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MALDITA CIENCIA

Calidad del agua, papel de piedra y reciclar clínex: llega el noveno consultorio de Maldito Clima

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Hoy es el último viernes del mes, así que vuelve el consultorio sobre crisis climática y medioambiente de Maldita.es. En esta edición, que ya es la novena entrega, hablamos de cómo puede afectar el cambio climático a la calidad del agua, cuánto erosionan el campo las mountain bike en comparación con la práctica de otros deportes, qué es el papel de piedra y cuál es su impacto ambiental y cómo reciclar los pañuelos desechables manchados de mocos.

Estas son sólo algunas de las dudas que te pueden surgir en el ámbito ambiental y climático. Pero si tienes más preguntas sobre clima, energía, medioambiente y otros temas relacionados, escríbenos a través de nuestra web, nuestro perfil de Twitter (@Maldito_clima), nuestro correo electrónico ([email protected]) o el chatbot de WhatsApp de Maldita.es (+34 644 229 319). Nosotros intentaremos responderlas ¡Vamos allá!

¿Cómo puede afectar la crisis climática a la calidad del agua?

En Maldita.es ya hemos explicado cómo el cambio climático afectará a la cantidad de precipitaciones (disminuirán las precipitaciones medias y aumentarán las sequías en la península ibérica) pero no sobre si la calidad del agua que bebemos se verá afectada. Ahora nos habéis preguntado al respecto y aunque es un campo poco investigado, hemos encontrado literatura científica que dentro del contexto español se ciñe a lo que sucederá en el área metropolitana de Valencia, donde se espera que sea menor.

Un estudio publicado en 2021 ha analizado los efectos de la crisis climática en la calidad del agua de la cuenca del río Júcar, que abastece de agua potable al área metropolitana de la ciudad de Valencia. Su modelo analizó dos variables de calidad de agua: su turbidez (presencia de partículas en suspensión) y conductividad (la capacidad del agua para conducir una corriente eléctrica). La predicción es que la turbidez empeorará en la estación del río Turia de cara al año 2100. La turbidez puede proteger a los microorganismos de la desinfección del agua, estimular la proliferación de bacterias y reflejar la posible presencia de sustancias tóxicas.

Robert Monjo, director de investigación y desarrollo de la Fundación para la Investigación del Clima y coautor del estudio, ha explicado a Maldita.es que “se trata de la primera proyección de la calidad del agua que se hace en relación con el cambio climático, al menos en España”. Este cambio en la calidad del agua se debe al aumento de la variabilidad de la lluvia, que se dará más concentrada en menos tiempo, de forma más torrencial y “por lo tanto se aprovechará menos al percolar menos (filtrarse por la tierra) y ser más sucia”, aclara Monjo. “De momento lo hemos analizado en Valencia y podría ser extrapolable en regiones similares como el litoral mediterráneo por el aumento de la torrencialidad”, pero no a otras zonas con distintas características.

“Cabe esperar que la calidad del agua que consumimos empeore por la mayor concentración de contaminantes esperable en lagos, ríos y acuíferos por un menor volumen de agua por efecto del cambio climático (mayor temperatura y menos precipitaciones) y la sobreexplotación de estos recursos de agua en periodos de sequedad, y a la liberación de contaminantes ‘almacenados’ en los sedimentos o en los suelos por la lluvia torrencial”, aclara a Maldita.es Miren López de Alda, investigadora en el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC).

¿Las bicicletas erosionan el suelo del campo más que la práctica de otros deportes?

Nos habéis preguntado por un debate recurrente entre los amantes del ocio alpino que es objeto de estudio en el ámbito académico y que a veces se traslada a los medios de comunicación: si las bicicletas erosionan más los senderos que otros deportes de montaña. La literatura científica al respecto no es abundante, pero sí hay algunos estudios comparativos entre la mountain bike (bicicleta de montaña), el senderismo y montar a caballo. Mientras que esta última parece la actividad con mayor impacto en los caminos de las tres, la mayoría de los pocos estudios disponibles sobre bicicletas de montaña y senderismo tienen problemas metodológicos. Vamos allá.

