aunque tal documento no aporta certezas al nivel del SAGO, sí que descarta algunas de las hipótesis sin evidencia que circulaban sobre este patógeno y refleja en qué puntos existe un acuerdo generalizado de la comunidad de inteligencia estadounidense.

Una de las certezas que expresa este documento es que el SARS-CoV-2 no es un arma biológica: “[Esta hipótesis] no se soporta con afirmaciones científicamente válidas, las personas que lo proponen no tienen ningún acceso directo [a la información de] el Instituto de Virología de Wuhan o son conocidas por difundir desinformación”.

El siguiente punto de consenso es que el patógeno no es una obra de ingeniería genética ni es una creación artificial. La comunidad de inteligencia, dicen, “no ha identificado ninguna cepa de coronavirus que pudiera servir como pilar de un SARS-CoV-2 creado artificialmente, ni una ‘firma’ de ingeniería genética, y existe una similitud importante entre este patógeno y otros betacoronavirus que se encuentran en la naturaleza”.

Un tercer punto de acuerdo en el informe de inteligencia es que los funcionarios chinos no conocían la existencia del SARS-CoV-2 hasta que el coronavirus ya estaba circulando entre la población. Sobre esto, aportan que los trabajadores del Instituto de Wuhan identificaron un nuevo virus como el responsable de unos brotes en esta provincia china y pivotaron su trabajo hacia su caracterización, por lo que el personal de este Instituto “desconocía de la existencia del SARS-CoV-2 hasta que los brotes ya estaban en marcha”.

Director del FBI: la oficina cree que el SARS-CoV-2 salió “muy probablemente” de una fuga de laboratorio en Wuhan*

El director de la Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, siglas en inglés), Christopher Wray, transmitió en una entrevista con la cadena de televisión Fox News que la agencia considera, “desde hace tiempo”, que el origen del SARS-CoV-2 “se encuentra muy probablemente en un posible incidente de laboratorio de Wuhan”, sin aportar evidencias o pruebas a este comentario.

¿Qué dice el Gobierno de China?*

La portavoz del Ministerio de Exteriores del Gobierno de China, Mao Ning, ha respondido en varias ocasiones en las últimas semanas a los comentarios de las agencias y departamentos estadounidenses sobre el origen del SARS-CoV-2. El 27 de febrero, sobre el documento clasificado del Departamento de Energía estadounidense, Ning valoró que “el rastreo de los orígenes del virus es una cuestión científica y no debe politizarse”. En otra rueda de prensa el 1 de marzo, transmitía que el Gobierno chino “se opone a la manipulación política” sobre el trabajo para encontrar los orígenes del virus “en cualquier forma”. “Dado el historial de la comunidad de inteligencia estadounidense de inventarse historias, sus conclusiones tienen poca o ninguna credibilidad”, concluye.

*Este artículo ha sido actualizado el 1 de marzo de 2023 para agregar la opinión que el director de FBI ha expresado en una entrevista y los comentarios en rueda de prensa de la portavoz del Ministerio de Exteriores de China.

**Este artículo ha sido actualizado el 21 de marzo de 2023 para agregar información sobre nuevos datos científicos que apuntan a nuevos animales que estarían presentes en el mercado de Wuhan y podrían ser una fuente de transmisión del coronavirus.


Primera fecha de publicación de este artículo: 28/02/2023

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