Como decimos, hay pocos estudios comparativos, como pone de manifiesto un análisis publicado en 2010 que revisó la literatura científica disponible desde los años 1980 sobre los daños ambientales de practicar mountain bike, hacer senderismo y montar a caballo en áreas protegidas de Australia y Estados Unidos. El estudio indica que incluso una escasa actividad hípica provoca “impactos más graves en los suelos, la vegetación y los senderos que los causados por excursionistas u otros usuarios” debido al mayor peso del caballo y su jinete, según la literatura revisada.

En cuanto a las bicicletas de montaña, la revisión científica dice que los estudios comparativos experimentales consultados “no encontraron evidencia” de que tuvieran impactos en los caminos “significativamente mayores” que los causados por excursionistas, pero que “cuestiones metodológicas pueden limitar las conclusiones que cabe extraer de algunos de los resultados”. Entre otros motivos, los experimentos no reproducen las condiciones naturales de los caminos ni de la conducción de las bicis, sin derrapes, frenazos o giros. Además, los estudios comparativos no experimentales, varios de ellos citados en algunas páginas web, también son criticados por su metodología por estos investigadores.

Tabla que compara estudios sobre los impactos ambientales de la caminata, la bicicleta de montaña y montar a caballo

En enero de 2021 se publicó un estudio experimental realizado por investigadores del Instituto Noruego para el Estudio de la Naturaleza (NINA) utilizando caminos reales y teniendo en cuenta sus distintas condiciones ambientales para aislar todos los factores posibles. En concreto, escogió cuatro caminos previamente existentes, dos en una zona más seca y dos en otra más húmeda, y contactó con distintos usuarios para conseguir que pasaran por ellos proporciones diferentes de ciclistas y senderistas.

Las líneas continuas son los senderos designados para bicicletas y las discontinuas los indicados para senderistas, aunque podían practicarse ambos deportes en ellos. 

Tras analizar la actividad y el estado de estos cuatro caminos durante todo el verano, los investigadores del instituto noruego observaron que los senderos se ensancharon especialmente en las zonas húmedas y cuando eran utilizados por más ciclistas que senderistas, como se ve en el gráfico siguiente.

La gráfica A muestra el cambio en la anchura del núcleo del sendero; la B, el cambio en la anchura total del sendero y la C, el cambio en su profundidad, en centímetros, en función de la intensidad de su uso. Se distinguen las zonas más húmedas (líneas azules) de las continentales (rojas). Las barras verticales indican el margen de error.

Con todo, este experimento de 2021 indica que “el uso de los senderos por parte de excursionistas y ciclistas de montaña tiene efectos globales relativamente limitados en términos de ensanchamiento y profundización de los senderos” y que “depende altamente” de las condiciones meteorológicas. Por cierto, aparte de los senderos, se han estudiado otros efectos de las actividades de montaña, entre los que están la introducción de especies vegetales exóticas en zonas protegidas por las semillas que transporta la ropa de los excursionistas o la compactación del suelo.

¿Qué es el papel de piedra y cuál es su impacto ambiental?

Para acabar el año, también nos habéis preguntado por un tipo especial de papel que no está hecho de celulosa y que para elaborarlo no hace falta matar árboles: el papel de piedra. Os contamos las ventajas e inconvenientes ambientales de este invento, sobre el que hay poca información independiente sobre su impacto ambiental.

Según su fabricante, el papel de piedra es un “material revolucionario” a partir de la roca caliza y supone “una alternativa real a los materiales habituales, como el papel o el plástico”. Se trataría de un material duradero e impermeable que se descompone “en polvo”. Está hecho con un 80% de caliza en polvo (carbonato cálcico) y un 20% de aditivos como el plástico polietileno. Por su plegabilidad, aspecto y tacto, “el papel de piedra es comparable al papel clásico e igual de fácil de imprimir”, siempre según el productor, quien afirma que una tonelada de papel de piedra respecto al equivalente procedente de celulosa protege 20 árboles, ahorra 60.000 litros de agua y más de 4.500 kilovatios hora de energía, evita 150 kilos de residuos sólidos y previene la emisión de 900 kilos de dióxido de carbono.

La literatura científica que ha investigado este material es escasa pero muestra sus ventajas e inconvenientes. Un estudio realizado en la Universidad de Teherán (Irán) en 2020 destaca que puede causar problemas en el reciclaje del papel convencional si se mezclan y que su mayor densidad, su degradabilidad a la luz solar y ultravioleta y la presencia de polietileno son algunas de sus desventajas. Entre los pros está su menor coste y consumo de energía y electricidad.

Un análisis del ciclo de vida completo del año 2016 (y no sólo de los impactos ambientales de la producción del producto) comparó los impactos ambientales de la piedra de papel, de las láminas de polipropileno y del papel recubierto para su uso para etiquetas de productos. Las conclusiones indican que el papel de piedra no es biodegradable por la presencia de polietileno, que usa un 20% más de tinta que los otros materiales y que los impactos podrían ser reducidos con una electricidad más renovable utilizada en la producción del producto.

“Toda la información que encuentro a nivel de sostenibilidad es de los propios fabricantes de este tipo de papel, lo que para mí quita credibilidad”, salvo el trabajo que compara el papel de piedra con otros materiales para hacer etiquetas de botellas y no con el papel tradicional, aclara a Maldita.es Paula Baldó, ambientóloga especializada en diseño y desarrollo de productos y consultora y diseñadora de estrategias de sostenibilidad y economía circular en envirall.

¿Cómo deben reciclarse los clínex con mocos? *

En nuestro día a día convivimos con todo tipo de objetos aparentemente inofensivos que, llegado el momento de reciclarlos, nos tienen un buen rato pensando en los materiales que los componen y de los que están manchados para saber a qué contenedor van. Esta vez nos habéis preguntado por los clínex o pañuelos desechables de papel cuando están manchados de mocos de un niño pequeño. Lo primero es recordar que no hay distinción alguna entre las secreciones de niños y adultos*. Pero respondemos: si el niño no está enfermo, los clínex van al contenedor orgánico o al de restos, aunque es preferible utilizar un pañuelo de tela.

Así pues, el primer paso es considerar si el niño está sano (o tiene un virus catarral de poca importancia) o si atraviesa una infección más grave. En el segundo caso, sus mocos se consideran material con riesgo biológico y el pañuelo debe reciclarse de forma separada al resto de residuos y en condiciones de seguridad, recuerdan los malditos con superpoderes Roberto Longueira, experto en gestión de residuos industriales, y Freddy Espejo, investigador de ecología y medio ambiente de la Universidad Tecnológica Boliviana (UTB).

Si no está enfermo (o, como decimos, tiene un virus catarral común), hay que tener en cuenta que tanto los mocos como el papel son compostables. “Tanto el clínex como nuestras secreciones son fácilmente compostables por las bacterias y dado que no hablamos de material con riesgo biológico que deba ser gestionado en condiciones de seguridad, el contenedor marrón (orgánico) sería el apropiado y, en caso de no tenerlo en nuestro municipio, el gris (fracción resto)”, resume Roberto Longeuira.

¿Por qué puede no haber contenedor marrón en tu municipio? Porque los de menos de 5.000 habitantes no están obligados a tenerlos hasta que acabe 2023, como nos contó Longueira en otro consultorio. No obstante, ambos malditos con superpoderes coinciden en que usar pañuelos de tela, que pueden lavarse después de su uso, es la opción más sostenible para aliviar tu congestión nasal o la de tus familiares.

Por último, como recuerdan desde Ecoembes preguntados por Maldita.es, los clínex no son envases y por tanto si queremos hablar con una institución porque tenemos dudas sobre su reciclaje, ésta debe ser nuestro ayuntamiento.

*Hemos modificado este artículo el 2 de febrero de 2023 para aclarar que no hay distinción entre las secreciones de los niños y las de otras personas y por tanto la respuesta es general.

En este artículo ha colaborado con sus superpoderes Roberto Longueira, experto en gestión de residuos, y Freddy Espejo, investigador de ecología y medio ambiente.

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